Soy una mujer mexicana de 52 años de edad y deseo contarles acerca de mi conversión y de cómo influyeron en ésta los mensajes de la Verdadera Vida en Dios. 

Fuimos seis hermanos, siendo yo la menor de todos. Sufrí grandes tragedias en mi vida. Mi madre, aunque siendo una católica excelente, fue presa de una enfermedad siquiátrica, y se suicidó a la edad de 47 años (cuando yo sólo tenía 12). El alcoholismo de mi padre nos llevó a vivir los extremos de la pobreza. Dos de mis hermanos murieron en sendos accidentes y mi única hermana mujer falleció repentinamente bajo un estado de psicosis que rayaba en locura o posesión espiritual. Me casé y tuve dos hijas que actualmente tienen 26 y 22 años. Me separé de mi esposo porque cometió adulterio, malos tratos y tuvo una hija fuera de mi matrimonio.

Toqué un fondo de dolor, (recuerdo que la depresión en la que caí era tan grande que no percibía los colores). ¡Veía la vida en blanco y negro! Nunca pensaba en Dios, me sentía resentida por la vida que me había tocado. Empecé a trabajar y a tratar de salir adelante pensando en mis hijas. Me sentía mejor y lograba irme superando tanto en el trabajo como en la educación de mis niñas; así en lo social, como en lo emocional. El tiempo pasaba, pero mientras más crecía a los ojos del mundo, más grande se hacía el vacío que sentía dentro de mi ser.

Fue así que inicié (no muy concientemente) una búsqueda de Dios... Comencé a 'devorar' libros que hablaran de religión. Leí vidas de personajes como el Dalai Lama y Buda. Recuerdo un compendio de más de 500 páginas que hablaba de las grandes religiones del mundo. Cuando llegué a la religión Católica (que era la mía, pero que yo rechazaba) y empecé a introducirme en sus principios, con recelos y dudas, tomé la decisión de abrazarla de nuevo. Fue así que empecé a leer y aprender el Catecismo.

Sucedió entonces que navegando en Internet en busca de la narración de vidas de Santos, "casualmente" llegué a una página que hablaba de una profeta de nuestros días llamada Vassula Rydén. Desgraciadamente, era una página de una mujer que hablaba muy mal de ella, lo que me hizo detener mi lectura. Posteriormente, leyendo a Catalina Rivas, una vidente de Bolivia, a la que también llegué de forma 'casual' y que le tomé confianza porque lo primero que leí de ella (antes que opiniones sobre ella) fueron los mensajes de Jesús, directamente. En estos escritos es que volví a encontrarme con el nombre de Vassula Rydén. Inmediatamente me avoqué a la lectura de la página principal de la Verdadera Vida en Dios.

Cabe mencionar que tiempo atrás yo había empezado a escribirle a Jesús, en forma de diario, todo lo que mi corazón quería contarle y preguntarle. Esto lo hacía con el afán de poder aprender a escuchar a Jesús en mi corazón.

Varias personas allegadas a mí me sugirieron conseguir un director espiritual. Le pedí al padre titular de mi parroquia que me orientara en ese asunto, pero me dijo que él no tenía tiempo. Yo me sentí mal al pensar que le estaba fallando a Jesús, en este aspecto. Mis allegados llegaron a acusarme de soberbia por no tener un director espiritual.

Pero, un día, escribiendo en mi diario, le pregunté a Jesús dónde podría yo obtener un guía espiritual y cual fue mi sorpresa cuando muy claro escuché en lo profundo de mi corazón: “¡Yo Soy tu Director Espiritual!”  ¿Tú? -pregunté asombrada. ¡Esto sí que es soberbia!, me dije.

A los pocos días, entre lágrimas de gratitud y conmoción leí el Mensaje del 14 de junio de 1989: "Yo soy tu Director Espiritual".  En este momento, tengo los ojos llenos de lágrimas al revivir uno de los recuerdos más dulces de mi vida.

Realmente los Mensajes de la VVeD son los tesoros del Sagrado Corazón de nuestro Jesús. ¡Ayudemos a difundirlos! La ternura de la señora Rydén también es conmovedora.

 Que Dios los bendiga y gracias por su atención,

María del Carmen Viñas

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Recordatorio de la Peregrinación

La Sexta Peregrinación de la VVeD tendrá lugar en 2007, y un equipo en Grecia ha estado trabajando desde hace meses en ella. Pueden comenzar a ahorrar dinero desde ahora, mensualmente, para poder asistir a la Peregrinación. Recuerden que la Verdadera Vida en Dios no recibe utilidades ni beneficio alguno de estas peregrinaciones: las mismas son a costo y no son eventos para reunir fondos.