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Vassula escribió un comentario sobre el siguiente mensaje, que recibió exactamente 10 años antes de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York.

En enero de 2002, Vassula escribió una carta que profundiza sobre el mismo tema.




LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA SE SACUDIRÁN


11.09.91

-Señor, yo miro a los Cielos y busco las cosas del Cielo; yo busco Tu Santo Rostro para sentir Paz y poderme alegrar; busco Tu Santo Rostro para poder contemplar.

-Y Yo, por Mi parte, Mis Ojos consideran el mundo de hoy, nación por nación, escrutando alma tras alma en busca de un poco de calor, de un poco de generosidad y de un poco de amor. Pero poquísimos gozan de Mi favor. Muy pocos se molestan en vivir una vida santa. Y los días huyen y las horas están ahora contadas antes de la gran retribución.

¡Mis ciudades
1 se han convertido en burdeles! ¡Despiadadas! ¡Se han vuelto una ciudadela de los demonios! ¡DEL TODO CORROMPIDAS desde dentro, comidas por los gusanos! ¡Un refugio para la víbora y el escorpión!

¿Cómo podré Yo no alentar sobre estos renegados Mi Fuego Purificador?
2

-La tierra va a temblar y estremecerse.
¡Y todo el mal edificado en Torres
3 se derrumbará en un montón de escombros y será enterrado en el polvo del pecado! Arriba, los Cielos se moverán y los cimientos de la tierra se sacudirán.

Reza para que la Mano del Padre no caiga en invierno. Las islas, el mar y los continentes serán visitados por Mí inesperadamente, por el estruendo y la Llama.
Escuchad atentamente Mis últimas palabras de aviso, escuchad ahora que todavía hay tiempo.

Leed Nuestros Mensajes
4 y dejad de estar despreciativos o sordos cuando habla el Cielo.

Bajad vuestras voces y oiréis las Nuestras.

Reflexionad dos veces antes de juzgar; pensad más de dos veces antes de condenar las Obras del Espíritu Santo. Yo no perdonaré a ninguno que se mofe del Espíritu Santo, blasfemándolo abiertamente. La Justicia los precipitará al infierno.
¡Levantad todos vuestros rostros y escudriñad los Cielos para contemplar Mi Santa Faz!

Levantad vuestros ojos hacia el Cielo y no pereceréis. ¡Arrepentíos! Y pedid al Padre que se apiade.

Pronto, muy pronto ahora, los Cielos se abrirán y Yo os haré ver El Juez


1 el nombre "ciudades" es utilizado aquí por Dios para significar: "almas"
2 De repente, Jesús cambió de tono, y después de esperar unos segundos, con un tono grave que me atemorizó, dijo:
3 como la torre de Babel
4 de Jesús y de María, los dos testigos


Después de los hechos del 11 de septiembre de 2001, Vassula escribió el siguiente comentario:

Quiero que la gente tenga cuidado al interpretar este mensaje. La interpretación de profecías no es fácil, a menos que se haga con la luz del Espíritu Santo. Este mensaje apocalíptico debe ser interpretado de la siguiente manera:

Nuestra generación se ha enfriado al amor de Dios. Y, como nuestro mundo actual está viviendo una gran apostasía, Dios intervino para advertirnos, a través de señales, esto es, con imágenes que derraman lágrimas de sangre, iconos llorando lágrimas de aceite o sangre. Los mensajes de la VVeD, también han sido una señal, al igual que algunas otras apariciones que han venido a advertirnos, y a llevarnos a todos, a la oración. Muchos de estos signos han sido rechazados, despreciados y perseguidos, y esto nos recuerda Apocalípsis 11, en relación a los Dos Testigos, que son María y Jesús, con la misión apostólica de Elías (representando la profecía), y Moisés (recordatorio de la ley), como se describe en el mensaje del 24 de diciembre de 1991. Deberían leer este mensaje para que puedan entenderlo completamente.

La apostasía significa el rechazo de la Verdad divina, lo que nos llevó a una vida sin Dios. La apostasía atrae el mal a la tierra. Nuestra Señora dio un mensaje importante a este respecto (15 de mayo de 1990).

En los mensajes de la VVeD, Dios nos ha dado suficientes oportunidades para arrepentirnos y vivir santamente. Aún así, el mundo está sordo a los clamores de Dios, y, por el contrario, ridiculiza cada llamado que viene desde arriba. Los llamados nos advierten que, si no cambiamos nuestros corazones, y hacemos sacrificios, reparamos, y nos arrepentimos, nuestros pecados nos traerán la muerte. Cristo nos ha estado pidiendo que leamos las Escrituras: Segunda de Tesalonicenses, 2, para entender que ya estamos viviendo el final de los tiempos, y que Pablo ha dicho que los reconozcamos por las dos señales que son: la gran apostasía y el espíritu de rebelión. Este espíritu de rebelión juega a ser Dios, imita a Dios, y se coloca por encima de Dios. Hoy en día, el mundo cree en su propia auto realización. Son ellos los que le gritan a Dios: ¡No te necesitamos!

Dios no nos castiga, y no quiere ver sufrir a su pueblo. Nosotros mismos, nos estamos destruyendo, y estamos atrayendo hacia nosotros todo el mal. Esta es la razón por la que, en muchos mensajes, y no sólo el del 11 de septiembre de 1991, Cristo nos ha estado advirtiendo que Satanás está preparando un gran holocausto para destruirnos.

Las personas que han muerto, buenas o malas, son las víctimas de hoy, que han provocado nuestros pecados, y nuestra sordera a los llamados de advertencia de Dios, para salvarnos, librarnos del sufrimiento y la muerte. Por nuestros propios pecados, hemos hecho víctimas a personas inocentes, y hemos causado grandes sufrimientos, innecesariamente. (Debemos orar por todas aquellas familias que han perdido a sus seres queridos, para que Dios les dé fortaleza, y un espíritu de perdón.

Vassula
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