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YO SOY CONOCIDO POR ACERCARME
A LAS ALMAS QUE SON POBRES

13.05.89

¿Jesús?

Yo Soy. Disciérneme completamente y con la capacidad que te he dado. Benditos sean los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bendita seas. Ten cuidado del maligno que está redoblando sus esfuerzos para desalentarte. Yo te estoy ayudando para que no caigas en sus trampas. Yo estoy nivelando tu camino, ¿no lo has notado?

Sí, mi Señor, lo he notado y Te bendigo.

Recuerda, Soy Yo quien te promueve, alma queridísima. Nunca olvides tu incapacidad y tu ineptitud, para, incluso, respirar sin Mí. Recuerda siempre la manera en que Yo obro. Yo te he escogido, así como a otros también, para recibir Mis Mensajes. Yo soy conocido por acercarme a las almas que son pobres, para sanarlas y a través de ellas, hacer que Mi Palabra sea conocida.

¿Señor, me puedo atrever a decirte algo?

El Amor está escuchando.

Señor, muchas veces se nos da Tu Palabra, pero también muchas veces, nunca es escuchada, ni creída.

Lo sé, sin embargo no todo es en vano, porque aun cuando muchos no escuchan, hay algunos pocos que sí lo hacen, así, aún cuando solo un grano eche raíces, todos estos sacrificios valen la pena.

Señor, con Tu Gracia y por piedad, Tú nos das a todos estos Mensajes, pero podría haber habido multitudes leyéndolos y convirtiéndose, pero no es de esta manera. Tus Mensajes son combatidos y muchas veces ignorados, incluso por los Tuyos.

Flor, esta es la gran apostasía en Mi Iglesia. Mi Iglesia está llena de Caínes que se entronizan a sí mismos, en Mi Santuario. Prestan más atención a las formalidades que a Mis enseñanzas de Amor. Yo les he confiado millones de almas para que las conduzcan a Mí, con amor, pero ellos se han adueñado de la llave del conocimiento. Ni entran ellos, ni permiten entrar a los que quieren.

Señor, ¿por cuánto tiempo todavía tenemos que sufrir?

No por mucho tiempo. Pon tu confianza en Mí. Ven, te leeré un pasaje de Mi Palabra.

Jesús me indicó Jeremías 4,5-31

Creación, no te demores, conviértete y escucha Mi Palabra. Ven. ¿Nosotros?

Sí, mi Señor, y me parece que yo nunca lo digo estos días.

Y Yo quiero que lo digas, Vassula... Sonríeme.

¿Eres verdaderamente Tú?

Yo Soy, flor, ¿cuántas veces tendré que decírtelo?

Lo sé, Jesús, pero me gusta escuchar que lo confirmas.

Comprende entonces cómo amo también escucharte repetir Mi Nombre. Yo nunca Me canso de escuchar que Me llamas. Ten Mi Nombre siempre en tu mente, en tu corazón. Pronuncia Mi Nombre siempre y en todas partes. Habla de Mí, eso Me glorifica.

¡Ah, Jesús! ¡Tú me has dado tanto! Bendito sea Tu Nombre, Gloria a Dios.

Ten Mi Paz. ¿Besarás Mis Pies?

Sí, mi Señor.

(Besé los Pies del Señor en espíritu y en el crucifijo.)

Glorifícame permaneciendo fiel a Mí.