Enviado: Miércoles, 3 de abril de 2002

Asunto:  Egipto

 


A petición de Vassula, Carol Chamberlain escribe desde Egipto.


Querida Familia de la VVeD:

Les escribo desde El Cairo, Egipto, donde he tenido, y todavía tengo, el
privilegio de vivir y trabajar, desde el 14 de septiembre del año
pasado. Llegué a encargarme de mi actual trabajo aquí, solo tres días
después de los eventos en Nueva York. A pesar de muchas dudas y de
cualquier temor que yo, mi familia y amigos pudiéramos tener, tengo que
decirles que, desde que estoy aquí, me he sentido más segura que nunca
antes en mi vida. La única cosa de la que temo es comer demasiado de la
maravillosa comida, que es difícil resistir.

El año pasado, antes de venir a Egipto, tuve otro maravilloso
privilegio. El de trabajar, en Roma, con Vassula, ayudándola en lo que
pude, en la enorme misión a la que ella dijo "sí", y que emprende,
diariamente, con un alto costo personal, pero el cual, he observado,
hace con gusto y alegría.

En ese año, asistí a Vassula con los preparativos iniciales para la
peregrinación a Egipto, revisando todas las solicitudes para el
registro, contactando a muchas asociaciones alrededor del mundo, y otras
cosas como éstas. Yo no tenía idea que sería transferida a Egipto, justo
seis meses después. En retrospectiva, siento que todo esto solo puede
ser plan de Dios, ya que ahora me encuentro ayudando en la organización
de, lo que entiendo, es un regalo que Jesús tiene atesorado para
nosotros aquí.

Es, por lo tanto, la razón principal por la que escribo, ya que siento
que la gente necesita saber que Jesús nos ha invitado, de nuevo, dentro
de Su Asombroso Amor, a participar, si podemos, en este viaje
maravilloso a través de la Tierra Santa de Egipto. Escribo esto para que
estén concientes de que las calles de Egipto son más seguras que las
calles de los Estados Unidos, las del Reino Unido, y de muchos otros
países, en donde diariamente, ocurren incontables crímenes y fechorías.

Los egipcios son gente cálida, amistosa, y extremadamente hospitalarios.
Ellos no quieren nada, más que visitantes que vengan a Egipto, disfruten
y experimenten su país, y sean tratados con la hospitalidad por la que
los egipcios son conocidos.

Vivo en el centro del Cairo, y nunca he atestiguado ninguna animosidad
hacia los no egipcios, y ciertamente, nunca he sido testigo, ni he
experimentado, alguna violencia visible o agresión, excepto la de los
miles de conductores en las calles, que maniobran para ver quién gana
una posición en el carril más rápido. Aquí viven más de 16 millones de
personas, así que creo que esto habla por sí mismo.

Por mi trabajo, también he viajado, extensivamente, en el Alto Egipto, a
donde nosotros viajaremos y nos sentiremos, incluso, más seguros, ya que
la ley egipcia establece que todos los extranjeros visitantes, es decir,
los no egipcios, deben ser provistos con Guardias para Turistas.

Por lo tanto, por favor tengan confianza, y no tengan temor de venir a
Egipto en lo que, espero y creo, verdaderamente, será otro don del Cielo
para la Familia de la VVeD.




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