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LA MISERICORDIA Y LA IRA ME PERTENECEN POR IGUAL

15.04.1996

Los insensatos dicen en su corazón,
"¡No hay Dios!"
Ellos son falsos, corruptos, viles;
no queda ningún hombre bueno.

Dios mira hacia abajo desde el Cielo
a los hijos de los hombres,
para ver si hay algún hombre sabio,
si hay alguno que está buscando a Dios.
(Salmo 53, 1-2)


Yo, Yahvé, te doy Mi Paz.

Yo miro hacia abajo desde el Cielo, y veo el saqueo en Mi Casa, pero dispersaré a los apóstatas, por lo tanto, no dejes que tu ánimo decrezca... Nunca olvides quién te resucitó. Soy Yo Quien te sacó de la cuna y Quien como una madre tierna que lleva a su hijo a su pecho, te cargó y alimentó, para que tu educación fuera hecha solamente en Mis Cortes... Mi Voluntad fue tu pan de cada día y así es, de esta misma manera, que Yo continuaré alimentándote. Tú temes sin razón. ¿Tengo que decirte que ya no confías más en Mí? Permíteme recordarte tu incapacidad y tu impotencia para hacer nada en absoluto sin Mí.

Yo admito que, aunque Yo soy tu Padre, también soy tu Arquero y te tengo por uno de Mis blancos favoritos, justamente para mantener tu espíritu disponible y bien dispuesto para Mí. Te quiero devota. Es por esto por lo que Yo seguiré apuntando hacia ti Mis flechas...

Escúchame, aunque muchos están luchando contra ti, no temas. Ellos no te vencerán, porque Yo estoy contigo. Vassula, aunque la tempestad arrojada por Mi Enemigo,
1 llena de amenazas, está soplando sobre de ti, no temas, Yo estoy contigo. En tus días los profetas que profetizan falsamente, pregonando toda clase de falsedades, caminan sin obstáculos, mientras que Mis Propios profetas, que hablan de Mi Boca, que declaran abiertamente la Verdad, Mi Ley, y cómo apostató su generación y que van adentrados en el camino a la perdición, a menos que Yo escuche de ellos un grito de arrepentimiento, ellos están siendo deshabilitados y perseguidos...

Hasta ahora, Me he mantenido en silencio y he cerrado Mis Ojos. He retirado muchas veces Mi Mano para que no caiga sobre ustedes, generación, y muchas veces he cambiado Mis decisiones de corregirlos por el fuego. Pero, ¿cómo podría quedarme en silencio a la vista de esta Abominación de la que habló Mi profeta Daniel? Escúchame: en tus días muchos sacerdotes se preparan para hacer la guerra contra el Vicario
2 de la Iglesia, ¡esos mismos que enseñan lo que les place y al mundo le encanta! Ellos están llenos de compromisos. ¡Por agradar al mundo venderían la Sangre de Mi Hijo! ¿Cómo puedo ver lo que veo y permanecer en silencio? Cuando ellos escuchan Mi Voz, a través de Mis profetas, sus manos quedan inflexibles y no lo toman como una alarma o como una señal Celestial. Mientras que los sacerdotes que son sensatos y son como Jacob, dóciles a la autoridad de su Madre, Yo los desposaré Conmigo para siempre, Yo los desposaré Conmigo Mismo y ellos serán llamados hijos del Altísimo.

La hora de Satanás está aquí, él juró silenciarte desde el día en que te resucité, hija. Él pone toda su rabia contra ti, pero Yo te digo: si tú permaneces humilde y sin ambiciones, y si mantienes tu voto de fidelidad hacia Mí, hacia Mi Hijo, hacia Mi Espíritu Santo y a tu Madre del Perpetuo Socorro, él huirá lejos de ti. Continúa siendo todo lo que él no es. Mis Palabras en tu boca continuarán siendo como fuego para todos aquellos
3 que, en su apostasía, elevan el Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo no sólo sin temor, sino que también sin fe. ¡Ellos Lo elevan con traición!

¿Cuánto tiempo falta hasta el Regreso de Tu Hijo? 4

Tú no tienes ningún derecho de preguntarme, Vassula, pero, por otro lado, todavía estás aprendiendo y Yo te amo. Pero hay una cosa que Yo estoy dispuesto a compartir contigo y no te privaré de este conocimiento: pronto Mi Voz se escuchará, como un trueno; se Me escuchará decir: "¡Basta! ¡Ya ha sido demasiado!". La tierra se rasgará y aquellos que se rebelaron contra Mí verán Mi Mano caer sobre de ellos. Pero a los instrumentos de Mi Hijo, Yo los sostendré. Vendré en una tempestad de fuego. Para algunos, esto será como una bendición, pero para aquellos que nunca Me han temido, ese Día aprenderán a temerme...

Hasta este mismo día, ellos no han aprendido a venerar Mi Nombre y a adorarme. Nunca se preguntan a sí mismos si van por el camino correcto, ni tampoco consultan a Mi Espíritu para que los aconseje. Se han convertido como mercaderes que entran y salen de Mi Santuario comprando y vendiendo en el Nombre de Mi Hijo...

¡Oh inclinación perversa, tierra tan profanada! ¿Por qué tú,
5 que te consagraste a ti mismo al ministerio de Mi Hijo, te has vuelto contra Él, vendiendo Su Cuerpo y Su Sangre? Regresa al servicio de Mi Hijo y te haré una maravilla para las almas, esas mismas almas que tú arrastras contigo a la perdición. Ven y arrepiéntete y Yo reviviré tu espíritu e iluminaré tus ojos para que vean la Gloria de Mi Espíritu, Él, Quien te mantendrá donde deberías de haber estado desde el principio de tu ministerio. Ven, acércate a Mí ahora, para que Yo respire en tu tienda y tú inhalarás vida.

Hija Mía, dile a Mi gente, dile a este resto Mío, que debe hacerse cada intento para disminuir Mi Ira. Alienta a Mi gente, diles que si oran con su corazón para la conversión del mundo, Yo, Yahvé, su Padre Eterno, los recompensaré por la eternidad. "Puesto que la Misericordia y la Ira Me pertenecen por igual, Quien soy Poderoso para perdonar y para derramar la Ira. Mi Misericordia es Grande, pero Mi Severidad es igual de Grande".
6

Hoy miro a la tierra y deseo no haberla mirado nunca... ¡Mis Ojos ven lo que nunca quisieron ver y Mis Oídos escuchan lo que temían llegar a escuchar! Mi Corazón, como un Padre, se hunde de pena. Yo formé al hombre a Imagen de Mi Semejanza, pero sin embargo, se han degradado ellos mismos, y hoy ¡tantos de ellos han tomado la imagen de la Bestia! ¡Su corazón está tan lleno de lujuria, de desorden, de arrogancia y de perversión! Su boca está acostumbrada a gritar, en público y privado, palabras abusivas. Ellos juran contra todo el Cielo para hacer la guerra contra Mí y contra Mi Hijo... Ah... Ellos hacen todo lo que Mi Corazón detesta. Muy a menudo Mi Mano se extiende hasta Mi Copa que rebosa con Mi Justicia...


(Más tarde).

Dime, hija, Yo te llamo desde lo Alto, no te llamo para asustarte sino para aconsejarte. Yo te amo... escribe:

(Continuación del Mensaje)

Hoy, Satanás ha extendido su mano hasta alcanzar a las almas sacerdotales. Un espíritu de letargo y de error está amenazando a aquellos que él ha tocado. 7 Ellos elevan el Cuerpo de Mi Hijo sin fe dentro de ellos, sin verdadera alabanza y todo el día distorsionan Mis Palabras y la Tradición de la Iglesia. ¿Cómo puedo permanecer en silencio cuando veo cómo, estos sacerdotes se han convertido en la presa de Satanás? ¿Cómo puedo no advertirles a todos ustedes acerca de sus movimientos? ¿Han de quedar éstos impunes por tal crimen?

Ayúdanos en esta hora de crisis...

Yo, por Mi parte, he abierto los Cielos para ayudarlos. Estoy derramando Mi Espíritu sobre aquellos que invocan Mi Espíritu Santo para que venga y los consuele. Pero mientras, Yo abro las puertas del Cielo y hago llover Mis Dones sobre la humanidad y uso también a los vientos como mensajeros, la tierra rechaza Mis Dones y a Mis mensajeros, desafiándolos a ambos.

Despliego signos y maravillas, pero de nuevo, la tierra fracasa en apreciar los Frutos de Mi Gran Amor... La Furia Me embarga cuando veo el Bendito Sacramento de Mi Hijo pisoteado, cuando sé que aún ahora, a pesar de su maldad, generación, ¡Mi Hijo entregaría, una vez más, Su Vida por ustedes, inmediatamente, si eso fuera necesario!

Él
8 abre Su Boca, jadeando de dolor, y Sus Ojos nunca cesan de derramar Lágrimas, desilusionado de los Suyos por permitirle al mal que se apodere de ellos. Qué lejos están éstos de la Verdad... y sin embargo... a pesar de toda su iniquidad, Mi Hijo los asiste Amorosamente, pues Su Amor es Insondable. Hija, ¿debo soportar esa abominación? 9 Hoy sus cuerpos están condenados a la muerte, a menos que Yo escuche un grito de arrepentimiento de su corazón.

Ven, hija, persevera en tu deber, y haz el bien, y sé Mi Eco.

Yo, Yahvé, te bendigo.





1 Dios se refiere a Satanás
2 El Papa Juan Pablo II
3 Dios se refiere a los sacerdotes
4 Yo pregunté desesperada, sin pensarlo
5 Almas consagradas que han apostatado
6 Si 16,11-12
7 Tentado
8 Jesucristo
9 De la que habló el profeta Daniel