Discurso de Mons. Joao Evangelista Terra


Monseñor Joao Evangelista Terra, obispo auxiliar de Brasilia, es un exegeta de renombre, conocido en el mundo entero. Trabajó en diversos países de todo el mundo, incluído El Vaticano, donde trabajó con el Cardenal Ratzinger durante 10 años en "L'Osservatore Romano". Respaldando totalmente a Vassula pidió dirigir al pueblo las palabras que se mencionan a continuación, para concluir el encuentro de oración de Brasilia, el 12 de octubre de 1997.

Continuamente aplaudido por los miles de participantes del encuentro, Mons. Joao Evangelista Terra habló con tanta firmeza como convicción que parecía no darse cuenta de los continuos aplausos, con una sonrisa imperturbable en los labios. Tanto su firme convicción como la extraordinaria alegría que sentía eran evidentes en ese ambiente de fe y de evangelización carismática que le rodeaba. Atentos y agradecidos escuchemos a Mons. Joao Evangelista Terra:


Quisiera decir unas palabras de agradecimiento, como obispo auxiliar, por la alegría que sentimos con la presencia de Vassula aquí en Brasilia.

¡Es ciertamente una gracia extraordinaria!. Hemos vivido esta semana, la presencia del Papa en Río de Janeiro. Tuvo mucho más valor que numerosas misiones. Allí había dos millones de personas; realmente era la presencia de la gracia transformando; nosotros que estuvimos allí salimos verdaderamente renovados.

El Papa nos exhorta para que nos preparemos, durante estos tres años, para el Tercer Milenio. Estamos terminando actualmente el primero de esos tres años. Este año meditamos sobre Jesucristo: sobre la virtud teologal de la fe, sobre el Sacramento del Bautismo. El mismo Papa nos invita ahora a meditar, a partir de este momento, en noviembre, sobre el próximo año enteramente consagrado al Espíritu Santo. El año de 1998 será el año de la renovación carismática, un año lleno del Espíritu Santo en el que meditaremos sobre el Sacramento de la Confirmación, la virtud teologal de la Esperanza, y María, Modelo de Esperanza.

El año 1999, vigilia del gran Jubileo del Tercer Milenio que está por llegar, está íntegramente consagrado a Dios Padre. Y vemos como Vassula habla con tanto cariño, llamando a Dios "papá", como lo hacía Jesús con una gran osadía. En el año 1999, todos meditaremos también sobre el Padre; la virtud teologal del Amor - el Padre es la fuente del Amor-, sobre el Sacramento de la Reconciliación. Vemos que María es el Modelo del Amor, la Madre del Tierno Amor. Esa es la preparación, los tres años de preparación.

El año pasado estuvimos en un congreso en Jerusalén, invitados por los Rabinos. Había unos 100 Rabinos, 500 Obispos cristianos - católicos y ortodoxos - y 12 Cardenales. De regreso, hablé con el Papa. Él se entusiasmó. He vivido dos años en Jerusalén. Ya entonces, mostré al Papa mi gran esperanza. Para el año 2000, (el Papa) está preparando intensamente la reunión de los cristianos con los miembros religiones monoteístas -judíos y musulmanes -. Habrá un gran congreso en el Monte Sinaí, que reunirá Judíos, Cristianos y musulmanes: una esperanza, un sueño del Papa. !Este Papa es un santo!. Su sueño está realmente inspirado por Dios: un gran congreso en Jerusalén con todas las religiones de las Iglesias Cristianas tratando intensivamente sobre la Iglesia Ortodoxa, las Iglesias Evangélicas, - las grandes Iglesias evangélicas - con la esperanza de que se realice la oración de Jesucristo: que haya un solo corazón, un solo rebaño, y un solo Pastor.

Esta es la misión de Vassula. También para ella, su misión se resume en esto: realizar en el año 2000 esta petición de Jesús; es una oración verdaderamente escandalosa que hace Jesús; ¡escandalosa!: "Padre, yo quiero que todos sean uno". Perdón, ¿es así cómo se pide?. Por lo menos se dice "por favor" : "¡Padre, Yo quiero!" ha dicho Él. Él quiere, no es una falta de educación, no, Él sabe que eso es lo que el Padre quiere. Que la voluntad del Padre sea Su propia voluntad: que haya uno solo rebaño y un solo Pastor. Es la oración de Cristo.

Este milenio, desde el año 1000 hasta el 2000, fue un milenio de grandes pruebas, de divisiones en la Iglesia. Que este Tercer Milenio sea un milenio de unidad. Dios nos envía esta persona carismática. Conozco a Vassula desde hace 5 años, cuando la conocí en Recife (1) . Hablo un poco su lengua materna. Trabajé también dos años en Oriente, en Egipto, y yo mismo, la he saludado: "« ... »" y ella contestó con ternura, diciendo en árabe: « ... » (2).

De hecho, ¡qué alegría esa Misa!... Yo no sé si ella se acordará: en el Colegio de las Damas, en ese gimnasio lleno a reventar. Cuando empecé a leer el Evangelio del día, según el estilo de Jesús, diciendo: " Cállate y sal de ese hombre", de repente, de la boca de un poseso, una voz estruendosa gritó: ¡no salgo! ¡Yo no quiero salir!. Diez mil personas permanecieron petrificadas. Yo me callé y permanecí quieto. No deseaba discutir con Satanás; bajé la cabeza. Toda la gente empezó a rezar el Padrenuestro, a orar... y de repente, todos se callaron: allá arriba, estaba él, en el tercer piso, y se disponía a saltar. Se necesitaron cinco personas para sujetarlo.

Terminamos la Misa. El poseso fue a pedirle perdón a Vassula, diciendo: "Yo no sé lo que sucedió". Y siguió contando: "cuando nací, mi padre me consagro a Satanás. Mi vida fue un infierno. Mi única esperanza era que usted me impusiera las manos." Él estaba arrodillado, trasformado. ¡Era fenomenal!...

Nuestro gran amigo, Mons. Víctor decía: (3) "¡Cada vez que Vassula aparece, Satanás hace de las suyas!". El año pasado, se acordarán ustedes, las luces se apagaron, aquí, antes de que la reunión empezara.

Y hablando de Mons. Víctor, este año tuvimos una reunión de la Conferencia de los Obispos de la región con el Santo Padre. Entonces le pregunté respecto a Vassula. El Cardenal Ratzinger dijo entonces: "He recibido una montaña de cartas de cardenales". Aunque el Cardenal estaba hablabando solo en italiano, Mons. Víctor le preguntó en alemán: " ¿Pero, Cardenal, debo cambiar de actitud?" (O sea, ¿debo de dejar de apoyar a Vassula?). - "Siga como usted lo ha hecho hasta ahora" le respondió entonces en alemán el Cardenal (frente a nosotros que le entendíamos), "sin embargo tenga prudencia";(4)

Entonces, vemos el hecho... por los frutos es por lo que se conoce. Pregúntese: ¿En este movimiento se han observado cuales son los frutos? ¡cuantas transformaciones!, ¡cuantas conversiones!. Por los frutos es por lo que se conoce al árbol.

Hoy, ustedes han llenado este recinto. ¿Porqué han venido ustedes aquí? ¿Porqué? Porque hubo una invitación, el porque yo no lo sé... Pero esto es una oportunidad. La razón por la cual hemos venido es que Alguien nos ha traído. "Nadie viene a Mí, a menos que Mi Padre Celestial lo atraiga"(Jn. 6,44). Habéis sido atraídos por alguien, quien primero, nos ha amado. Alguien que nos ha traído aquí para que escuchemos una palabra de luz, una palabra de salvación. ¿Habéis comprendido?. Debéis estar muy contentos; habéis tenido una oportunidad (5). En cierta modo, representáis a una selección de esta diócesis. Aquellos que han sido atraídos por el Padre han venido hasta aquí. ¡La belleza de esta bienvenida!.

Están viendo lo que significa la presencia de una persona carismática. El carisma no es una gracia de santificación (personal). Eso no quiere decir que Vassula sea más santa que vosotros. Es una gracia para santificar a los demás. Debemos estar muy agradecidos porque esta gracia nos santifica, nos acerca más a Jesucristo. Ella nos prepara al Tercer Milenio.

Vassula, unas pequeñas palabras en francés: Quiero manifestarte mi gran gozo. Estamos realmente felices de tenerte entre nosotros; es una presencia de gracia, de luz y de sol. Muchas gracias, Vassula.

Ediçoes Boa Nova y Atualizando Medjugorje



(1) Fue la primera visita de Vassula a Brasil, acompañada del Padre O' Carroll y de los responsables de las ediciones Boa Nova.
(2) Lamento no conocer nada del idioma árabe, por lo que es me imposible transcribir lo que he escucho en la grabación, tanto el saludo como la respuesta.
(3) Se trata de Mons. Víctor Tielbeeck, obispo titular de la diócesis de Formosa, en el estado de Goías, en Brasil.
(4) Esta respuesta del Cardenal Ratzinger está perfectamente en concordancia con la directiva que él dio en México el 10 de mayo de 1996: ustedes pueden seguir promoviendo sus escritos, pero siempre con discernimiento.
(5) La palabra "oportunidad" fue dicha en francés: chance.

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