Sent: Sunday, September 14, 2003 5:12 AM
Subject: Testimonio de Australia

Suzy y Avo Vardanian envían este testimonio desde Australia. Para obtener fotos de las estatuas que lloran, en su casa, contacten a Avo en: avovar@bigpond.com

 

Mi nombre es Doris y soy francesa. Hace dos años y medio, llegué a Australia. Tenía casi 33 años de edad y había prestado mis servicios en la Armada Francesa durante doce años. Decidí tomar un descanso de mi trabajo, para aprender inglés, pero también para descansar. Mi plan era viajar al extranjero, para luego regresar a Francia, después de un año, y solicitar un empleo en las Naciones Unidas o en la Unión Europea.

 

Australia me atrajo y especialmente, Queensland, ya que yo quería continuar buceando. Como Dios tiene el primer lugar en mi vida, Le pedí que me condujera hacia Su gente en Australia. Él me respondió, especialmente, a través de los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios. Él me mantuvo tan ocupada con Sus asuntos, que ni siquiera pude bucear una sola vez.

 

Mi ‘primera conversión’

 

A la edad de 20 años, contraje una enfermedad del sistema inmunológico que me hizo darme cuenta que, sí, incluso a los 20 años, mi vida podía terminar pronto. Luego comprendí cuán egoísta era, ya que todos tenemos que morir algún día. Estaba haciendo una tormenta por el hecho de que me estaba sucediendo a mí. En ese momento, se volvió muy importante saber, ¿qué pasaría después de la muerte? No podía creer que mi vida terminaría simplemente ahí. Tenía que encontrar la verdad. No mucho tiempo después de esto, mientras estaba acostada en mi cama, fui iluminada de que no estaba perdida y abandonada aquí en la tierra y aunque fuera a morir, no había necesidad de tener miedo, porque Aquel que me creó estaba ahí y estaba esperándome.

 

Aunque fui bautizada como Católica Romana, en casa no practicábamos nuestra fe, aunque siempre asistí a la Iglesia. Ahora, había llegado la hora de que yo creciera en el entendimiento de mi fe. Mientras trabajaba en París, había empezado a pasar muchos días y muchas horas en Iglesias y Catedrales Católicas. Lo que más necesitaba era estar en la Casa de Dios, estar con Dios y absorber Su Paz. Yo necesitaba Sus Palabras y Su Amor que era la única manera de obtener descanso.

 

Un día, mirando un gran Crucifijo en una Iglesia, Jesús crucificado me dio la Gracia de encontrarlo en Su Corazón. Pensé que Dios Mismo había sufrido tanto para mostrarnos lo que es el Amor. ¡Yo creí en Él! Era la primera vez que yo estaba experimentando una profunda alegría en el sufrimiento. Yo dije que Te seguiría y aceptaría cualquier cosa que sucediera, porque Tú eres la Verdad. Yo me sentía segura con Él. Llegué a comprender que mi enfermedad era en realidad una bendición (cinco años después fui curada).

 

¡Entonces, empezaron las luchas, cuando tuve que enfrentar la realidad de que creer en Jesús no era suficiente, para tener paz entre los hombres, e incluso entre los Cristianos! ¿Dónde estaba la verdad? ¿A cuál Iglesia acudir? ¡Un Dios, el Creador, una fe y no un pueblo! ¡Qué decepción! Por la Gracia de Dios, mi corazón se enamoró de los escritos del Papa. Yo, simplemente lo amaba e incluso si no entendía todo, mi espíritu estaba en paz con sus enseñanzas. Sin embargo, todavía tenía cierta dificultad en aceptar totalmente a la Iglesia, ya que no podía aceptar que los creyentes del Mismo Dios, pudieran estar divididos. Mi corazón no quería esa división y estaba pidiendo que toda la humanidad fuera una familia, sin ninguna diferencia entre nosotros. No sabía y no entendía por qué era así. Faltaba la Unidad. ¿Acaso no procedemos todos del Mismo Creador?

 

 Mi primer contacto con el Creador de todo, como una niña

 

En mi niñez, yo buscaba entre mis padres, mis parientes y maestros, a alguien que supiera la verdad. Obtuve la Gracia de saber, en mi corazón, que el Papa era para mí, el único en la tierra, quien tenía dentro de sí, la única verdad existente. Eso sucedió cuando lo vi en la televisión dando su bendición Urbi et Orbi. Nadie sabía acerca de esto, pero yo estaba en completa paz, y de ahí en adelante, pensé que de seguro no estábamos abandonados o perdidos aquí en la tierra, e incluso, si yo no entendía todo, creí en el Poder Invisible de Dios y que todas las enseñanzas venían de Él. Crecí en Alsacia, un pequeño pueblo en las afueras de Francia, y pasaba fuera de mi casa la mayoría del tiempo.

 

Solía caminar en el bosque, buscando hongos, recogiendo diferentes flores y hierbas y observando a los animales y a los insectos.  Ayudaba a mis padres y vecinos con el jardín,  las flores, verduras o frutas y con todo aquello que se me pedía. Acostumbraba a pasar mucho tiempo con los ancianos y disfrutaba escucharlos cuando hablaban de sus vidas. Me gustaba asistir a la escuela. Disfrutaba todo acerca de la naturaleza y estaba asombrada por su belleza y perfección, hasta en las cosas más pequeñas. Ya, ahí, Dios me estaba llevando más cerca de Él. Admiraba la creación y me enamoré de Aquel que hizo todas las cosas. Él era mi descanso y mi consuelo. 

 

Mi primer contacto con la gente de Dios, en Australia

 

En marzo de 2001, llegué a la Costa Dorada, en Robina, para tomar un curso para aprender inglés. Tan pronto como fue posible fui a la Casa de mi Padre, a la Iglesia del Sagrado Corazón, en las Islas Clear Waters. Le agradecí por haber llegado con bien y Le pedí Su ayuda, ya que no podía entender bien el inglés y necesitaba escuchar Sus Palabras durante la Misa. Aunque tenía mi Biblia en francés, decidí comprar una Biblia en inglés en una tiendita de la Iglesia.

 

Fue ahí cuando Marianne se acercó a mí. Ella me había visto tratando de explicarle a la mujer de la tienda, acerca de la Biblia que quería comprar. Marianne dijo que ella me traería la que yo estaba buscando. Al mismo tiempo, le dije que yo estaba buscando alojamiento. Ella me invitó a su casa. Fui ahí y decidí quedarme a vivir en su casa.

 

Le dije a Dios: “Me pongo en Tus Manos, por favor cuídame”. Un poco después, una tarde, después de Misa, mientras iba a casa, Marianne me dijo que se iba a reunir con unos amigos y que yo estaría entre personas de Dios. Sentí el cuidado de Marianne  hacia mí, como una madre quería que no tuviera miedo. También me platicó acerca de Vassula Rydén, una mujer que recibía Mensajes de Jesús, los Mensajes de la “Verdadera Vida en Dios”. Pensé y Le dije al Jesús que yo conocía: “Oh no, por favor, eso no. ¿Dónde estoy?”

 

Cuando Marianne dijo eso, yo me quedé confundida; no sabía acerca de quién estaba hablando. El Jesús que yo conocía no daba Mensajes. De repente, era como si fuera la primera vez que escuchaba Su Nombre.

 

También habló de sus amigos Suzy y Avo, quienes son Ortodoxos Armenios y distribuyen los libros de Vassula. ¡Más aún, esa pareja tiene una estatua de Nuestra Señora de Lourdes en su casa que llora y despide un olor a perfume! Marianne dijo que iríamos a su casa. Marianne estaba muy contenta y dijo que Vassula, precisamente, había hecho un viaje a Australia, de hecho, apenas el mes anterior. Ella me dijo que bueno era leer los Mensajes. Le dije a Marianne que, de cualquier forma, yo no podía leer los libros, porque era demasiado difícil a causa de mi poco inglés. Tenía una buena excusa.

 

Marianne siempre me quiso tal como soy. Ella me dio los libros de la VVeD y las oraciones, pero nunca me insistió en que los leyera o hiciera las oraciones. Ella me ayudó con el idioma inglés. Leíamos juntas la Biblia y lentamente, vi de verdad el Amor de Dios, a través de ella. En el fondo de mi corazón no era que no quisiera leer los Mensajes de la VVeD, ya que yo amaba a Dios, pero tenía miedo de equivocarme de camino. Así que ahora, verdaderamente, tenía que aprender inglés para poder averiguar acerca de estos Mensajes. Con la ayuda de un diccionario, leí lo que el Papa y los sacerdotes Católicos pensaban acerca de ellos, al igual que los Protestantes y los Ortodoxos. El sitio de Internet www.tlig.org me dio una gran cantidad de información para ayudarme a discernir y especialmente, para ver cuánto se habían difundido los Mensajes.

 

Leí muchos testimonios. De hecho, supe lo que los Mensajes habían obrado en otros. Han  habido muchas conversiones. Visité la casa de Suzy y de Avo, vi la estatua de la que Marianne me había hablado y olí el perfume de rosas que emana de la estatua. Pasé la Pascua con ellos. Aprendí a rezar el Rosario. Lo que más me gustó fue que ellos eran Ortodoxos y no hacían ninguna diferencia con los Católicos. Combatí, luché contra todo lo que estaba sucediendo y oré a mi Padre, ya sea para que me mantuviera ahí y me ayudara si esto venía de Él, o que me alejara rápidamente. 

 

Tiempo de discernimiento y mi resistencia ante los Mensajes de la VVeD

 

El período de marzo a agosto de 2001 fue un tiempo de discernimiento. Yo era muy lenta para discernir. Entonces, una mañana mientras estaba caminando en la playa y leyendo de nuevo unos extractos del pequeño cuaderno de la VVeD “Un Divino Llamado Nupcial”, ¡de repente, recibí la Gracia de reconocer que venía de Dios Todopoderoso!… ¡y que yo no creía!.... y que no reconocía a Aquel a quien yo afirmaba amar.

 

El curso de inglés había terminado. No sabía que iba a hacer después. Decidí regresar a Francia a trabajar, pero antes de eso, viajaría alrededor de Australia, hasta diciembre. Partí de la Costa Dorada y viajé al Norte. Fue en Cairns, una tarde mientras me bañaba, que sentí una protuberancia en mi seno. Pensé, bueno Doris, no entendiste la primera vez, ahora, he aquí otra ocasión para que te des cuenta que tu vida no te pertenece. Eso me hizo regresar a la casa de Marianne en la Costa Dorada. Me tenía que hacer exámenes de laboratorio. Al mismo tiempo, hubo una Misa de sanación en la Iglesia del Sagrado Corazón. Antes de ir ahí, estuve orando y llorando ante la estatua de Nuestra Madre Bendita en casa de Suzy, diciéndole a la Virgen, que se hiciera la Voluntad de Dios. Dentro mi corazón supe que mi oración había sido escuchada. Durante la Misa, me entregué de nuevo y dije que no tomaría ninguna decisión para ir aquí o allá, nunca más, sino que haría lo que Dios tuviera preparado para mí desde toda la eternidad. Que yo deseaba que Él viera por mí.

 

Dios no desperdició ni un momento y al final de la Misa, Él empezó a darme Sus Gracias. Había llegado el momento de mi más profunda purificación. Él me mostró cuán Poderoso es y qué Él es la Luz Pura. Él me llevó hacia Su Corazón. Me mostró cuánto sabía Él de mí y que sólo estando unida a Él sería posible para mí el vivir mi vida aquí en la tierra, y después en Su Gloria. (Mientras tanto, la protuberancia en mi pecho, gradualmente, se había ido reduciendo y ahora, ha desaparecido, completamente).

  

Aprendiendo a entregarte a Él para poder recibir Su Ayuda

 

Luego, empecé a decir un “sí” tras otro. Acepté todas las invitaciones que recibí a través de las personas que Él puso en mi camino. Viajé desde la Costa Dorada hasta Sydney, Melbourne, a diferentes lugares en Victoria y Nueva Zelanda, luego de regreso a la Costa Dorada, luego a diferentes lugares en Australia del Oeste. No conocía a nadie en ninguno de todos estos lugares, pero de alguna manera, todo fue arreglado. Eso duró, desde septiembre de 2001 a diciembre de 2002.

 

Primero, Dios me enseñó cuán pecadora, enferma, impotente y temerosa era yo. Me entregué a Él y Le pedí desde el fondo de mi corazón que me ayudara. Le pedí a la Madre de mi Dios que me ayudara, porque yo La amaba y no conocía a nadie más que me pudiera entender. En ese entonces, apenas estaba sobreviviendo, más que viviendo. Mi único descanso eran las oraciones, Misas, lectura de la Biblia y extractos de los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios. Empecé a experimentar el Poder de Sus Palabras Amorosas y Sanadoras al leer de los extractos de los Mensajes de la VVeD. Sentí que era importante que yo leyera los Mensajes empezando con el Volumen 1. Me di cuenta que la tormenta en la que yo me encontraba era un gran gracia y supe que Él me sacaría de ella. Cuando leía los extractos, no podía dejar de leerlos.

 

Yo estaba recibiendo Su Himno de Amor, que estaba restaurando mi espíritu después de haber estado tan inquieto. Fue entonces que empecé a leer los Mensajes desde el principio.

 

Así que me llevó seis meses para discernir y seis meses en la tormenta, antes de que yo me comprometiera a leerlos.

 

El crecimiento espiritual en la comprensión de Quién es Dios y quién soy yo

 

Me tomó casi un año leer todos los volúmenes. Durante ese periodo, sentí como si estuviera en un hospital, pero en un verdadero hospital. El hospital, el cual es el Corazón de nuestro Dios. Con gran Amor y Bondad, me llevó de regreso al tiempo en que Él me creó, mostrándome las diferentes etapas de mi vida, sumergiéndome en Su Amor. Jesús me reconcilió con Su Iglesia compartiendo conmigo, en Sus Mensajes, cuánto sufre por nuestras divisiones.

 

Su Cuerpo está en agonía por nuestros pecados. Los Mensajes de la VVeD me hicieron comprender, de una manera más profunda, que Él es el Único Bueno y que ningún hombre es bueno. Que todos debemos inclinarnos ante Él y que sólo entonces, estaremos verdaderamente en unidad y reconciliados. En los Mensajes, Jesús dice que la unidad vendrá con amor y humildad. Ésa es la clave. Su Iglesia debe ser reconstruida, primero, en cada corazón.

 

Cuando Jesús estaba muriendo en la Cruz, Él oró a Su Padre para que nos perdonara, porque no sabíamos lo que estábamos haciendo. Por supuesto que si supiéramos, no actuaríamos como lo hacemos. Necesitamos ser enseñados de nuevo. Los Mensajes de la VVeD son como una escuela donde todos nosotros somos llamados a aprender a vivir, para lo que hemos sido creados. Son un pan de entendimiento.

 

Dios me condujo de una nueva manera hacia Él, Presente en el Bendito Sacramento, para permitirme ser amada por el Amor. Entonces, comprendí que Él había estado haciendo esto desde que yo era una niña, ya que había sido siempre difícil que yo pasara por una Iglesia y que tratara de resistir a no entrar en ella, aunque fuera por un momento. Un misterio que yo no había comprendido.

 

Por Su Amor y Misericordia, Él me dio Gracias especiales

 

Al final de diciembre de 2002 regresé a Queensland. Yo estaba en la etapa de orar por la restauración de mi familia que es muy querida por mí. Estuve luchando mucho en esa área. Entonces, regresé a vivir con Marianne y una tarde, recibí por primera vez la gracia de tener mi recámara llena de perfume de rosas. Mi corazón estaba lleno de agradecimiento a mi Madre Celestial por estar tan cerca de mí, una hija tan indigna. No podía entenderlo, pero recibí este regalo con lágrimas. Sabía que esto ocurría, pero jamás me hubiera imaginado que me hubiera ocurrido a mí. Pensé que esto nunca más volvería a pasar. Unos días después, de nuevo, en la noche, después de haber estado orando, cuando ya me iba a la cama, me sentí atraída a oler mi almohada, algo que yo nunca había hecho antes.

 

Mi almohada olía exactamente como una gran rosa, así de fuerte era el perfume. Llamé a Marianne, aunque mi primera reacción fue la de guardármelo sólo para mí.  Esa noche, realmente no dormí; tenía el perfume alrededor de mi cara, toda la noche. El perfume permaneció la noche entera y algunos días después, tanto en la noche, como en el día. Comprendí que Mi Madre Celestial me estaba consolando de una manera muy poderosa, ya que yo estaba pasando una época muy difícil.  En febrero de 2003, nuevamente, mi cama tenía olor a rosas, durante algunos días y noches. Más adelante, el perfume a rosas continuaba de nuevo, ya sea a mi alrededor, o en imágenes o Rosarios. Esa experiencia ocurría incluso en lugares públicos. Sabía que, realmente yo no estaba caminando sola.

 

Hace algunas semanas (julio 2003), cuando regresé de Australia del Oeste, después de haber estado fuera de la Costa Dorada, durante cuatro meses, me encontré con otra sorpresa en la casa de Suzy y Avo: la estatua del Sagrado Corazón de Jesús que estaba junto a la estatua de Su Mamá, en el pequeño altar en su sala. La estatua de Jesús emana aceite de la Llaga de la Mano Derecha y del Pie Izquierdo y despide un perfume celestial.

 

El número de miembros del grupo de oración de la Verdadera Vida en Dios que conocí, cuando por primera vez llegué a casa de Suzy y Avo, en marzo de 2001, eran quizás alrededor de 15 personas. Hoy, ellos tienen dos reuniones de oración cada mes, con una asistencia de cincuenta a setenta personas. Primero, empiezan con el Santo Rosario y algunas veces recitan en diferentes idiomas porque hay veinte diferentes nacionalidades en las reuniones de oración. Luego, leen un Mensaje de Nuestra Santa Madre de los Mensajes de la VVeD. Algunas veces, hay celebración de la Santa Misa o continúan con oraciones de intercesión, una lectura de la Biblia y una lectura de Jesús de los Mensajes de la VVeD. Luego, Avo da una plática de las Escrituras y de los Mensajes de la VVeD. Terminan la reunión de oración con himnos, oraciones al Espíritu Santo para la sanación y la paz del mundo. Luego, todos nos dedicamos a conocernos, los unos a los otros, y platicamos, mientras tomamos té, café y emparedados. Muchas personas traen alimentos a las reuniones de oración.

 

El perfume de rosas y los Mensajes de la VVeD

 

Hace poco tiempo, mientras leía los Mensajes de la VVeD, me encontré con el Mensaje del 26 de septiembre de 1988.

 

Vassula: ¿Dios mío?

 

Jesús: Yo soy. Vassula Mía, trátame como un Rey. Conduce a todas las almas a Mí. Aquellas que quieran escuchar, las levantaré y las colocaré en Mi Sagrado Corazón.

 

María: Bienamada

 

Vassula:  Sí, ¿Santa Madre?

 

María: Sí, escúchame. Mi perfume, lo propago entre ustedes.

 

(Muchos de aquellos que siguen esta revelación, han olido incienso y rosas)

 

Dénse cuenta de que Nuestra Presencia está entre ustedes, escuchando sus corazones. ¡Cuánto los amamos! Hijos, Yo soy Su Madre. Permitan a Mi Hijo que los conduzca y los sane, purificándolos. Déjense ser sanados por Jesús. Reciban esta Gracia que Mi Hijo les está ofreciendo. Comprendan por qué Él busca cada alma. ¡Jesús los ama infinitamente! Yo, la Madre de toda la humanidad, la Madre de su Salvador estoy cerca de ustedes, hijos y siempre atenta a ayudarlos. ¡Vengan! Abran sus corazones a Nosotros. Nosotros Somos su Sagrada Familia. Reciban Nuestra Paz. Jesús y Yo los bendecimos a todos.

 

Vassula: Yo te bendigo Santa Madre, Madre de Dios.

 

Acción de gracias a mi Dios y a Sus hijos

 

Yo le agradezco a nuestra Santa Madre por ser una de aquellas quienes han olido el perfume. María es una verdadera Madre dada a nosotros por Jesús Mismo. Como yo tengo a mi Padre en el Cielo, María se ha convertido, de una manera más íntima, en mi Madre Celestial, a quien yo necesito para que me conduzca hacia mi Salvador. Ella me enseña cómo vivir y cómo amar. ¡Como hija, yo la admiro porque Ella fue el único ser humano que había aceptado toda la verdad en Ella, y todo lo que hizo fue por un acto puro de fe! La Anunciación tiene un lugar muy especial en mi corazón.

 

Durante estos dos años y medio, Dios no me permitió vivir por mí misma, sino que siempre me condujo a vivir entre Sus hijos en el campo. Él me dio muchas señales para mostrarme Su Mano en todo lo que estaba sucediendo, especialmente utilizando la naturaleza, ya que Él sabe que este es el lugar donde yo puedo meditar y aprender de Él.

 

Le agradezco a Dios con todo mi corazón por todos aquellos que me han recibido y han orado por mí, aquí en Australia y en Nueva Zelanda, y Le pido a Dios y a Sus hijos que me perdonen por mi falta de amor y misericordia hacia ellos. He escrito todo esto para compartir el Amor que el Cielo tiene para todos nosotros. Los Mensajes de la VVeD me han llevado a una unión más íntima con nuestra Familia Celestial. La próxima semana viajo de Australia, a Inglaterra, donde Le pido a Dios que continúe enseñándome cómo amarlo a Él, a mi familia y a mi prójimo. Le pido Sus Gracias para hacerme apta para servir a la Vida y para unirme al Ejército Celestial contra Satanás, quien “merodea a través del mundo, buscando la ruina de las almas”. Amén

 

 

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