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UNA IGLESIA CELESTE


2.11.89

Estos días el Señor me está mostrando constantemente las tres barras de hierro. Esta vez las vi de un brillante color anaranjado, pues parecían estar muy calientes.

-Mi Vassula, con Mi Fuego y por el poder de Mi Llama, no sólo ablandaré estas barras de hierro, sino que con Mi Aliento las fundiré del todo para forjar con ellas una sola barra sólida para siempre jamás. Entonces todos vosotros alcanzaréis el conocimiento absoluto de Mi Voluntad y de Mi Benevolencia. Esto será Mi Don para vosotros, una Iglesia Celeste. Ella estará radiante con Mi Gloria y vuestros himnos se cantarán en torno a un Solo Tabernáculo y vuestra tierra de espectros revivirá, transfigurada y resucitada. Ven, hija, la Sabiduría te instruirá. Yo te bendigo. Ámame.