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PALABRAS INFANTILES DE AMOR

16.08.88

Más tarde: la Santísima Virgen.

Vassula, sé íntima Conmigo, llámame Mamá, ten Mi Paz. Yo te amo.

Yo también Te amo. Enséñame a amarte más.

Vassula, Yo te he colocado en Mi Sagrado Corazón.

Señor, Te agradezco por haberme dado esta gracia de encontrarte, de sentirte y de verte.

Este es Mi don para ti. Sin embargo, nunca olvides que este don se te ha dado para Mis intereses y para Mi Gloria. Acaríciame con tu amor, perfúmame con tu amor, consuélame con tu amor, glorifícame a Mí, tu Señor, con tu amor. Eleva tu mente hacia Mí, y sólo para Mí. Yo Soy el Único y el Solo que cuenta. Yo Soy Todo, Yo Soy el Eterno, el Alfa y el Omega. Yo Soy Él-Que-Salva, tu Creador. Yo Soy el Santo de los Santos, Yo Soy el Espíritu de Amor. Así que, ven a Mí. Yo sé qué frágil eres, ven a Mí y ámame. Yo siempre te recordaré que Yo Soy tu Dios.

No importa qué débil y miserable eres, Mi Fuerza te sostendrá. Alma queridísima, recuerda una cosa más. Recuerda que Yo no necesito a nadie, Yo Me basto a Mí Mismo, para llevar a cabo Mis Obras, pero amo compartir Mis Obras con Mi creación. Así que, mírame y regocíjate, alma, por haberte favorecido. Hay muchos que hubieran anhelado ver lo que tú ves, pero nunca lo vieron, escuchado lo que tú escuchas, pero nunca lo escucharon, sentir lo que tú sientes y nunca lo sintieron. Así que, ¡regocíjate, alma! ¡Regocíjate! Cúbreme con alabanzas, coróname con guirnaldas de Amor, perfúmame con incienso, adórname con tus palabras infantiles de amor, bendíceme a Mí, tu Señor, y adórame amada.

De Mí, siempre tendrás Mi Pan, y además, en abundancia. Yo nutriré tu alma. Yo Soy tu Salvador y te prometo que siempre estaré cerca de ti, de esta manera especial, hasta el fin.

La Sabiduría concede sus recursos, no sólo a los justos, sino también a los injustos...

Ven.