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LIBÉRATE PARA QUE ME PUEDAS SERVIR


24.05.87

-Yo estoy contigo.
-¿Quieres que yo Te sirva? 1 .
-Quiero, y lo quiero ardientemente. Vassula, ven, y te enseñaré dónde y cómo podrás servirme. Recuerda todo lo que te enseñé.

(Se trata de las lecciones místicas que despertaron mis facultades para que Le pudiese oír y sentir mejor.)

-Recibe Mi Paz, escucha Mi Voz.
-Deseo poder oírte claramente, como el cristal.
-Vassula, Me oirás muy bien, de forma que puedas escribir todo lo que Mi Corazón encierra, todo lo que Mi Corazón desea. Bienamada, libérate para que Me puedas servir. ¿Tú sabes lo que significa "libre", Vassula? Te lo diré. Ten confianza.

(Sentí que lo que Él me enseñaba no funcionaría y yo podría fallarle.)

-Ser libre significa desprender tu propia alma de las solicitudes o exigencias del mundo. Libera tu alma, y ámame, a Mí y a Mis Obras. Servidme así: desprendeos de vosotros mismos.
-Tendré problemas, Señor.
-Lo 2 .
-Sí, Señor mío: puedo tener dificultades.
-"Lo, lo", mantente cerca de Mí.
-Tengo miedo de desilusionarte y de hacer fracasar Tus deseos.
-Hermana Mía, no temas, Mi bienamada. Ámame.

(Le sentí y le amé.)

-Amor por amor; ámame como ahora. Trabaja y sírveme como ahora. Mantente como eres. Necesito servidores que puedan servirme, donde más falta el Amor. Trabaja mucho, porque, donde tú estás, estás en medio del mal, de los no creyentes, estás en las más abyectas profundidades del pecado. Tú servirás a tu Dios donde reina la oscuridad, no tendrás descanso, tú Me servirás donde todo el bien es deformado en mal. Sí, sírveme en medio de la miseria, entre la crueldad y las iniquidades del mundo; sírveme entre la gente sin Dios, entre los que hacen burla de Mí, entre los que traspasan Mi Corazón; sírveme, entre los que Me flagelan, entre los que Me crucifican y Me escupen todavía. Oh, Vassula, ¡cómo sufro! Ven a consolarme.
-¡Dios mío, ven! Ven junto a los que Te aman. Ve junto a ellos, por algún tiempo, y serás amado. Reposa en su corazón y olvida. ¿No podrías olvidar, sólo por poco tiempo?

(¡Jesús parecía tan afligido!)

-Vassula: ¿olvidar? ¿Y cómo podría Yo olvidar, si continúan crucificándome incontables veces?. 3 . Mis cinco Llagas están abiertas para todos los que quieran entrar en ellas.

Jesús apoyó Su Cabeza en mi hombro. Estaba inconsolable, extenuado.

-Vassula, ven, eres Mi pequeña flor. Yo quiero de ti pétalos delicados y cariñosos, para sustituir Mis Espinas.
-Jesús, permite a los que Te aman que Te consuelen; permite a los que Te aman, que Te den descanso y Te sustituyan en Tu nueva Crucifixión.

(No sabía cómo consolarle en tal agonía.)

-Bienamada, los que Me aman luchan y sufren Conmigo, participan de Mi Cruz, Me dan reposo. ¡Pero son tan pocos! Necesito de un mayor número de almas que se unan a Mí y compartan Mis Sufrimientos. Flor, ámame y nunca Me rechaces.
-¿Jesús?
-Yo Soy.
-¿Quieres ayudarme a amarte más?
-Lo haré, bienamada.

Estoy sin palabras. ¿Qué puedo decir? ¡Si se supiera cuánto impresiona verle tan herido! Era como si muriese de nuevo. ¿Cómo consolar a quien está muriendo a causa de sus heridas? ¿Y qué decirle? ¿Que todo irá bien, aun sabiendo que está herido de muerte?


1 Era esto lo que Él me quería pedir, cuando levanté la mano del cuaderno para no escribir
2 "no" en hebreo
3 Me dictó estas palabras tan deprisa que casi no conseguía seguirle