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LA OBEDIENCIA A MI, TU DIOS,
ESTÁ ANTES QUE LA OBEDIENCIA A LOS HOMBRES
TODA DEVOCIÓN A MI MADRE AGRADA A MI CORAZÓN

4.12.89

(Sentí que Jesús me llamaba, y tuve que correr a Él).

Hija, tú eres la niña de Mis Ojos, que nadie te engañe a pensar lo contrario. Tu debilidad Me apasiona incesantemente. Tu incapacidad Me recuerda la de Mis primeros discípulos, cuando, constantemente, tenían que depender de Mi Maestría. Hija, adórame y aférrate a Mí porque Yo soy la Vida.



Vassula Mía, la obediencia a Mí, tu Dios, está antes que la obediencia a los hombres. Medita sobre estas palabras.

Señor, hoy tengo problemas para concentrarme.

Eleva tu alma hacia Mí reduciendo tus pensamientos externos, recógete a ti misma y siente Mi Presencia. Permite que tu alma se eleve, de la meditación a la contemplación. Alcánzame a Mí, tu Dios, en silencio. Ven a Mí en adoración contemplativa. ¿Ves? Ahora reza el Rosario.

(Jesús quería que rezara el Rosario, mientras estábamos en dictado...).

Yo te escucho junto con Mi Madre.

(Recé el principio del Rosario hasta el primer Misterio. Hoy se meditan los Misterios Gloriosos).

Yo he resucitado. ¿Rezamos? Te ayudaré a meditar. Ven.

(Después de terminar el primer Misterio).

Ten cuidado de no perder tu concentración. Ven dentro del siguiente Misterio, cuando Yo ascendí al Padre. Bienamada, reza. Amén...

Entra ahora en Mi tercer Misterio, cuando Mi Espíritu Santo descendió como lenguas de Fuego. Ora por el próximo Pentecostés. Tu generación ya siente los dolores de Su nacimiento. La noche casi termina. El amanecer pronto llegará y, cuando lo haga, el mal que merodeaba, con facilidad en la noche, huirá al amanecer. Sí, en verdad, Mi Espíritu de Gracia se derramará sobre toda la humanidad, y tu generación será alimentada directamente por Mí. Ustedes serán enseñados y guiados por Mí, e incluso Mis Santos y Mis Ángeles de lo Alto los encontrarán en cada esquina. Yo derramaré sobre ustedes Mi Pan, ¡alégrense y estén contentos! Yo, el Señor, soy la Luz del mundo. Que aquellos que tienen oídos oigan. Ten valor, pronto estará aquí el amanecer.

Ven, medita ... Ahora viene el cuarto Misterio, la Asunción de Mi Madre Bienamada. Sé bendita y medita ...

Bendita, entremos ahora en el quinto Misterio, donde Yo, el Señor, corono a Mi Madre y La nombro Reina del Cielo. Hija, Yo deseo que reflexiones este glorioso Misterio. Ven. Toda devoción a Mi Madre agrada a Mi Corazón.

Ven, escribe. Yo estoy cerca de ti. Regocíjate, alma. Toma tu lápiz y copia todo esto.