8. Jesús conforta a las mujeres de Jerusalén

(Lc 23,27-32)

Mujeres en agonía se acercaron, para lavar Mi Rostro Hinchado; las oía llorar y lamentarse, "Sean benditas", les dije. "Mi Sangre lavará todos los pecados de la humanidad. Mira, hija, el tiempo ha llegado para su salvación". (9 de noviembre de 1986)

¡Ay de aquellos que aún estén cargando sus pecados, enroscado en ellos como cuando se lleva un niño, cuando llegue Mi Día! (2 de junio de 1991)

Entonces, todos los dirigentes de la tierra, los gobernadores y los comandantes, la gente rica y los hombres de influencia, la población entera, esclavos y ciudadanos, irán a las montañas para esconderse en cavernas y entre las rocas. Dirán a las montañas y a las rocas: "Caed sobre nosotros y ocultadnos de Aquel que se sienta en el Trono y de la cólera del Cordero. (3 de marzo de 1992)


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