Enviado: Miércoles, 16 de enero de 2002

Asunto:  Estos Mensajes que Salvan

 


El siguiente testimonio fue enviado por una persona de Escocia.


Nací en el seno de una familia Católica y mi fe fue fomentada por mi
madre. Fui muy devota durante mi niñez. Las cosas cambiaron conforme
crecí, y empecé a tener serias dudas acerca de mi fe. Un domingo, en
Misa, el sacerdote nos dijo que si él elevaba una rebanada de cualquier
marca de pan de caja, después de la Consagración, tendríamos que hacer
una reverencia, ya que este se habría convertido en el Cuerpo de Cristo.
Se me hizo muy difícil aceptar esto, y desde entonces, mi fe disminuyó
rápidamente.

Me involucré en política de izquierda, y me convertí en lo que se conoce
como una 'atea Católica', es decir, alguien que había sido Católica,
pero que ya no soportaba oir hablar de Dios. Mi incredulidad era tal,
que tomé como parte de mi misión, tratar de evitar que otros creyeran en
Dios, a toda costa.

Eventualmente, me desilusioné del partido político del que formaba
parte, y maduré un poco. Me casé y tuve hijos. No le permití a mi hija
mayor recibir educación religiosa en la escuela, sin embargo, cedí en
cuanto a la Navidad, permitiendo que se hablara de Santa Claus, se
hicieran fiestas, e incluso, se dieran regalos. Después de un tiempo, mi
hija me sorprendió cuando decidió que quería ser Católica. Se lo permití
e, incluso, asistía a la Iglesia con ella, justificándome que tenía que
llevarla, ya que ella era aún muy joven para ir sola. Algunas veces, me
sentía un poco sola y triste en la Iglesia, pero también me dejaba un
sentimiento de paz.

Mucho después, Dios puso una Biblia en mi camino, por medio de mi hijo.
Siendo una ávida lectora y no teniendo otra cosa que leer, la abrí. Me
he dado cuenta que algunas personas, en sus testimonios, a menudo, dicen
que fueron a escuchar a Vassula, 'solo para reírse', o que abrieron la
Biblia, porque estaban 'un poco aburridas'. Yo no soy distinta a ellas.
Usé una excusa similar, argumentando que no tenía otra cosa que leer. Me
di cuenta que, una vez que comencé a leerla, me era difícil dejar de
pensar en lo que había leído, y siempre anhelaba leer más.

 
Una amiga, a la que conocí casualmente, me invitó a ir a la Iglesia, y
así, volví. Incluso, me uní a un curso católico. ¡Dios utilizó a mis dos
hijos para traerme de regreso a la Iglesia, y aunque ninguno de ellos
asiste, estoy segura de que Él tiene planes para ellos!.

En la Iglesia, oí hablar de la 'Verdadera Vida en Dios', y sentí tal
curiosidad, que tuve que conseguir el Volumen Uno de los Mensajes. Una
vez que empecé a leerlos, tuve una reacción extraña. Mi mente me decía
que eran tonterías, pero mi corazón estaba tan conmovido por lo que
leía, que incluso llegué hasta las lágrimas. Ansiaba esas tardes cuando
tenía tiempo para mí, para leer lo que sabía eran las Palabras de Dios.
Leí los volúmenes de los Mensajes, igual como una persona hambrienta
devora los alimentos.

A la fecha, he estado leyendo los Mensajes cerca de dos años, y asisto
al grupo de oración de la VVeD de mi ciudad. Al principio, tuve algo de
dificultad para comprender aún los Mensajes más sencillos, pero ahora,
me doy cuenta de que esto es debido a los años de mi racionalismo y
ateísmo. Ahora, estoy aprendiendo a confiar en Dios, entregarle mi
voluntad, y confiar en la amorosa intercesión de Nuestra Madre Bendita.

Le agradezco a Dios que sea tan Paciente, Amoroso y Clemente. Ahora sé
que Jesús está, verdaderamente, presente en el Pan Consagrado, sin
importar la forma que éste tenga.

Estoy aprendiendo a cambiar, y mi vida es mucho más feliz. Ya no anhelo
cosas que no necesito. Ahora, encuentro placer en otras cosas. Le estoy
tan agradecida a Dios, puesto que estaba espiritualmente muerta, y Su
Amor y Misericordia Infinita me regresaron a la vida.

Estoy escribiendo esto en el aniversario número 16 de la Verdadera Vida
en Dios, y oro para que lo que he escrito, anime a más personas a
propagar estos Mensajes que salvan.

"Los invito a que vengan al Abrazo de Su Novio, y les mostraré, cómo Yo,
Yahvé, puedo adornar su espíritu, pródigamente, ofreciéndoles un
manantial de Mi Divino Amor, para que ustedes, a cambio, Me regresen,
este flujo de amor...... Mi Mano Poderosa los sostendrá, y jamás querrán
alejarse nuevamente de Mi" (25/09/97).





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