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DEJA QUE TODO TU SER PENETRE EN MI


21.03.87

-Soy Yo, Jesús. Vassula, ¿quieres ejercitarte, bienamada, en verme con tu espíritu? Vassula, mírame.

Le miré.

-Sí, está bien.
-¿Has apoyado Tus Manos en la mesa?
-Sí.
-Ahora, ¿has cruzado los Brazos?
-Sí.
-Ahora, ¿has levantado un Brazo, has acercado la mano a Tu Rostro y has puesto Tu Dedo índice en tu Mejilla, sin mover el otro Brazo, como si estuvieras pensando?
-¡Muy bien! Ahora voy a intensificar Mi Presencia. Vassula, mírame.
-¿Tienes un libro, que sacaste del lado izquierdo de Tu túnica, con la mano derecha?
-Tengo un libro.
-No es muy grande.
-Exacto. Lo disciernes muy bien, Vassula. Mira en su interior y lee lo que pone.
-Lo intento, pero no lo consigo... Hay escrito: "mi altar eres tú..." ¡Jesús, no puedo, no consigo leer lo que pone después!
-Inténtalo ahora.
-"Mi altar sobre el cual... " No puedo, y creo que lo que leo no es así.
-Pequeña, ¿qué harías sin Mí? Tienes que elevar aún más tu alma hacia Mí. Vassula, Yo te ayudaré. Abandónate enteramente a Mí. Nunca te desanimes. Volveré con Mi libro más tarde.

(Estaba desanimada. Pensaba que Le había decepcionado por no haber elevado mi alma lo suficiente. ¡Temía que Su Paciencia tuviera un límite, que Él se cansara de mí y que me sustituyera por otra alma!)

-Vassula, no creas jamás que Yo te vaya a reemplazar por otra alma ¿Quieres creerme? Ven, lo intentaremos otra vez. Intenta discernirme más con tu espíritu, como lo has hecho ahora. Vassula, deja que todo tu ser penetre en Mí y se disuelva completamente en Mí. Ámame y repara por los demás. Levántate, Yo te enseñaré a elevar tu alma. Vamos.