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Archimandrita Eugene Nicolau


Esporádicamente, ocurre un evento extraordinario, el cual la gente marca en sus mentes y corazones y fechan eventos subsecuentes, a partir de este hecho. Esta es la experiencia de un corazón abierto que lee: "La Verdadera Vida en Dios", cuyos mensajes - estoy convencido - son de origen Divino, y nos son dados proféticamente (Hechos 2,17), a través de la Sra. Vassula Rydén.

No voy a profundizar sobre el tema de que estos escritos son intactos y correctos en relación con las Escrituras, ni ahondaré sobre el hecho de que aquellos que se acercan a estos mensajes con escepticismo, permanecerán escépticos. Tampoco trataré de explicar por qué Dios ha escogido a Vassula a para transmitirnos Su Palabra, una vez más. No se anuncian "nuevas" Buenas Nuevas, sin embargo, los hijos de Dios escuchan la Voz de Su Padre, y saben que es Él quien habla. El habla para recordarnos de Sus verdades eternas y para explicar aquellas cosas de Su Palabra, que han sido ignoradas o calculadas erróneamente. Los efectos de Su Mensaje y el impacto de Sus Palabras para Sus hijos, son extraordinarios. Son transformadores. Son rejuvenecedores. Es de esto de lo que quiero hablar, si bien brevemente, en esta nota.

Quiero que todo aquel que lea esto sepa de un evento extraordinario. ¡Es mi experiencia que aquellos que leen y siguen los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios se comportan como si hubieran vuelto a nacer en Cristo! Se han "puesto" a Cristo, como si estuvieran envueltos por Él. Abrazan su fe, con un fuego que es similar al de los primeros cristianos neófitos. ¡Son atraídos, aún más, a su iglesia y siguen las Tradiciones de la Iglesia y la Vida Sacramental, con una devoción peculiar! ¡De lo que he observado, viven una vida que es una verdadera vida en Dios!

¿Qué más puedo yo, como pastor, desear de mi rebaño de Dios? Si estos mensajes los hacen mejores cristianos; si como resultado de la lectura de la Verdadera Vida en Dios, ellos regresan a la Iglesia y a los Sacramentos; si no sólo entienden mejor su fe, sino que están totalmente concentrados en vivir una vida como la de Cristo; si se desbordan de amor a Dios y al prójimo; si abrazan una intimidad con Dios que se asemeja a la de los Santos; si someten su voluntad a Dios, y se convierten en ejemplos para otros; si los mensajes de la Verdadera Vida en Dios provocan tales transformaciones, ¿qué más puedo pedir de mi rebaño espiritual y congregación?

Esta transformación, de la que he sido testigo, es sin duda, un "buen fruto" del Espíritu Santo, y por lo tanto, los Mensajes, en sí, deben venir de Dios (Mateo 7, 20). Por esto, continuaré estudiando y tomando de la Espiritualidad que he encontrado en la Verdadera Vida en Dios.

Archimandrita Eugene Nicolau
Iglesia Griega Ortodoxa
Nueva York, EUA
20 de febrero de 2001


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