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MI SANGRE FUE DERRAMADA A TORRENTES POR TI
COMPARTE MI CÁLIZ

07.04.88

¿Jesús?

Yo Soy.

Ten Mi Paz, Vassula. Date cuenta de que no te he traído hasta aquí, formándote, para abandonarte ahora. Los amo a todos. Soy Yo, El Señor, buscando a las almas, para sanarlas y redimirlas. ¡Oh alma!
1 Sí, Soy Yo, tu Salvador, Quien ha venido a ti 2 para sanarte, alma amadísima. Soy Yo, El Señor, Quien vino a llamar a tu puerta. ¡Oh, alma tan querida! Te he traído a Mí. Ahora, te estoy alimentando. 3 ¡Ven!

Acércate a Mí. Yo te embelleceré y te purificaré. Yo sanaré todas tus heridas y te restableceré, hija Mía. Soy Yo, Quien ha venido a ti, te busqué, alma. Ven, y Yo te consolaré. Ven y descansa en Mí, alma. Ven a Mí y cómeme, ven y bébeme. Oye la llamada de tu Redentor y tu alma vivirá. Te amo, alma bienamada. Mi Sangre fue derramada a torrentes por ti, por tu salvación.

¡Alma! Ven y comparte Mi Manto. Yo te protegeré, Yo seré tu Refugio. Yo Soy Jesús y Jesús quiere decir Salvador.


(Jesús ha dado este Mensaje, hablando a aquél que lo esté leyendo. No es una coincidencia que tú estés leyendo Su Mensaje de Paz y de Amor. Es Él, Jesús, Quien te ha buscado, Quien ha venido a ti y te ha dado a leer este Mensaje).

Extiende Mi Reino, distribuyendo Mi Mensaje como lo haces. Soy Yo, Quien estableceré Mis Obras extendiendo Mi Reino. Recuerda que Yo siempre alcanzo Mis metas. Sonríele a tu Salvador. Bendíceme.

(Me voltée y bendije a Jesús).

Te bendigo, Jesucristo, te bendigo.

Yo te bendigo también. Sincronízate Conmigo esta noche, pues fui abandonado por Mis hermanos y traicionado por uno de ellos. Comparte Mis angustias de Getsemaní. No Me abandones.

No lo haré, Señor.

Tenme siempre presente en tu mente. Consuélame de este modo, muéstrame que tú no Me abandonarás, Vassula. Comparte Mi agonía, comparte Mi cáliz, permanece Conmigo hasta el final. Vive Mi Pasión, ¡glorifícame! Permanece junto a Mi.

Sí, Jesús, yo lo haré.

(Jesús parecía revivir Su Pasión).

¡Oh, Vassula! Entra en Mi Sagrado Corazón. Entra en Sus profundidades. Ahí dentro encontrarás la Paz. Yo, El Señor, he guardado en Él un sitio para ti. Tú Me perteneces y Yo te pertenezco. El Amor te guiará .

Señor, yo Te he dado mi corazón; puedes hacer conmigo lo que quieras.

Confía en Mí, entonces. Toma Mi Mano. ¡No te fallaré jamás!

Condúceme, Señor, porque Tú eres mi Guía y mi Dios.

Ven, no Me olvides. Bendice a Beatrice. Yo, El Señor, la bendigo. ¿Nosotros?

Si, Señor, juntos para la Eternidad.

(Pascua) Jueves Santo

El miércoles estuve en la Iglesia, y el sacerdote nos bendijo a cada uno con mirra mezclada con aceite. Se nos permitió mojar un pedazo de algodón en esta mezcla, que había sido bendecida por la Iglesia, y llevárnoslo a casa.

Beatriz llegó a mi casa para ir juntas a la Iglesia. Jesús me pidió que la bendijera, así que la bendije con el aceite y la mirra que había guardado. Se bendice así: Se traza la señal de la cruz, con la mirra y el aceite, en la frente; en la mejilla izquierda; en la derecha; en la barbilla; en las manos por dentro y por fuera. El sacerdote había dicho algunas palabras referentes a la sanación del cuerpo y del alma. Por una locución interior, Jesús me hizo comprender que Él Mismo diría estas palabras.

Más tarde, en la Iglesia, me distraje algunas veces debido al problema del idioma. El griego es clásico, y casi no entiendo nada. Me resultó difícil impedir que mi mente divagara durante estas tres horas, pero Jesús se aseguró de que esto no ocurriera. Cada vez que mi mente empezaba a divagar, Jesús me decía: "Quédate cerca de Mí" o "Permanece junto a Mí". Creo que me lo dijo unas diez veces.


1 Este es un llamado para aquél que lo está leyendo en este momento
2 Aquí Jesús le está hablando a quien está leyendo Su Mensaje
3 "Alimentando" significa leer y comprender