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5.05.87 Ayer, al acabar el Mensaje de Dios, sentí a Dios en mí y yo en Él, tan fuertemente, que sentí que no podía ya separarme de Él. Compañera Mía. Yo te amo. Vassula, dame todo; dame todo lo que tienes. Te he dado mi amor, me he dado a Ti, he desligado mis sentimientos de la tierra, me abandoné a Ti. ¿Habrá aún alguna cosa más que yo Te pueda dar? Hija, Me gusta oír que te abandonas a Mí. Déjame ser Quien te cautive. Esta noche sentí a Jesús, con tanta fuerza, que podía ver claramente Su Rostro, lo cual no me había sido fácil con anterioridad. Esta noche, Su Presencia era intensa. Él estaba lleno de fervor ardiente, como alguien apasionado decidido a convencer a una persona tibia. ¿Besarías Mis Llagas? Lo hice de una forma "mística" y, del mismo modo, le pedí que se sentara en la silla, cerca de mí. Inmediatamente sentí, de nuevo "místicamente", que Él así lo hizo. Estaba delante de mí, extendiendo Su Brazo sobre la mesa, hasta tocar mi cuaderno. (Jesús imprime, en mi mente, estas imágenes). Flor Mía, dedícate enteramente a Mí. ¿Estás dispuesta a oírme? Sí, Jesús. Prometida, bendita de Mi Alma, gratuitamente te he dado, por lo tanto, da tú gratuitamente. Únete a Mí. Sé una Conmigo, mírame a los Ojos. Lo hice. Jesús, ¿qué más puedo hacer? Ámame. Pero yo Te amo; ya lo dije muchas veces y Tú sabes que soy sincera. Mi alma suspira por Ti. Tú quisiste que yo me desapegara y así lo hice. Y Yo, Vassula, ¿acaso no suspiro por ti?. 1 Yo, tu Dios, ¿acaso no sufro por ti? 2 Bienamada, vive en Mí y Yo en ti; tú en Mí y Yo en ti, nosotros.  Adáptate a Mí, únete a Mí. Pero Tú ya nos uniste, Jesús. ¡Tú dijiste que lo has hecho! Sí, lo he hecho. De repente, me sentí físicamente cansada y le pedí permiso para retirarme. ¿Nos vamos, Jesús? ¿Por qué, hija? Estoy agotada, Jesús. Bienamada, quiero que te quedes. ¿Te quedarás? (Era la primera vez que Jesús insistía.) Entonces, me quedaré... Mi Corazón se rompe cuando Me dejas solo. Pero Tú estás conmigo; nosotros estamos juntos... Estoy contigo, ahora, pero tú Me olvidas tantas veces. Déjame libre y deja que Mis Manos Divinas te modelen como deseo. Yo te formaré a Mi Imagen; déjame libre de actuar en ti. ¡Yo soy Jesús y Jesús quiere decir Salvador! Hija Mía, te amo celosamente, te quiero enteramente Mía. Quiero que todo lo que hagas, lo hagas por Mí; no tolero rivales. Quiero que Me adores y vivas por Mí. Respira por Mí, ama por Mí, come por Mí, sonríe por Mí, inmólate por Mí. Todo lo que hagas, hazlo por Mí. Quiero consumirte, quiero inflamarte, para que Me desees sólo a Mí. Adórname con tus pétalos, flor Mía, coróname con tu Amor, quita Mi Corona de Espinas y sustitúyela por pétalos delicados, inúndame con tu perfume. ¡Ámame solamente a Mí! Di Mi Vida por ti, por Amor Sublime; ¿no harías tú también lo mismo por Mí, tu Esposo? Prometida, alegra a tu Esposo, ¡hazme feliz! Únete a Mí, con lazos eternos. Vive para Mí y sólo para Mí. Sé Mi sacrificio, sé Mi blanco, sé Mi Red. Criatura, ¿Me amas? ¿Y cómo podré no amarte, Dios mío? ¡Te amo! Dilo, dilo mucha veces, deja que Yo lo oiga. Amo escucharlo, dilo mil veces al día y todas las mañanas, después de tu reposo en Mí, ponte delante de Mí y dime: "Mi Señor, yo Te amo". Jesús, yo Te amo; ¿pero por qué estás siendo severo? (Tal vez no estoy haciendo lo suficiente). Ven, ¡no Me malentiendas! Es el Amor el que habla, son los deseos del Amor, es la Llama de Amor; es el Amor Celoso del Amor, Yo no tolero rivales. Apóyate en tu Padre Santo, Esposo, Compañero y Dios. Ven, descansemos uno en el otro. Ámame, hija Mía, también tú, con un Amor celoso. 1 Aquí comprendí lo que significa: "el alma suspira por su Dios y Dios suspira por esa alma" 2 Por el estado de separación de nuestras almas, al estar éstas en carne |
