Sent: Sunday, December 01, 2002 8:17 PM
Subject: Ortodoxia 2

Este segundo artículo sobre la ‘Ortodoxia’ proporciona cierto fondo histórico. La mayor parte de este artículo fue escrito por un Ortodoxo, por lo que representa el punto de vista Ortodoxo, en asuntos que, para algunas personas, pueden resultar controversiales.

 

 

La Iglesia Cristiana, fundada por Jesucristo, dejó a Sus Apóstoles la tarea de salir de Jerusalén para formar discípulos en el mundo entero, bautizando en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Esta tarea misionaria empezó en PENTECOSTÉS, poco después de la Ascensión de Cristo, cuando los Apóstoles experimentaron la VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO. Pentecostés es llamado, a menudo, “el Cumpleaños de la Iglesia”. Después de eso, la Iglesia creció rápidamente, propagándose por todo el Imperio Romano. La historia de la Iglesia primitiva puede leerse en Hechos de los Apóstoles, en el Nuevo Testamento.

 

Durante los siguientes trescientos años, hubo mucha persecución en la que incontables personas fueron martirizadas por su fe, hasta que, finalmente, el Emperador Romano Constantino abanderó el Cristianismo, estableciendo una nueva capital Cristiana en Constantinopla. Finalmente, el Cristianismo se convirtió en la religión del estado.

 

Durante los siguientes cuatrocientos años, aproximadamente, la Iglesia convocó una serie de Concilios de sus obispos, llamados Concilios Generales o Ecuménicos, para discutir puntos de la doctrina que estaban siendo cuestionados. Los Siete Concilios Ecuménicos fueron considerados universalmente obligatorios, ya que fueron establecidos por la Iglesia Universal guiada por el Espíritu Santo y, por lo tanto, sus declaraciones eran consideradas correctas. La palabra griega para decir “creencia y adoración correcta” es “Ortodoxa”, y la palabra griega para decir “universal” es “Católica”. Así que toda la Iglesia era Ortodoxa y Católica.

 

La rivalidad entre el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla, al igual que las diferencias que existieron durante siglos entre el lado oriental y el lado occidental del Imperio, condujeron a un cisma en 1054. El Occidente, la parte del Imperio Romano que hablaba latín, se consideró a sí misma como la verdadera continuación de la Iglesia Universal y usó el nombre de Católica, mientras que el Este, la parte que hablaba griego, igualmente, se consideró a sí misma, como la verdadera guardiana de la fe correcta, y se auto nombró Ortodoxa (es decir, dos lados de la misma moneda giraron en direcciones opuestas).

 

Constantinopla permaneció siendo la capital del Imperio Oriental o del Este (algunas veces llamado Imperio Bizantino), y fue hasta 1453 que cayó ante los Musulmanes.

 

Mientras que en la Reforma, la Iglesia Católica continuó dividiéndose, todavía más, la Iglesia Ortodoxa desde el siglo IX en adelante, se expandió a los países eslavos. Rusia fue bautizada en 988 D.C. De esta manera, los griegos y los eslavos se convirtieron en los guardianes de la Ortodoxia.

 

Cada país tenía su propia Iglesia nacional, compartiendo la misma fe y los servicios, pero eran independientes, así como las Iglesias provinciales en el Imperio Romano eran independientes. Esta es la manera en que la Ortodoxia continúa organizada hoy en día: como un grupo de Iglesias independientes, con comunión de creencias, servicios y Sacramentos.

 

En los tiempos modernos, los Ortodoxos se han esparcido hacia cada continente, yendo más allá de Europa Oriental y la parte Este del Mediterráneo.

 

Las comunidades Ortodoxas son, a menudo, puestos de avanzada de las Iglesias nacionales. En Bretaña, por ejemplo, cada grupo nacional tiene su propio conjunto de parroquias, bajo la administración de la Iglesia “matriz”. Por ejemplo, los griegos y los chipriotas pertenecen al Patriarcado de Constantinopla, mientras que dos grupos rusos pertenecen al Patriarcado de Moscú y a la Iglesia Rusa en el Exilio. Quizás un día, cuando haya suficientes miembros, habrá una Iglesia Inglesa Ortodoxa.

 

El nombre “Ortodoxo” es algunas veces usado por las Iglesias Orientales, que se separaron de la corriente principal de la Ortodoxia, en el siglo quinto. Estas iglesias incluyen a los armenios, los Coptos de Egipto, y los etíopes. Todas ellas son muy similares a los Ortodoxos, en cuanto a sus creencias.

 

Las Iglesias del Este incluyen las Iglesias “Uniate”, que reconocen la autoridad del Papa, pero mantienen sus propias liturgias tradicionales. Estas comprenden a los Melquitas, los sirios Católicos, los Maronitas (Árabes Cristianos en Líbano), los Coptos Católicos, los etíopes, la Iglesia Autónoma Nestoriana y otras.

 

Aunque las Iglesias del Este están en comunión con Roma, tienen su propia ley canónica y no están obligadas por el Código de la Ley Canónica de la Iglesia de Occidente.

 

(continuará)

 

 

 

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