Esta es la cuarta parte de los artículos sobre Ortodoxia.

 

 

ÍCONOS

 

La Iglesia Ortodoxa es famosa por tener íconos: extraños y, a menudo, oscuros retratos de Cristo y los santos.

 

¿Qué es un ícono? ¿Por qué los Ortodoxos los tienen en sus Iglesias y en sus casas? ¿Tienen un significado especial?

 

¿QUÉ ES UN ÍCONO?

 

La palabra ícono significa “imagen”. Un ícono es una imagen o retrato de alguien (o de un evento). Los íconos datan del principio de la Iglesia, cuando los retratos eran, comúnmente, pintados sobre páneles de madera. Actualmente los íconos siguen siendo pintados sobre madera. Debido a que algunos íconos son muy antiguos, éstos se ennegrecen por los años, el humo y el polvo, por esto esí que a menudo, son muy oscuros.

 

Un ícono no es como una pintura ordinaria. Muestra más que la apariencia de una persona. También, muestra su santidad, en otras palabras, muestra a la persona completa, cuerpo y alma. Por esta razón, un ícono no es sentimental, como podría ser una pintura religiosa ordinaria. Un ícono es, frecuentemente, llamado una “ventana a la eternidad”, porque muestra la dimensión eterna de una persona.

 

Antes de Jesús no había íconos. En el Antiguo Testamento estaba prohibido hacer estatuas o pinturas de Dios, porque, siendo Infinito y siendo Espíritu, Él no podía ser visto o descrito. Ya que los Ortodoxos creen que Jesús era Dios hecho Hombre, con un Cuerpo capaz de verse y de tocarse, Él, también, puede ser pintado. Por esto, un ícono es un SIGNO de la ENCARNACIÓN, es decir, de Dios hecho Carne y de que las COSAS de este mundo pueden ser llenas de lo Divino, porque con la Encarnación, la materia se volvió capaz de ser PORTADORA DEL ESPÍRITU.

 

LOS ÍCONOS COMO AYUDAS VISUALES

 

Los íconos son grandes ayudas visuales. Están llenos de simbolismo. La redondez de la cabeza y la rectitud de la nariz significan perfección espiritual. No hay sombras porque la luz de la eternidad destierra la oscuridad. La perspectiva está invertida, de manera que el Libro de los Evangelios en la Mano de Cristo, se extiende hacia la gente.

 

Hay reglas estrictas para pintar íconos. El artista, generalmente, copia íconos existentes, o en el caso de un nuevo santo, la Iglesia decide cómo debe ser pintado. Por ejemplo, un mártir lleva una cruz y un teólogo lleva su manuscrito.

 

Algunas veces, los íconos de los santos tienen escenas de sus vidas en el borde de los mismos, como una historieta. Los íconos de festividades muestran varios hechos separados en una escena, por ejemplo, el ícono de la Navidad muestra al Niño Jesús y a Su Madre en el centro, en la cueva; el ángel y los pastores en los campos, en una esquina, y los tres Reyes Magos en la otra. Así, los íconos pueden relatar historias, al igual que describir a una persona.

LA VENERACIÓN DE LOS ÍCONOS

 

Cuando un Ortodoxo entra a una Iglesia, compra algunas velas, va hacia el ícono de Cristo, hace la Señal de la Cruz, besa el ícono y enciende la vela.

 

Él está mostrando su amor y respeto, o VENERACIÓN a Cristo, besando Su Imagen. NO está adorando la madera y la pintura con que el ícono fue hecho. Esto es semejante a cuando alguien besa la foto de un ser querido, ¡ellos envían su beso a la persona en la foto y no al papel! Un Ortodoxo también besa la Biblia porque ésta un ícono escrito, la Palabra de Dios. Y al final de la Liturgia, todos se acercan, uno por uno, a besar la Cruz que sostiene el sacerdote, porque es una Imagen del Sacrificio de Cristo.

 

Cuando un ícono ha sido pintado, es bendecido en la Iglesia y se convierte en un canal de Gracia entre Dios y el mundo. Por esto, los íconos son tratados con especial cuidado. Cuando con el paso de los años se deterioran, éstos no se tiran, sino que son amorosamente restaurados. Si se ennegrecen por el humo de las velas, se limpian cuidadosamente. Sin importar su mala apariencia, todavía son objetos santos de veneración.

 

Pero, las PERSONAS, también son vistas como íconos, hechos a IMAGEN de Dios. Por eso, cuando el sacerdote inciensa los íconos en la Iglesia, también inciensa a las personas. Así como los íconos son tratados con amor y cuidado, también las PERSONAS tienen que ser tratadas de la misma manera. Los íconos nos recuerdan que CADA PERSONA es sagrada. Cuando una persona es dañada, física o emocionalmente, debe ser amada y cuidada como un ícono dañado, porque sigue siendo un ícono de Dios, a pesar de que la imagen original puede estar escondida o deforme.

 

EL RINCÓN DE LOS ÍCONOS

 

Un lugar tradicional para colocar los íconos en el hogar es el RINCÓN DE LOS ÍCONOS. En una esquina de una habitación, generalmente, diagonalmente opuesta a la puerta, se coloca un ícono de Cristo o de la Virgen y el Niño, en alto sobre la pared, para que atraiga la atención de la gente que entre a la habitación. Una lámpara votiva se coloca de pie o colgada frente al mismo y, a ambos lados, se sitúan otros íconos.

 

El rincón de los íconos es un centro de oración en la habitación y es el lugar en donde la familia hace sus oraciones. Es un área silenciosa de la habitación, un lugar al cual acudir cuando uno se siente triste o quiere alejarse de los demás. A los Rusos les gusta tener un rincón de íconos en su sala de estar, los Griegos lo prefieren en una recámara. En algunas casas, todas las habitaciones tienen, por lo menos, algún ícono en una esquina.

 

En las fiestas y días de santo, el rincón de los íconos es adornado con ricas telas bordadas o decoradas con flores y plantas. La Biblia familiar y un incensario para el hogar pueden ser guardados en una repisa, debajo de los íconos.

 

EL PANEL DE LOS ÍCONOS EN LA IGLESIA

 

El panel de los íconos (iconostas) separa el santuario de la nave de la Iglesia. Es SIMBÓLICO porque representa el hecho de que el Cielo y la Tierra están separados y que las personas no pueden ver a Dios.

 

Pero es también, como una pantalla de televisión, porque sobre ella hay pinturas de todas las personas en el Cielo que, de otra manera, serían invisibles, es decir Cristo, Su Madre, los santos y ángeles.

 

Sin embargo, el panel tiene aberturas que son las Puertas Reales, porque Cristo bajó del Cielo a la Tierra. Es por eso que, a través de las Puertas Reales, se saca la Palabra de Dios, es decir,  el Evangelio y el Cáliz para la Comunión.

 

A cada lado de las puertas hay grandes íconos de Cristo (a la derecha) y Su Madre (a la izquierda). Los santos y los Arcángeles Miguel y Gabriel están junto a Ellos. Arriba hay filas de pequeños íconos de las Festividades Griegas, los profetas, etc. Cristo es, generalmente, pintado arriba de las Puertas Reales, junto con la Anunciación y los cuatro Evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, sobre las puertas mismas.

 

Las Puertas Reales permanecen abiertas durante casi todo el Servicio Litúrgico, para que el altar esté a la vista de la congregación.

 

 

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