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SÉ PRUDENTE


4.08.89 De regreso a Suiza

La pasada noche, al despertarme a media noche, me di cuenta que el Espíritu Santo estaba rezando el Credo por mí. Yo seguí la Voz que iba por la mitad de la oración y la terminé. Más tarde, de nuevo en esa noche, me desperté y caí en la cuenta de que la Voz del Espíritu Santo rezaba la oración de San Miguel. Yo me había despertado como a la mitad de la oración. La terminé en compañía del Espíritu Santo. Él ora en mí sin cesar, incluso cuando duermo.

-Mi Señor y mi Dios, Sagrado Corazón de Jesús, ¿es Tu voluntad que (...)? Será para los que Te aman. Si Te place, dame Tu respuesta con Tu Palabra.
(Más tarde, el Señor me indicó Colosenses 3,1-4.)

-Yo lo voy a escribir: "puesto que habéis sido devueltos a la verdadera vida Conmigo, buscad las cosas del Cielo, donde Yo estoy sentado a la diestra de Dios. Que vuestros pensamientos estén en las cosas celestiales, no en las de la tierra, porque vosotros habéis muerto, y ahora la vida que tenéis está escondida Conmigo; pero cuando Yo Me manifieste -Yo que soy vuestra vida- también vosotros os manifestaréis en toda vuestra gloria Conmigo", porque todo el bien que hacéis en Mi Nombre Me glorifica. Yo soy el Amor. ¿Nosotros?
-Sí, nosotros.
-¿Nosotros?
-Sí, Santa Madre. Nosotros.

-¡Señor! Ayúdame, por favor, a saber en dónde estoy, porque como están las cosas ahora siento como si el suelo en el que estoy se tambalea. Tú has asegurado que nadie sería mi Director Espiritual y que sólo de Ti recibiré enseñanza acertada y consejo. Pero ahora mi corazón sufre por no saber 1 . Tú has dicho que expondrías la disciplina con la mayor precisión y proclamarías el conocimiento con exactitud. Ahora estoy siendo empujada duramente porque estaba intentando poner en guardia y corregir a alguien. Tengo necesidad de Tu Consejo. Primero yo Te imploro, Padre, que me digas si he hecho mal. Tranquilízame dándome Tu respuesta confirmada a mi pregunta, mediante Tu Palabra. Luego, háblame mi Señor.

-Guarda como norma para ti la enseñanza sólida que oíste de Mí, en la fe y el Amor que hay en Mí. Yo te he confiado algo precioso, guárdalo con la ayuda de Mi Santo Espíritu, que vive en cada uno de vosotros 2 .

Vassula, déjame escribir también esto. Debes vivir toda tu vida de la misma manera que Me has recibido a Mí, tu Señor. Debes estar arraigada en Mí, edificada sobre Mí y mantenida sólidamente por la fe que te he enseñado, desbordando de acciones de gracias. Asegúrate de que nadie te tienda una trampa y te prive de tu libertad con alguna filosofía de segunda mano, vacía, racional, basada sobre los principios de este mundo, en lugar de estar cimentada en Mí, el Cristo.

(Yo quiero también pedir consejo a Nuestra Santa Madre.)

-Santa Madre del "Perpetuo Socorro", ven de nuevo a socorrerme como en los tiempos de la persecución. Intercede por mí. Yo me siento miserable por no saber si he hecho mal en corregir a esta persona. ¿Tal vez he sido demasiado dura? ¿He cometido un error? Yo Te ruego, aconséjame según la Palabra del Señor, cuando yo abra la Biblia.

Abrí la Biblia por la Carta a los Filipenses 3 , y leí: Último aviso: "Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo: alegraos. Que vuestra tolerancia sea evidente a todos los hombres. El Señor está próximo."
-Gracias, Madre Santa. Aconséjame siempre. Yo dependo de Tus Consejos.
Nuestra Santa Madre me ha dado a leer otros tres pasajes de la Biblia para alentarme. Son los siguientes: "A ti te toca, pues, predicar el comportamiento que va con una sana doctrina" 4 ; "Que la gente no te tenga en poco porque tú seas joven, sino que seas un ejemplo para todos los creyentes por la manera en que hablas y te comportas, y en tu amor, tu fe y tu pureza" 5 ; "Tu celo ha sido un estímulo para muchos más" 6 .

-¿Señor?
-Yo Soy. Mis enseñanzas son sanas, de modo que no te inquietes. Preocúpate de los que cambian el bien por el mal, e insinúan que hacen el bien cuando en realidad hacen el mal. Preocúpate de las dispersiones y las divisiones en Mi Iglesia. Preocúpate de los que ignoran las Obras del Espíritu, porque sobre ellos Yo vaciaré Mi ira. Ellos son la causa de la caída de Mis hijos.
-Mi Señor, no ocultes Tu Santa Faz a los que Te aman. Inclínate sobre nosotros y ven en nuestro auxilio. Vuelve a nosotros. Regresa a nosotros. ¡Apresura Tu retorno! Que Tus hijos vean lo que Tú puedes hacer por ellos. Que ellos vean Tu Gloria.
-Ora y repara. Enmienda por los pecados y la iniquidad de esta era. Tengo necesidad de almas víctimas. Con el amor, reanima esta era muerta. Aunque no seas sino una nada, tú puedes aplacar Mi Justicia amándome, glorificándome, amándome.

Recuerda cómo Yo he conducido tu alma hacia la santidad. Bienamada, ven a Mí. ¿Por qué mirar a otra parte? Sé prudente, hija, con las palabras, con los chismes, con las advertencias. Sustituye todo esto por el silencio. Mi Silencio.

El Padre Pío:

-Yo, el Padre Pío, estoy contigo. Recuérdalo siempre.


1 el gran problema al que estoy haciendo frente
2 2Tm 1,13-14
3 4,4-6
4 Tit 2,1
5 1Tm 4,12
6 2Cor 9,3