Sent: Thursday, March 20, 2003 3:14 PM
Subject: La Institucion de la Cuaresma

El siguiente fragmento fue tomado del artículo “LA GRAN CUARESMA – Un Significado de Semana a Semana”, escrita por el Reverendo George Mastrantonis, el cual fue amablemente enviado por Catarina Andritsaki.

 

 

Hay instituciones y símbolos adoptados por las naciones, Iglesias o grupos de hombres, que representan determinados ideales, acumulados en el pasado. Estas instituciones, es decir, preceptos con autoridad reconocida, y símbolos, representan los pensamientos y sentimientos de aquellos que los crearon o los adoptaron y ponen en ellos toda la experiencia del pasado, a menudo, a través de la lucha y el sacrificio. Por ejemplo, unos metros de tela roja, azul y blanca, tienen poco valor por sí mismos. Pero si uno los coloca en cierto patrón de rayas y estrellas, se convierten en la bandera de los Estados Unidos de América y representan los ideales y la unidad del pueblo de América. ….  Representa la unidad nacional con la que obtuvieron sus derechos como pueblo. Lo mismo puede decirse de las instituciones de una nación, ejército o cualquier grupo de personas.

 

Estas instituciones son creadas por la gente y usadas por ellas mismas, de determinada manera, para lograr ciertos fines. Algunas de estas instituciones son los medios para lograr ciertos valores e ideales. En la vida de la Iglesia de Cristo hay muchas instituciones creadas y mantenidas para cubrir las necesidades de la gente – la Ecclesia (Iglesia). Entre éstas, está la Gran Cuaresma que cae dentro del año (ciclo) de la vida de la Iglesia antes de la Pascha (Pascua). La Cuaresma es el tiempo de auto examinación del creyente, para ponerse la armadura espiritual de la Iglesia Militante; para aplicar las riquezas de las oraciones y para hacer caridad; para adoptar profundamente el significado del arrepentimiento, de la expiación y la reconciliación con Dios Todopoderoso.

 

Este gran período de Cuaresma, antes de la Pascua, es llamado por la Iglesia Ortodoxa, “Tessaracoste” (Quadragesimal), que viene de la palabra cuarenta (los 40 días de “ayuno”). Esta Institución de los 40 días de Cuaresma precede la Resurrección de Cristo. La celebración de la Resurrección de Cristo no cae en la misma fecha cada año, sino que se determina conforme a la posición de la luna y del equinoccio de primavera, basándose en la situación original en que se encontraban durante los últimos Acontecimientos de la vida de Cristo en la Tierra. Este período de 40 días de Cuaresma es un período de “abstinencia” de alimentos, pero, principalmente de pecados personales. La abstinencia de alimentos (ayuno) por sí sola es un medio para alcanzar la virtud, pero no es un fin en sí mismo.

 

Durante el período de ayuno, uno hace un intento especial de evaluar su llamado como Cristiano, de escuchar la voz del Evangelio y tomar en cuenta Sus Mandamientos, de aceptar la invitación constante para entrar en el Reino de Cristo. Es una invitación abierta para todos los que estén dispuestos a entrar, para quienes creen en Cristo y se arrepienten de sus pecados; para quien se voltea, directamente, hacia Cristo. Para lograr esto, que es una preocupación de todo el año, la Iglesia Cristiana, desde hace muchos años, sin experiencia y de acuerdo a la naturaleza del hombre, instituyó ciertos días de oración y ayuno como peldaños de una escalera para ayudar a aquellos que necesitan guía, para alcanzar este altiplano espiritual. Todos estos peldaños deben tener un significado personal auténtico para evitar que se conviertan simplemente en un hábito y una rutina. Ayunar comprende toda la vida piadosa del Cristiano, como Cristo proclamó, lo que simboliza una profunda aceptación de Su exhortación para “arrepentirse”. Esto puede ser logrado, no tanto en medida de tiempo, sino con obras de amor a Dios y al prójimo.

 

Durante el período de la Gran Cuaresma, el despertar del espíritu del hombre viene a través de la inspiración de la Cabeza de la Iglesia, Jesucristo. Es tiempo de auto examinarse y de preparación y de hacer un inventario de la vida interior personal. El hombre y Cristo conocen su condición exacta. En este tiempo, uno se ve a sí mismo en el espejo del Evangelio – la manera en que uno se ve. Uno encuentra los medios y maneras para corregirse y mejorarse a sí mismo. La Cuaresma es un período de tiempo cuando uno escudriña su interior con la Luz del Espíritu Santo, con el fin de librarse a sí mismo de los impedimentos que lo refrenan. Es un período cuando uno refuerza su fe con más oración y vida de devoción.

 

Examinemos, entonces, el significado del ayuno, el cual se convirtió en una Institución de la Iglesia. Ayunar significa la total abstinencia de alimentos, tal como la palabra original griega en la Biblia, ‘nesteia’, significa literalmente. La palabra ayunar, hoy, se usa para seleccionar alimentos y limitar su cantidad. Ayunar también puede significar comer una vez al día un pan, sal y agua, después de la puesta del sol. Aunque el período de Cuaresma apela al hombre, como un todo, en el arrepentimiento, la auto examinación, los actos de caridad, la reconciliación con personas con quien se está en desavenencia, y actitudes hacia la vida, la abstinencia de alimentos juega un papel vital en la vida del Cristiano. La cantidad y la clase de alimentos seleccionados para este período de Cuaresma ayuda a controlar los deseos carnales, a desarrollar la disciplina y una vida piadosa. Pero tiene un lugar preciso en la vida del Cristiano, especialmente durante la Gran Cuaresma.

 

 

 

 

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