Estimados hermanos, de la VVeD:

 

¡La Paz de Nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes!

Hace 5 años me reconcilié y volví a la Casa del Padre. Desde entonces, gracias al Señor, estamos juntos y trato de
seguirlo según los caminos que Él suavemente me va mostrando.

Quisiera darles mi pequeño testimonio sobre mi encuentro con la VVeD.  Estuve leyendo algunos de los testimonios que se
publican en el Foro y quise enviarles este "mi pequeño tesorito" y compartirlo con ustedes, para que nos alegremos en el Señor. 

Antes de haberme encontrado con la VVeD, había escuchado la lectura en la cual, más o menos, el Señor nos dice: ...
"Alégrate Jerusalén, porque mañana Yo haré Maravillas entre ustedes..." No recuerdo bien el pasaje exacto de las Escrituras, pero es cuando Josué va a tomar la Tierra Prometida.  Me quedé con estas palabras y con el sentido de las mismas, durante dos o tres días, y me preguntaba y trataba de ver cuáles serían las maravillas que Él me daría.  Aún cuando no lo tomaba literalmente, sabía dentro de mí, que Él en muchas ocasiones ha obrado Maravillas concretas en mi propia y pobre vida, y entonces estaba a la espera silenciosa. No comprendía que sería algo "literal".

 

Con frecuencia, alabo a Jesús, utilizando canciones que hablan de amor, con el sólo deseo de alabarlo (recientemente, me enteré de que también otros hermanos de oración lo hacen). Personalmente yo le he cantado canciones con frases del tipo: "volver a amar una vez más, nacer de nuevo en Tí, en Tu mirar, llenando con Tu Luz las sombras de mi soledad...", etc.

Lo cierto es que una mañana, me levanté con la idea de que la canción "Propiedad Privada", sería la que Él me cantaría a mí y a todos sus hijos rescatados, en especial cuando dice: "para que sepan todos a Quién tú perteneces, con Sangre de Mis Venas te marcaré la frente... ". No sé por qué, pero supuse que si Él nos cantara algo, sería similar a esto... y la cantaba yo misma pensando en el Amor tan Inmenso con que Jesús nos ama a cada uno de nosotros. Pensé, entonces, que me tenía que aprender la letra de la canción para que cuando la cantara pensara en el Amor que Él nos tiene (tal vez son ideas infantiles, pero....).

 

Fue así como buscando la letra de la canción en internet, de pronto encontré un vínculo a un título que dice así:

"YO TE CANTARÉ MI CANCIÓN DE AMOR"¨

 

Pensé: "¡Esto tiene que ser de Alguien muy especial...!". Entonces al abrir el vínculo pude leer el hermosísimo mensaje que se titula "YO TE CANTARÉ MI CANCIÓN DE AMOR", del 27 de noviembre de 1990. Recuerdo, de memoria, la frase de saludo que dice: "Querídisima alma, la Paz esté contigo. ¿Estás contenta de estar Conmigo?"

De inmediato, mi corazón se llenó de una tremenda Alegría y una Dulzura inexplicable.  Para mí realmente el Señor estaba hablándome al corazón...Es esa alegría tan inmensa de saberse amada y correspondida por el Creador... Fue muy hermoso, muy emocionante...y en esos momentos, uno quisiera también que todo el mundo se sintiera igual, que por lo menos alguna vez experimentaran un sentimiento tan hermoso y a la vez. Cerré mi explorador de internet y me retiré a orar, por temor a que alguien no bien dispuesto se encontrara con mi ENORME TESORO!

Desde esa vez, cada día leo los mensajes publicados en la VVeD, ¡con una avidez muy grande!  Mi amor por el Señor, creo, se ha vuelto mucho más dulce y más íntimo que antes.  Y, ultimamente, también ha incrementado en mí el deseo de consolar su Sagrado Corazón.  Había leído antes además un librito titulado: "Cartas a un hermano sacerdote" donde se describe la relación con Dios de muchos de Sus Santos que diariamente le dedicaban horas de adoración al Santísimo Sacramento.

¡Doy gracias a Dios por proveernos de estas cosas tan hermosas!

Espero que este testimonio sirva para alabarlo y darle gracias por las Grandes Maravillas que Él obra en nuestras vidas,
como la Verdadera Vida en Dios, y también, por las demás cosas, simples, cotidianas, hermosas: un beso de madre, una caricia de niño, tener para darle algo a alguien que lo necesita, una gota de rocío, el aleteo de un pájaro, el canto de una paloma, una florecita, las fiestas de un perro, una sonrisa a tiempo, el color del cielo al amanecer, una pareja unida, el regreso de un amigo lejano... etc., etc... 

¡Alabado y Bendito sea Nuestro Señor por querer compartir con nosotros todas estas Maravillas y Nuestra Amorosa Madre la Santísima Virgen María!

 

 

Solange Bester

 

 

 

 

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