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YO SOY SU PRIMER PADRE

19.06.1994
Día del Padre, San Francisco

Yahvé, Creador y Padre de todos, Te amo.
Ciertamente no hay un Padre como Tú.

Padre, admito que somos duros de corazón y,
ah, tan distantes de Tu Amoroso Corazón...
No podemos decir que no hemos oído hablar
de la grandeza de Tu Amor, a pesar de ello
nuestros oídos no han estado atentos y
Te hemos ignorado... Nos hemos rebelado contra Ti...

Padre, estamos llenos de miseria y
somos campeones cuando se trata de maldad.
El susurro de nuestros corazones es venenoso
y nuestra alma es como la noche.

¡Oh Padre! admito que hemos convertido Tu Casa
en una guarida de lagartos y arañas,
y sin embargo, no escondiste Tu Mano derecha,
¡nos has colmado de cosas buenas!

Padre, en nuestro inmenso orgullo,
hemos traicionado Tu Imagen,
hemos cometido un doble crimen:
deslealtad y división.
Dejamos de dar agua a los sedientos,
dejamos de dar pan a los hambrientos.
El rencor es el pan nuestro de cada día,
provocando así que tiemblen los pilares del Cielo...
Nos hemos convertido todos en hojas marchitas
a causa de nuestra división. ¿Podemos decir:
"Hemos estado invocando Tu Nombre a una sola voz"?

Sin embargo, Padre, Tus Labios,
humedecidos por la bondad,
nunca cesan de llamarnos con bendiciones.
Tus Ojos se dirigen hacia Tus criaturas, con piedad.
Tu Majestad visita la tierra plantando viña tras viña.
¡Qué bienaventurados son los que Tú visitas
e invitas a caminar Contigo en Tus atrios Celestiales!

Padre, nuestras faltas nos abruman y
nuestros corazones están cargados de pecado;
sin embargo, en Tu Misericordia, borras cada maldad.

¿Hay alguien, hoy, que Te recuerde?
¿Hay alguien que Te ofrezca un pensamiento?
¿Hay alguien que Te consuele?

¿Hija? Recibe Mi Paz.

Mira, Yo no condeno a nadie, flor. Escúchame: trae de vuelta a Mis hijos a Mí. ¡Aplaca Mi indignación contra ellos! Ofréceme eso como un regalo en el día del Padre. Recuérdales hija, como lo has hecho hoy, que Yo soy su primer Padre, su compañero y mejor amigo, el Íntegro, que los vigila y los ama. Yo soy su Santo Compañero. Di a Mis hijos a quién deben vincularse en íntima amistad y cómo depositar su confianza en Mí.

Escúchame: Sé constante en tus oraciones, por amor a Mí. Estás atada por las promesas que tan generosamente hiciste, promesas de fidelidad a tu Padre. Yo soy Yahvé y estás unida a Mí con vínculos de amor. ¡Ah, hija! Satisface la sed de tu Padre por sus hijos, por tu lealtad, ofreciéndote a ti misma como sacrificio.

Permíteme que te utilice para hablar a sus corazones y avivar su amor. Mi suspiro no es un secreto para ti; el suspiro de tu Padre no es un secreto para ti. Niña Mía, sé amable al llevar a cabo Mi Mensaje. Yo Soy está siempre contigo. No tengas miedo, cuanto más avances, más debes rebajarte. Ten valor, al final los renovaré a todos en Mi Amor.