Enviado: Martes, 16 de Julio de 2002

Asunto:  Una inmensa presencia

 


Este  testimonio fue escrito en 1999.


Hasta 1993, nunca había oído hablar de Vassula Rydén y la única manera
de describir mi vida espiritual era como 'apenas viva'. El enfoque de
mi vida eran mis logros, y todo aquello que yo pudiera adquirir para
mi comodidad y bienestar. Durante un viaje a Inglaterra, y a través de
un amigo, conocí a un sacerdote de la Orden de San Bernardo. Cuando ya
me iba, esa tarde en que lo conocí, me entregó una bolsa de plástico y
me dijo: "Te presto una 'bolsa anti aburrimiento' que puedes encontrar
de utilidad".

Esa noche investigué el contenido de la bolsa. Había una grabadora con
audífonos (walkman), con una plática grabada de Vassula Rydén, de
quien jamás había oído y, realmente, no me sentía con ánimo de
escuchar una plática de nadie.

Me metí a la cama, y sentí una necesidad imperiosa de escuchar la
plática de esta mujer, de la que nada sabía.

Recuerdo que me puse los audífonos, y su voz, tan diferente a
cualquier otra que jamás había escuchado, atrajo, completamente, mi
atención. Escuché cada palabra de su plática, y, al terminar, salí de
la cama y oré durante el resto de la noche.

En Londres, estaba desesperada por leer todo lo que pudiera de sus
Mensajes. Todas mis solicitudes de información acerca de ella,
recibían respuestas de extrañeza y desconcierto. Acudí a una librería
Católica, muy conocida y, pacientemente, busqué en cada estante, en la
sección que consideraba apropiada para los libros de Vassula. No
estaban ahí, así que le pedí a la vendedora los primeros dos
volúmenes, los cuales, para entonces, estaban impresos, y le di el
nombre del editor.

Ella buscó en la computadora y me dijo que no había oído acerca de
Vassula, ni del editor, y que no me podía ayudar. Estaba a punto de
salir de la librería cuando algo me hizo regresar a la misma sección
de libros, en la que yo acababa de buscar cuidadosamente.

Mientras me acercaba a los mismos estantes, vi el primer volumen de
Vassula, en cubierta morada, y el segundo, con cubierta azul,
colocados en el anaquel, resaltando por encima de los otros libros.

¡No podía creerlo!. Los tomé y fui con la vendedora, quien me acababa
de decir que no los tenía en el inventario, y que no podía
localizarlos, ni sabía como conseguírmelos.  La mujer estaba
sorprendida y llamó al gerente. ¡¡¡Los libros ni estaban etiquetados,
ni tenían precio!!!.

Tenía, ya, mis primeros dos volúmenes, los cuales devoré. Mi vida ha
cambiado desde entonces, enormemente, y de muchísimas maneras como
para relatarlas aquí. El Señor me ha dado una poderosa consciencia de
Su Presencia en el Santísimo Sacramento y me atrae, frecuentemente, a
la Adoración, lo que ha cambiado mi vida. También, me ha dado la
oportunidad de compartir los libros de Vassula con muchas personas,
quienes como yo, le han dado un nuevo enfoque a sus vidas. El año
pasado, cuando Vassula vino a Melbourne, Australia, ayudé a arreglar
el salón en la Universidad Xavier, para la reunión. El Padre Maher me
pidió que condujera el Rosario, mientras estábamos esperando la
llegada de Vassula. Durante el tercer misterio, de repente, sentí una
Inmensa Presencia que me llenó y me sobrecogió. En ese momento, tenía
cerrados mis ojos. La sensación de esa Presencia me hizo abrir los
ojos y ahí, ante mí, estaba Vassula, que había llegado,
silenciosamente.....

Estoy, inmensamente, agradecida por las muchas gracias que recibo,
diariamente, a través de los Mensajes de la VVeD, los cuales han
cambiado, completamente, mi vida.




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