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DE NACIÓN EN NACIÓN, YO DEJO QUE MI ESPÍRITU SOPLE

19.06.90

¿Jesús Mío?

Yo Soy.

La paz esté contigo. Hónrame, imitándome; glorifícame, amándome. Santifica tu cuerpo, ya que Yo vivo en ti al comerme y al beberme. Adórame, ten sed de Mí, repara por aquellos que no Me aman y están ciegos por su intelecto y que no pueden distinguir su mano derecha de su mano izquierda. Ora para que puedan darse cuenta de que necesitan percepción para que no se desvíen de Mis Palabras, como muchos de ellos lo hacen ahora. Ora para que ellos puedan comprender que lo que Yo quiero de estos sabios es la adoración. Quiero que vengan y Me rindan homenaje como los primeros pastores y como los Magos.

Yo sé que tengo en Mis Manos una simple niña, no temas. ¿No sé Yo a dónde te estoy enviando? Yo te he educado para ser Mi portadora, para que des testimonio de la Verdad. Alumna, tú eres Mía y de Mi Boca has aprendido. Toma la Mano de tu Maestro y permíteme guiarte a donde Yo quiero que estés. Apóyate en Mí, cuando estés cansada y desalentada, hija Mía y Yo te confortaré. Ah, Vassula, cada vez que te sientes miserable, Mi Corazón se vuelve en un Horno Ardiente de Amor, listo para consumirte. Escucha: ¡alégrate! porque ¿qué hay más grande que recibir el don de Mi Amor?

Comprende, niña Mía, que Yo soy Aquel que más te ama y siempre lo haré.



Más tarde.

Señor Todo Misericordioso,
nos hemos desviado de Tu Camino, sin embargo,
Tú nunca has dejado de proceder para con nosotros
con Misericordia y con gran Amor. Hoy recurro a Ti, Señor:
no nos abandones en los días de prueba,
sálvanos de la destrucción, líbranos del mal,
¡unifícanos en Tu Amor y en Tu Paz!

Yo te doy Mi Paz y Mi Amor, hija Mía.

La Iglesia revivirá a pesar de todas las tribulaciones por las que está pasando. Mi Iglesia será una y santa y Mi Pueblo hablará un lenguaje. Todas estas cosas pronto ocurrirán. Vassula, Yo resucitaré de nuevo a Mi Iglesia por Mi Amor y Misericordia Infinitos. Yo voy a devolverles sus viñedos y haré de este valle de muerte, un camino a la Esperanza y todos ustedes Me responderán, como lo hacían antes, cuando eran jóvenes y puros.

Desde hace bastante tiempo, ustedes rechazaron el Conocimiento, ofreciéndome sacrificios que nunca Me llegaron, pero en Mi Misericordia, diré a cada valle de muerte: ¡levántate! Que cada valle oscuro se llene con Mi Palabra, que cada montaña y colina se incline para pastar y que todos los que han sido marcados en la frente con el Suspiro de Mi Amor vengan y coman del Árbol de la Vida.

Hoy les estoy dando a todos la oportunidad de escuchar claramente Mi Voz, de Mi Santa Morada. Mi Voz resuena como un eco, desde Jerusalén y alcanza a todos los habitantes de la tierra. Nadie podrá decir más tarde que no los he estado advirtiendo. De nación en nación, Yo dejo que Mi Espíritu sople. Yo les estoy enviando a todos a Mis servidores, a los profetas, tan persistentemente, para que les recuerde Quién es su Padre y que los aleje de sus actos de maldad y para que enmienden sus acciones.

Yo vengo a detenerlos de sus teorías idólatras que son ateas. Yo les estoy enviando a Mis mensajeros para recordarles de Mis preceptos y para recordarles que vivan santos como Yo soy Santo, para que todos sean dignos de verme a la Cara el Día de Mi Regreso.

Hija Mía, sé Mi incienso, Yo siempre te alimentaré.


Señor, ¡tengo tantas cosas que decirte!

¿Cosas?

¡Sí! Para empezar, yo no soy digna de nada de lo que me has dado.

Lo sé, pero Yo doy la Sabiduría al pobre y al sencillo. Deja que Mi Amor te envuelva. Ven, nunca olvides Mi Presencia.

Que Tu Buen Espíritu nos guíe por un camino plano.
Yahvé, por el bien de Tu Nombre
cumple Tu Promesa de salvarnos . Amén.
(Salmo 143,10-11)