Sent: Tuesday, May 20, 2003 3:33 AM
Subject: Discernimiento

La Asociación de la VVeD, en Argentina, solicita urgentemente sus oraciones, debido a que los dueños del local donde se presentará Vassula, en Buenos Aires, el próximo jueves 22 de mayo, están amenazando con cancelar, alegando que tienen un evento deportivo ese mismo día.   Gracias por sus oraciones para que la Palabra de Nuestro Padre Amoroso llegue a Argentina.

 

 

 

El Padre John Abberton, guía espiritual de la VVeD en Inglaterra y Gales, escribe:

 

Últimamente, he estado muy preocupado sobre lo que parece ser una falta de buen discernimiento en la VVeD. No puedo entrar en detalles, ya que incluye personas y acontecimientos específicos y no quiero mencionar nombres. En todo caso, es algo que todos nosotros debemos considerar.

 

Últimamente, he tenido que tratar con alguien que necesitaba liberación, quien sostenía haber recibido revelaciones privadas de Dios. El material era peligroso y herético y no tuve ningún problema en ver esto. Esta persona no podía verlo. Muchas veces podemos ser engañados por el enemigo (o sus agentes), para considerar algo como que viene del Espíritu Santo cuando, realmente, viene de nosotros mismos.  ¿Puedo enfatizar este punto? No todo lo que está equivocado o distorsionado viene directamente de Satanás. Mucho de ello, quizás la mayor parte, viene de nosotros. Somos personas imperfectas y nuestros propios egos, visiones erróneas, escaso razonamiento, carencia de buena teología, así como otras motivaciones subconscientes psicológicas y el simple orgullo, juegan una parte de una manera u otra. Necesitamos un conocimiento propio, humilde y adecuado, y debemos orar para ser protegidos de nuestras debilidades y compulsiones.

 

Aquellos que reciben locuciones, revelaciones privadas de una clase u otra, inspiraciones y cosas así, no son, normalmente, quienes disciernen su propio material. En algunos casos extraordinarios, (creo que Vassula es uno de ellos) el don del discernimiento está presente como un don especial del Espíritu Santo. Yo creo que es un grave error que los miembros de la VVeD asuman que ellos tienen el mismo don. En la mayoría de los casos, necesitamos directores espirituales y necesitamos crecer en nuestro entendimiento de doctrina. Esto no significa que no haya casos en que somos conducidos a seguir algo, porque tenemos un sentido interno que nos dice que es correcto, pero el sentido común y una espiritualidad sensata nos sugeriría que consultemos con un buen director espiritual. Esto es necesario porque, el consultar con otros del “mismo parecer”, puede no sacar a relucir toda la verdad. A menudo, podemos ser conducidos a consultar a aquellos que dirán lo que queremos escuchar. Cuando se consulta a un director espiritual, es necesario, también, presentar el caso lo más ampliamente posible. Un director puede ser engañado por versiones “cortadas” de nuestras inspiraciones o ambiciones. Con frecuencia, es hasta después que el director espiritual dirá: “si me hubieras dicho eso, yo te hubiera dicho algo diferente”.

 

La VVeD es un movimiento extraordinario del Espíritu. Nuestro Señor está cerca de nosotros y nos habla a cada uno, pero es por esto, precisamente, por lo que debemos ser más cuidadosos de lo que éramos antes de que nos involucráramos con esto. Tomando nuestras debilidades con nosotros, hemos llegado a ser parte de un movimiento para la santidad y la renovación. Debemos tener mucho cuidado, incluso, con lo que parecen ser buenas inspiraciones. Todo debe ser probado en la oración y el conocimiento propio es algo que todos necesitamos (hasta el punto que Dios lo permita), para que nuestras vidas espirituales puedan ser, gradualmente, purificadas de aquellos elementos que causan distorsiones y ambiciones erróneas.

 

Sí, el enemigo es poderoso e inteligente, pero no lo culpen de todo lo que sale mal. No sólo estamos luchando contra de él, estamos luchando contra nuestras propias debilidades y motivos ocultos. Uno de los salmos habla del “pecado oculto”.  A menudo pienso en el subconsciente cuando leo esto y qué tan cuidadoso debo de ser para permitir al Espíritu Santo que me guíe, a través de los caminos enredados que no puedo ver, claramente, o que no puedo despejar mediante mis propios esfuerzos.

 

Tengamos nuestros pies firmemente plantados en el suelo, mientras le ofrecemos nuestros corazones y mentes al Señor. Jesús Mismo caminó esta buena tierra y es bueno sentir el suelo bajo nuestros pies. Todavía no estamos flotando en las nubes.

 

Padre John Abberton

 

 

 

 

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