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Correspondencia entre Vassula y la Congregación
para la Doctrina de la Fe (Abril/Junio 2002)


Vean también la última actualización en relación a la CDF y la VVeD


Publicado por primera vez en el Volúmen 12 de los Mensajes,
versión original, escritos a mano


Roma, 30 de marzo de 2003


Queridos Lectores de la VVeD:

Desde el año 2000 he tenido el honor de estar en comunicación con S.E. el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El 6 de julio de 2000 le presenté el humilde ruego de que mis escritos fueran sometidos por dicha Congregación a ulterior estudio y que se me concediera la oportunidad de contestar a las reservas expresadas en la Notificación del 4 de octubre de 1995. Su Eminencia me ha concedido benignamente esta oportunidad y, por mano del P. Próspero Grech, me entregó una carta el 4 de abril de 2002 conteniendo cinco preguntas que yo debía contestar. Mis respuestas a esas preguntas fueron luego sometidas a la Congregación para la Doctrina de la Fe el 26 de junio de 2002. El Cardenal Ratzinger me ha solicitado ahora que publique las preguntas con mis correspondientes respuestas y me siento feliz de compartirlas con vosotros como expresión de mi posición oficial.

Ruego para que la publicación de este documento pueda servir al diálogo de verdad y de amor, tan importante no sólo para el ecumenismo, sino para hacer que las gracias de Dios sean fructíferas en la Iglesia.

Que Dios os bendiga,



Vassula





Collegio Sta Monica,
Roma

4 de abril de 2002



Apreciada Sra. Ryden:

El 6 de julio de 2000 dirigió usted una carta a Su Eminencia el Cardenal Ratzinger con relación a la "Notificazione" de la Congregación para la Doctrina de la Fe que concierne a sus escritos. Su Eminencia ha tomado nota de dicha carta y, junto con sus colaboradores, ha decidido darle la oportunidad de esclarecer el significado de muchas afirmaciones contenidas en sus publicaciones. Con este propósito he sido delegado para ponerme en contacto con usted personalmente, tanto de palabra como por escrito, a fin de que la Congregación pueda tener una idea más clara sobre la interpretación exacta de dichas afirmaciones. Deseo dejar claro desde el principio que, no siendo católica, no está bajo la jurisdicción de la Congregación, y que no se trata de una censura personal hacia usted. Sin embargo, ya que muchos católicos siguen "La Verdadera Vida en Dios", también tienen derecho a saber cuál es su posición respecto a ciertos puntos de doctrina y práctica suscitados en sus escritos. Somos de igual modo conscientes de sus obras de caridad, de sus esfuerzos para conducir a todos los cristianos hacia la unidad con el Obispo de Roma, de su gran devoción hacia la Bienaventurada Virgen María, de su presentación de Dios como el Dios de Amor, incluso para los no cristianos, y de su antagonismo hacia el racionalismo y la corrupción entre los cristianos. Sus últimos libros, también, parecen haber dejado de lado ciertas expresiones ambiguas contenidas en los primeros. A pesar de ello le agradecería que pudiera contestar algunas preguntas, lo más claramente posible, para ayudar a la Congregación a obtener una idea más clara de lo que usted está haciendo.

1. Sabe usted muy bien que, tanto para los católicos como para los ortodoxos, existe una sola revelación, la de Dios en Jesucristo, que está contenida en la Sagrada Escritura y en la Tradición. Dentro de la Iglesia Católica, incluso revelaciones "privadas" aceptadas como las de Lourdes o Fátima, aunque tomadas en serio, no son materia de fe. ¿En qué sentido, pues, considera usted sus escritos como revelaciones y cómo deberían ser aceptados por sus oyentes y lectores?

2. Usted pertenece a la Iglesia Ortodoxa y a menudo exhorta a sacerdotes y obispos de esa fe a reconocer al Papa y a hacer las paces con la Iglesia de Roma. Por ello, desafortunadamente, no es bien recibida en algunos países de su propia creencia. ¿Por qué se dedica a esta misión? ¿Qué idea tiene usted sobre el Obispo de Roma y cómo prevé el futuro de la unidad cristiana? Sin embargo, leyendo sus escritos se tiene a veces la impresión de que usted se sitúa por encima de ambas Iglesias, sin comprometerse con ninguna. Por ejemplo, parece que recibe la comunión en las dos iglesias, católica y ortodoxa, pero en su estado matrimonial sigue la costumbre de la okonomia. Como ya he dicho, estas observaciones no deben tomarse como censura personal, puesto que no tenemos en absoluto derecho a juzgar su conciencia, pero debe entender nuestra preocupación acerca de sus seguidores católicos, que pueden interpretar esas actitudes de forma relativista y sentirse tentados de hacer caso omiso de la disciplina de su propia Iglesia.

3. En sus primeros escritos, como se observa en la "Notificazione", había cierta confusión de terminología respecto a las Personas de la Santísima Trinidad. Estamos seguros de que usted suscribe la enseñanza de su Iglesia. ¿Cree que puede ayudarnos a esclarecer esas expresiones? Cuando se tratan materias de fe, ¿no sería útil seguir la terminología oficial de los catecismos clásicos para evitar la confusión en la mente de los lectores de "La Verdadera Vida en Dios"?

4. Existen también algunas dificultades respecto a la protología y la escatología. ¿En qué sentido tiene el alma una "visión de Dios" antes de ser infundida en el cuerpo? Y ¿cómo concibe usted el lugar que ocupa el Nuevo Pentecostés dentro de la historia de la salvación, con relación a la parusía y la resurrección de los muertos?

5. ¿Cuál es la verdadera identidad del movimiento de "La Verdadera Vida en Dios" y qué requiere de sus seguidores? ¿Cómo está estructurado?

Querida Sra. Ryden, sentimos mucho molestarla con estas preguntas y puede estar segura de que apreciamos sus buenas obras e intenciones. Sin embargo, en contestación a su carta al Cardenal Ratzinger, consideramos que era nuestro deber esclarecer ciertas ambigüedades en sus escritos que podrían haberle pasado desapercibidas. Debemos esto a sus lectores católicos que podrían experimentar un conflicto de conciencia al seguir sus escritos. Por favor, tómese el tiempo necesario para contestar; sería mejor si pudiéramos reunirnos usted y yo y tuviéramos algunas charlas informales antes de que ponga nada por escrito. Ruegue para que el Espíritu Santo la ilumine y consulte con cualquier director espiritual o teólogo de su confianza. Estamos seguros de que nuestras preguntas le ayudarán también a entender las implicaciones más profundas de sus escritos para hacerlos más aceptables a católicos y ortodoxos por igual. Estaré personalmente a su disposición para aclarar su significado.

Su Eminencia le envía sus saludos y confía en que proporcionará usted una respuesta satisfactoria que facilite su tarea de complacer las solicitudes de su carta.

Sinceramente suyo en Cristo,



P. Prospero Grech, OSA

Consultor de la Congregación






Roma, 26 de junio de 2002


Reverendísimo P. Prospero Grech
Collegio Sta Monica
Roma

Re: Contestación de Vassula Rydén a la carta del Padre Próspero Grech, escrita en nombre de S.E. el Cardenal Joseph Ratzinger de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con fecha del 4 de abril de 2002.


Apreciado P. Próspero Grech:

Ante todo quiero darle las gracias por concederme la oportunidad de contestar a las interrogaciones que se plantea sobre mis escritos y mi actividad, expresadas con el mayor respeto en su carta del 4 de abril de 2002, y que reiteran los puntos de crítica contenidos en la "Notificación" de 1995.

Soy consciente de la tarea y la responsabilidad de "examinar los espíritus"(1 Jn 4,1) que recaen en su muy sagrada congregación. De algún modo he podido caer en la cuenta, durante estos años, de la complejidad de esta tarea de discernimiento y cuán delicada es, ya que yo misma he encontrado en mi camino muchas personas que se me han acercado afirmando tener también experiencias divinas, que querían mezclar con las mías. Por prudencia y, por razones de responsabilidad, he tomado por principio no prestar atención a ninguna de ellas. Por tanto, aprecio de veras la importancia de su tarea de proteger a los fieles de cualquier daño y de conservar la pureza de la fe frente a experiencias no auténticas, pero igualmente de salvaguardar los verdaderos carismas que pudieran beneficiar a la Iglesia.

Le agradezco también que me esté dando la oportunidad de esclarecer e iluminar ciertas expresiones que podrían parecer confusas por estar escritas en imágenes y estilo poético o simbólico. Soy igualmente consciente de que el que me dirija a cristianos católicos, aun siendo greco-ortodoxa, es inhabitual, pero, más que verlo como un desorden, deseo humildemente que esto sea mi pequeña contribución a la sanación de las disensiones entre cristianos hermanos. De modo que responderé lo mejor que pueda a las preguntas que usted se ha dignado plantearme, con toda honestidad y lucidez, en la seguridad igualmente de su generosidad, buena voluntad y comprensión hacia mis limitaciones al expresar el panorama completo contenido en los 12 volúmenes de la obra titulada La Verdadera Vida en Dios, (VVeD).


1ª Pregunta: La relación entre la VVeD y la Revelación.

Sabe usted muy bien que, tanto para los católicos como para los ortodoxos, existe una sola revelación, la de Dios en Jesucristo, que está contenida en la Sagrada Escritura y en la Tradición. Dentro de la Iglesia Católica, incluso revelaciones "privadas" aceptadas como las de Lourdes o Fátima, aunque tomadas en serio, no son materia de fe. ¿En qué sentido, pues, considera usted sus escritos como revelaciones y cómo deberían ser aceptados por sus oyentes y lectores?

Nunca recibí lecciones de catecismo ni mucho menos de teología, ni tampoco sabía de matices teológicos, como los arriba mencionados, al comienzo de mi llamada y mi conversión. Esas diferencias me fueron enseñadas gradualmente con la progresión de la suave enseñanza del Espíritu Santo. Muy al principio de esta llamada yo me sentía muy confusa y pronto, durante la manifestación de mi ángel, le dije esto: "Pero no lo puedo entender. Ya tenemos la Biblia, ¿por qué pues necesitamos mensajes?" Mi ángel contestó: "¿Así que piensas que todo se ha dado ya en la Biblia?" Respondí: "Sí. Por eso no veo la razón de todo esto. Quiero decir que nada es nuevo". Entonces el ángel dijo: "Dios quiere que se den estos mensajes". Dije: "¿Hay alguna razón especial para que sea yo?". El ángel respondió: "No. Dios os ama a todos. Estos mensajes son sólo un recordatorio para recordaros cómo empezaron vuestros fundamentos" (07. 08.1986) .

Un ministro protestante me dijo una vez que no hay razón para que Dios quisiera hablarnos ahora que tenemos la Sagrada Biblia. Desconcertada, dije a Cristo: "Señor, hay algunos ministros que rehusan escuchar o creer que Tú puedes manifestarte de este modo, a través de mí; dicen que Tú, Jesús, nos has traído toda la verdad y que ellos no necesitan otra cosa que la Sagrada Biblia, en otras palabras que todas estas obras son falsas". La respuesta de Jesús fue la siguiente:

Os he dicho a todos que el Abogado, el Espíritu Santo que el Padre enviará en Mi Nombre, os enseñará todo y os recordará todo lo que os he dicho. No os estoy dando ninguna doctrina nueva, os estoy únicamente recordando la verdad y conduciendo a aquellos que se han desviado de vuelta a la completa verdad. Yo, el Señor, continuaré estimulándoos con recordatorios y Mi Espíritu Santo, el Abogado, estará siempre entre vosotros como Recordatorio de Mi Palabra. Así que no os asombréis cuando Mi Espíritu Santo os habla; estos recordatorios se dan por Mi Gracia para convertiros y recordaros Mis Caminos (20.12.1988).

En otro pasaje, 11 años más tarde, Nuestro Señor me pidió que escribiera lo siguiente:

Todos estos mensajes vienen de lo alto y están inspirados por Mí. Pueden ser empleados con provecho para enseñar y refutar el error. Pueden ser empleados para conducir la Iglesia a la unidad y para guiar las vidas de las personas y enseñarlas a ser santas. Se os dan para mejor explicación 1 de la Revelación 2 que se os ha entregado. Son una fuente inagotable de asombrosa gracia para todos vosotros, a fin de que os renovéis (30.07.1999).

Creo que hay una sola Revelación y nunca dije lo contrario, ni tampoco se encuentra esto en los escritos. No espero que los lectores de la VVeD consideren estos mensajes más que la Sagrada Escritura y estoy segura de que nada en los libros de la VVeD puede inducir a todos los que me escuchan y leen a pensar de otro modo. De hecho, durante mis testimonios, cito todo el tiempo muchos pasajes de las Escrituras, a veces incluso más que los mensajes mismos. Dentro de los mensajes hay una clara y continua insistencia para concentrarse en la Biblia y vivir de acuerdo con su verdad. Los escritos son una actualización y un recordatorio de la sola y única Revelación en Cristo, conservada en la Escritura y la Tradición, transmitida a través de la Iglesia; son sólo una llamada a dicha Revelación. De hecho, estos escritos nunca afectaron a los lectores hasta el punto de considerarlos por encima de las Escrituras, sino que los testimonios demuestran que les ayudaron a entender mucho mejor la Palabra de Dios. Sin embargo, sabemos que Dios puede recordarnos Su Santa Palabra cuando estima que es necesario para beneficio de la Iglesia. Favores de esta clase, porque se trata de un favor, iluminan o hacen manifiesta una verdad ya conocida, proporcionando un mejor entendimiento de dicha verdad.

Uno puede pues preguntarse por qué Dios ha llamado a alguien tan limitado e indigno, totalmente ignorante en asuntos de iglesia, que nunca buscó a Dios, para que recibiera un "recordatorio de Su Palabra" ¿No están llamados los sacerdotes y teólogos a hacer lo mismo? Sí, creo que lo están, y yo de ninguna manera intento competir con los sacerdotes y teólogos que Dios ha llamado a cumplir con su deber; sin embargo, creo que Dios me ha llamado inesperadamente por medio de una acción directa por Su parte.

Recientemente he sabido que el Concilio Vaticano II ha subrayado cuán importante es que los laicos contribuyan a difundir la Buena Nueva a través de los diversos dones que Dios otorga a Su Iglesia. En Lumen Gentium, el Concilio manifiesta claramente que los laicos participan en el oficio profético de Cristo y que Cristo "realiza su función profética no sólo a través de la Jerarquía sino también por medio de los laicos. Él los hace sus testigos y les da el sentido de la fe (sensus fidei) y la gracia de la palabra" (LG 35). Cada laico, por tanto, tiene un papel que desempeñar en este servicio del Evangelio, de acuerdo con el carisma que Dios le ha dado, y por medio de estos dones, él o ella, es a la vez testigo e instrumento vivo de la misión de la Iglesia misma, "según la medida del don de Cristo".

En la mayoría de las obras clásicas de la Teología Fundamental Católica existe una distinción entre Revelación como concepto de reflexión (Revelación con R mayúscula) y revelación como concepto de experiencia (revelación con r minúscula, a menudo revelaciones en plural). Cuando hablo de mi humilde experiencia como "revelación", hablo de revelación con "r" minúscula desde el punto de vista experimental.

No hablo de mi experiencia como revelación desde un punto de vista doctrinal, queriendo competir de algún modo con la Revelación. Al igual que otras "revelaciones privadas" o "revelaciones proféticas" mi obra no añade nada al Depósito de la Fe. Por el contrario, la llamada de Dios hacia mí se propone señalar la plenitud de la verdad del Depósito de la Fe, para entrar más enteramente en esa verdad y vivir de acuerdo con ella.

La Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II ha dejado claro que la Revelación Pública está completa y es perfecta y que "no hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo nuestro Señor" (Dei Verbum, 4). Por otro lado, Dei Verbum también deja claro que el pueblo de Dios necesita profundizar constantemente en la apreciación de esa verdad:

Esta Tradición apostólica va creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo; es decir, crece la comprensión de las palabras e instituciones transmitidas cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón (cf. Lc 2, 19 y 51), y cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad. La Iglesia camina a través de los siglos hacia la plenitud de la verdad, hasta que se cumplan en ella plenamente las palabras de Dios (Dei Verbum, 8).

Su Eminencia el Cardenal Ratzinger ha dicho muy explícitamente, hablando de la relación entre la profecía cristiana y la Revelación, que la tesis de que la profecía debe terminar con la conclusión de la Revelación en Cristo abriga malentendidos. Su posición fue expresada en una entrevista sobre profecía cristiana y de nuevo en un comentario sobre la revelación del Tercer Secreto de Fátima. Me permito citarle directamente de dicha entrevista:

La Revelación es esencialmente Dios que se entrega a nosotros, que construye con nosotros la historia y que nos reúne y agrupa a todos juntos. Es el acontecimiento de un encuentro que también lleva en sí una dimensión comunicativa y una estructura cognoscitiva. Esto comporta también implicaciones para el conocimiento de la verdad de la Revelación. Si se comprende en su justo sentido, esto significa que la Revelación ha alcanzado su objetivo con Cristo, porque -según la hermosa expresión de San Juan de la Cruz- cuando Dios ha hablado personalmente, no hay nada que añadir. No se puede decir nada más allá del Logos. Él está entre nosotros de manera completa y Dios no puede darnos ni decirnos nada más grande que sí mismo. Pero precisamente esta integridad de la entrega de Dios -es decir que Él, el Logos, está presente en la carne- significa también que debemos seguir penetrando este Misterio. Esto nos remite a la estructura de la esperanza. La venida de Cristo es el inicio de un conocimiento cada vez más profundo y de un descubrimiento gradual de lo que se entrega en el Logos. Así se ha abierto un nuevo modo de introducir al hombre en la verdad toda entera, como dice Jesús en el Evangelio de Juan, donde habla de la venida del Espíritu Santo. Considero que la cristología pneumatológica del discurso de despedida de Jesús es muy importante para nuestro tema, ya que Cristo explica que su venida en la carne no era más que un primer paso. La venida efectiva se realiza en cuanto Cristo ya no está atado a un lugar o a un cuerpo limitado localmente, sino que como Resucitado viene en Espíritu a todos, haciendo que también entrar en la verdad adquiera cada vez mayor hondura. Para mí es evidente que -precisamente cuando esta cristología pneumatológica determina el tiempo de la Iglesia, es decir, el tiempo en que Cristo viene a nosotros en Espíritu- el elemento profético, como elemento de esperanza y atracción, no puede naturalmente faltar ni desaparecer (30 Giorni, enero de 1999).

Del mismo modo no reclamo en absoluto un estatus o una autoridad de mis escritos que se acerque a la Sagrada Escritura. La Santa Biblia está inspirada de una manera infalible. Creo humildemente que el Señor me tocó para que caminara con Él por medio de una acción directa en mi alma, ayudándome cuando se me pide que escriba, pero no es inspiración en el mismo sentido que lo es la Escritura, y el resultado no es infalibilidad, pero tampoco significa que ha de haber errores doctrinales en mis escritos, cosa que me aseguran no hay.

En su libro Soy Hija de la Iglesia, el P. Marie-Eugène nos recuerda de qué modo puede Dios adaptarse al alma:

La acción directa de Dios, estando así basada en el ser humano del que hace uso, está maravillosamente adaptada a la vida psicológica del alma. Esta adaptación de Dios debería ser subrayada como una importante característica de Sus intervenciones. Dios, que consiente en hablar el lenguaje de los signos humanos para comunicarnos Su luz, lleva su condescendencia hasta el punto de adaptarse Él Mismo a nuestro temperamento y a nuestras necesidades particulares en la elección de esos signos para llegar a nosotros con mayor seguridad. Para una fe que ha conservado su pureza y su sencillez, hablará en un lenguaje de brillantes signos externos que harán vibrar la fe. Para una fe que el racionalismo ha vuelto prudente y crítica, tendrá un lenguaje más intelectual. 3

El Cardenal Ratzinger ha dicho que "ser capaz de constituirse como palabra e imagen de contacto interior con Dios, incluso en el caso de auténtico misticismo, depende siempre de las posibilidades del alma humana y de sus limitaciones". Yo experimento la Palabra de Dios así, sin esfuerzo, es decir, sin forzar yo nada; viene sin más. Recibo estas comunicaciones (palabras interiores) de dos maneras. Por favor tome nota de que no intento decir en modo alguno que sé perfectamente bien cómo expresar este fenómeno y cómo puede Dios hacer tales cosas, pero la explicación que doy a continuación es la mejor que puedo dar:

1. Por medio de palabras interiores, a saber, locuciones. Las palabras que recibo son reales, mucho más claras que si las oyera a través de mis oídos. Una sola palabra puede contener un mundo de significado como el entendimiento, por sí solo, no podría jamás poner rápidamente en lenguaje humano. Cualquier palabra divina o instrucción dada para enseñarme, no será dada a modo de una enseñanza escolar que, quizás debido a la limitación de tiempo, no puede ser explicada totalmente de una vez, o que, debido a la fragilidad humana, puede olvidarse o incluso no entenderse del todo. Pero la instrucción divina o la palabra dada será comunicada en un lapso de tiempo tal y grabada en la mente de tal manera que será difícil de olvidar. La luz que difunde es tan inmensa, exactamente igual que una luz brillante que se propaga por todas partes, dándote al instante una riqueza de conocimiento mayor que sólo la palabra en sí. La palabra dada es como un ancho río que se divide en otros riachuelos que te conducen a todas partes y a lugares diferentes, pero siempre viniendo del único río. Cualquier enseñanza normal me hubiera tomado meses aprenderla en una escuela. Mientras experimento las palabras con tanta fuerza soy igualmente consciente de que la forma escrita y la manera como debería expresar dichas palabras dependen con todo de mis capacidades limitadas de lenguaje y expresión.

2. La segunda manera como recibo las palabras de Dios es a través de una luz de entendimiento en mi intelecto, sin ninguna pronunciación hablada. Es como si Dios transmitiera Su pensamiento al mío. Inmediatamente sé lo que Dios quiere o desea decir. Entonces he de escribir este "mensaje no expresado" lo mejor que puedo, seleccionando mis propias palabras.

Me dijeron más tarde aquí, en Roma, que Sta. Brígida de Suecia tenía una forma similar de escribir sus mensajes.

¿Por qué el Señor elige esta forma especial de escribir los mensajes para lo cual se apodera incluso de mi mano? Realmente no lo sé. El Señor sólo me dijo, cuando le pregunté la razón: "Porque me gusta de este modo". Así que no sé cómo sucede esto. Me gustaría sin embargo señalar que teólogos que son también expertos grafólogos, y que han investigado estos escritos, los llaman "hieráticos", describiendo muchas diferencias innovadoras entre la manera que escribo y la llamada escritura automática. Más tarde he llegado a saber que conocidos místicos, como Teresa de Ávila, experimentaron arrebatos de su cuerpo o a veces de parte de su cuerpo. Creo que ésta es una forma mitigada de arrebato y confío en que el Señor tiene sus propios designios sobre esto.


2ª Pregunta: Mi relación como cristiana ortodoxa con la Iglesia Católica Romana

Usted pertenece a la Iglesia Ortodoxa y a menudo exhorta a sacerdotes y obispos de esa fe a reconocer al Papa y a hacer las paces con la Iglesia de Roma. Por ello, desafortunadamente, no es bien recibida en algunos países de su propia creencia. ¿Por qué se dedica a esta misión? ¿Qué idea tiene usted sobre el Obispo de Roma y cómo prevé el futuro de la unidad cristiana? Sin embargo, leyendo sus escritos se tiene a veces la impresión de que usted se sitúa por encima de ambas Iglesias, sin comprometerse con ninguna. Por ejemplo, parece que recibe la comunión en las dos iglesias, católica y ortodoxa, pero en su estado matrimonial sigue la costumbre de la oikonomia. Como ya he dicho, estas observaciones no deben tomarse como censura personal puesto que no tenemos en absoluto derecho a juzgar su conciencia, pero debe entender nuestra preocupación acerca de sus seguidores católicos, que pueden interpretar esas actitudes de forma relativista y sentirse tentados de hacer caso omiso de la disciplina de su propia iglesia.

Motivaciones para dedicarme a esta obra de unidad.

No creo que hubiera tenido nunca el valor o el celo suficiente para enfrentarme a la Ortodoxia, tratando de hacerles entender la reconciliación que el Señor desea de ellos, si no hubiera experimentado la presencia de Nuestro Señor, ni tampoco hubiera sobrellevado las oposiciones, las críticas y las persecuciones que ellos me han causado. Muy al principio de la intervención de Dios me sentía totalmente confusa y temía que estaba siendo engañada; esta incertidumbre era verdaderamente la mayor cruz, puesto que antes no había oído jamás en mi vida que Dios puede efectivamente expresarse a la gente de nuestro tiempo y no tenía a nadie a quién preguntárselo. Por esta razón traté de luchar en contra, pero la experiencia no cesaba y más tarde, despacio, con tiempo, me tranquilicé y me convencí de que todo esto era sólo obra de Dios, porque empecé a ver la mano de Dios en ello. Por eso dejé de tener miedo a enfrentarme con la oposición y la crítica, y aprendí en cambio a tener total confianza en Nuestro Señor, sabiendo que, donde a mí me falte, Él siempre colmará a pesar de mi insuficiencia, y sus obras acabarán siempre gloriosas.

Abordar a los sacerdotes ortodoxos, monjes y obispos para que reconozcan al Papa y se reconcilien con sinceridad con la Iglesia de Roma no es tarea fácil, como dice Nuestro Señor en uno de los mensajes; es como tratar de nadar en contra de una poderosa corriente, pero después de haber visto cómo sufre Nuestro Señor por nuestra división no podía negarme a Su solicitud cuando me pidió llevar esta cruz; por tanto, he aceptado esta misión, aunque no sin haber pasado (y pasar aún) por muchos fuegos.

Me ha preguntado: "¿Por qué se dedica a esta misión?". Mi respuesta es porque fui llamada por Dios, creí y Le respondí; por consiguiente, quiero hacer la voluntad de Dios. Una de las primeras palabras de Cristo fueron: "¿Qué casa es más importante, tu casa o Mi Casa?" Contesté, "Tu Casa, Señor". Él dijo: "Reaviva Mi Casa, embellece Mi Casa y únela".

Parte de la jerarquía greco-ortodoxa me rechaza totalmente, primero porque no creen en mí, 4 segundo porque soy una mujer y tercero porque una mujer no debería hablar. Algunos monjes sospechan de mí, diciendo que probablemente soy un caballo de Troya enviado y pagado por el Papa, o que incluso soy una uniata. Muchos no quieren oír hablar de reconciliación o ecumenismo. Consideran una herejía que rece con los católicos romanos. Esto es lo que ven como tomar posición sobre ambas iglesias sin estar comprometida con ninguna. Estoy plenamente y completamente comprometida con mi Iglesia, pero no es ni una herejía ni un pecado si vivo ecuménicamente y rezo con otros cristianos para promover la unidad. Sin embargo, la llave de la unidad, según el Señor en los escritos, es la humildad y el amor. Mucha gente de esas iglesias no tiene aún esta llave. Muchos laicos greco-ortodoxos, y también desde el simple sacerdote de la esquina hasta el monje en un remoto monasterio, llaman hoy día herética y peligrosa a la Iglesia Católica Romana; se les enseña a creer esto desde la cuna y está mal. Sin embargo, creo que a pesar de su rigidez, pueden cambiar a través de una metanoia y del poder del Espíritu Santo que les hará doblegarse, y por las oraciones de los fieles. En nuestras reuniones pedimos a Dios por este cambio de opinión.

Sin embargo, no es cuestión de que se dobleguen únicamente ellos. Todos deben doblegarse con humildad y amor. Los miembros de cada iglesia deberían estar dispuestos a morir a su ego y a su rigidez y entonces, gracias a este acto de humildad y obediencia a la verdad, la presencia de Cristo resplandecerá en ellos. Creo que por medio de este acto de humildad, los fallos pasados y presentes de las iglesias se lavarán y se alcanzará la unidad. Nunca pierdo la esperanza de acercarme a los ortodoxos y por ello sigo volviendo a ellos para darles mi testimonio. Doy mi testimonio recordándoles las palabras de Nuestro Señor: "...que todos sean uno, Como tú, Padre, en mí y yo en ti,... para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21). De este modo, a pesar de los obstáculos, unos pocos grupos de oración ecuménicos se han formado en Atenas y en Rodas, con sacerdotes ortodoxos incluidos. Todos estos grupos de oración empiezan rezando el Rosario, luego otras oraciones. Sin embargo no es sólo rechazo lo que recibo de la jerarquía ortodoxa, por las razones que he mencionado más arriba, sino que Nuestro Señor me ha provisto también de un buen número de amigos clérigos greco-ortodoxos.


El Obispo de Roma.

Nuestro Señor me dio una visión interior de tres barras de hierro que simbolizaban los tres cuerpos cristianos principales, cristianos católicos, ortodoxos y protestantes, requiriendo que sus cabezas se unieran, doblándose hasta encontrarse; pero para encontrarse se tienen que doblegar. Este pasaje habla de la actitud que se necesita para llegar a la unidad que el Señor ha estado anhelando desde su oración a su Padre - "que todos sean uno". Este pasaje de la VVeD no pretende hablar de unidad a nivel ontológico, indicando que no deberían haber discrepancias sobre hasta qué punto los diversos grupos cristianos han retenido la verdad que Cristo confirió a su iglesia. Y no es verdad que yo proponga que esta llamada a la humildad entre hermanos cristianos deba implicar un enfoque pan-cristiano hacia la unidad y que la unidad deba adelantarse por medio de un trato sobre la verdad, (como un traficante, vendiendo y comprando) que conduzca a una nivelación y un relativismo de dicha verdad. Al contrario, he hablado a menudo sobre la importancia de permanecer fiel a la verdad, y aún más que mi discurso, el mensaje no es sino una llamada a vivir conforme a la verdad del Evangelio, en la Única Revelación de Cristo, como ha sido expresado anteriormente. Los escritos contienen muchos avisos en contra de la actitud opuesta, hasta el punto de describir un "falso ecumenismo" como un caballo de Troya que introduce una imagen sin vida de Cristo:

La figura pintarrajeada de varios colores, esta figura que esos traficantes están tratando de hacerte venerar y seguir, no soy Yo; es un invento de la habilidad humana pervertida para degradar el concepto de Mi Santidad y Mi Divinidad; es un falso ecumenismo, es un desafío de todo lo que es santo. Sufro a causa de los pecados de esos traficantes (22.10.1990).

Muchos mensajes sobre la unidad mantienen unidos estos dos aspectos vitales del ecumenismo: la actitud espiritual, implicando humildad y amor hacia los otros cristianos, junto con la inflexible búsqueda de la verdad de Cristo. Un ejemplo es este pasaje donde la Virgen María habla de las estructuras de la unidad:

El Reino de Dios no es sólo palabras en los labios, el Reino de Dios es amor, paz, unidad y fe en el corazón. Es la Iglesia del Señor unida en Una sola dentro de vuestro corazón. Las Llaves de la Unidad son el Amor y la Humildad. Jesús nunca os requirió que os separarais; esta división en Su Iglesia no era Su deseo. (23.09.1991).

Más lejos, en el mismo pasaje, Jesús habla de la verdad: "Defiende siempre la verdad hasta la muerte. De vez en cuando se mofarán de ti, pero sólo lo permitiré lo suficiente para conservar tu alma pura y dócil" (reiterado el 05.06.1992, el 25.09.1997, el 22.06.1998, etc.).

He tenido varios encuentros con clérigos católicos, particularmente en los Estados Unidos, Holanda y Suiza, que son muy liberales y están muy en contra del Papa. Tuve que defender la Cátedra de Pedro y explicársela lo mejor que pude a través de poderosos mensajes que venían de Cristo, mostrándoles cuán confundidas estaban sus mentes. Al final, muchos de estos sacerdotes vinieron a decirme cuánto apreciaban esas clarificaciones. Hubo uno o dos, sin embargo, que no estuvieron de acuerdo, diciéndome que era más católica que los católicos... Aunque hay muchos pasajes sobre la unidad que se refieren a la unidad entre las iglesias, hay también bastantes que están especialmente escritos para gran cantidad de clérigos católicos que se están rebelando contra el Papa, con el fin de atraerlos de nuevo a la fidelidad hacia él. He aquí un ejemplo:

Yo, el Señor no quiero ninguna división en Mi Iglesia. Por Mi causa os uniréis y bajo Mi Nombre Me amaréis, Me seguiréis y daréis testimonio de Mí. Os amaréis unos a otros como Yo os amo; os uniréis y os haréis un solo rebaño bajo un solo Pastor. 5 Como todos sabéis, Yo he escogido a Pedro, confiriéndole la autoridad. Como todos sabéis, Yo le he dado las llaves del reino de los cielos. He pedido a Pedro que alimente Mis corderos y mis ovejas, cuidando de ellos. 6 Yo le he conferido esa autoridad. No he querido que alteréis Mi deseo (19.03.1988).

Otro mensaje hablando del futuro de la unidad lo deja aún más claro:

Pondré entonces en la mano de Pedro un cetro de hierro con el que guardará Mis ovejas, y en cuanto a aquellos que no saben y se preguntan aún: "¿Por qué debemos tener un guía?" Yo os digo esto: "¿Habéis visto nunca o sabido de algún rebaño de ovejas sin pastor? Yo soy vuestro Pastor Celestial y he elegido a Pedro para guardar Mis corderos hasta Mi vuelta. Le he dado la responsabilidad, ¿por qué entonces todas esas disputas, por qué todas esas vanas discusiones? Y a todos aquellos que aún no conocen Mis palabras, os digo que las leáis en las Escrituras: se encuentran en el testimonio de Juan, Mi discípulo. 7 Yo uniré entonces Mi Iglesia y os rodearé con Mis brazos en un solo redil porque, tal como sucede hoy, estáis todos dispersos, desarrollando demasiadas comunidades y grupos separados. Habéis desmembrado Mi Cuerpo y esto NO PUEDE SER. Os uniré a todos (16.05.1988).

Otros mensajes hablan del Papa como el Vicario de Cristo o el Vicario de la Iglesia. He aquí un ejemplo:

Rogad por la Iglesia entera. Sed el incienso de Mi Iglesia y con esto quiero decir que oréis por todos aquellos que están proclamando Mi Palabra, desde el Vicario que Me representa hasta los apóstoles y profetas de vuestro tiempo, desde las almas sacerdotales y religiosas hasta los laicos, a fin de que estén dispuestos a comprender que todos vosotros que he mencionado sois parte de Un Solo Cuerpo, Mi Cuerpo. (10.01.1990). Más referencias en 01.06.1989, 02.03.1990, 10.10.1990, 18.03.1991, 20.04.1993, 20.12.1993, 15.04.1996, 22.10.1996, 20.12.1996).

Los escritos no contienen ninguna referencia a cómo se relacionará el papel de Pedro con los de las diversas sedes patriarcales, y por tanto no puedo hablar sobre esto. Pero soy consciente de que el mismo Papa, en la Encíclica "Ut unum sint", se abre a una discusión de este género:

Sin embargo, es significativo y alentador que la cuestión del primado del Obispo de Roma haya llegado a ser actualmente objeto de estudio, inmediato o en perspectiva, y también es significativo y alentador que este asunto esté presente como tema esencial no sólo en los diálogos teológicos que la Iglesia Católica mantiene con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, sino incluso de un movimiento más general en el conjunto de movimiento ecuménico. Recientemente los participantes en la quinta asamblea mundial de la Comisión "Fe y Constitución" del Consejo Ecuménico de las Iglesias, celebrada en Santiago de Compostela, recomendaron que esta comisión "inicie un nuevo estudio sobre la cuestión de un ministerio universal de la unidad cristiana". Después de siglos de duras polémicas, las otras Iglesias y Comunidades eclesiales escrutan cada vez más con una mirada nueva este ministerio de unidad. 8

La misma encíclica confirma la necesidad de que Oriente y Occidente se vuelvan a unir, permitiendo diferencias entre las dos confesiones mientras estén en plena comunión:

En esta línea, la Iglesia Católica no busca más que la plena comunión entre Oriente y Occidente. Para ello se inspira en la experiencia del primer milenio. En efecto, en este período "el desarrollo de diferentes experiencias de vida eclesial no impedía que, mediante relaciones recíprocas, los cristianos pudieran seguir teniendo la certeza de que en cualquier Iglesia se podía sentir como en casa, porque de todas se elevaba, con una admirable variedad de lenguas y modulaciones, la alabanza al único Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo; todas se hallaban reunidas para celebrar la Eucaristía, corazón y modelo para la comunidad no sólo por lo que atañe a la espiritualidad o la vida moral, sino también para la estructura misma de la Iglesia, en la variedad de los ministerios y de los servicios bajo la presidencia del Obispo, sucesor de los Apóstoles. Los primeros concilios son un testimonio elocuente de esta constante unidad en la diversidad". 9

Aunque los escritos no hablan de cuestiones estructurales relativas a Oriente y Occidente, hay muchas referencias a la importancia de la Iglesia de Oriente. Por ello, el inflexible subrayado de la importancia del papel de Pedro hace pareja en mensajes posteriores con una percepción de que la renovación espiritual haya podido muy bien estar inspirada por la Iglesia de Oriente. Por ello se hace aún más evidente por qué el Cuerpo de Cristo necesita respirar con ambos pulmones -los de la presencia occidental y oriental de la Iglesia:

Casa de Occidente, te has dado cuenta, por la Luz de Mi Espíritu, de que un cuerpo necesita sus dos pulmones para respirar libremente, y de que Mi Cuerpo es imperfecto con un solo pulmón; ruega para que Mi Espíritu vivificador os junte, pero ¡cuánto habré de sufrir antes! 10 (27.11.1996)

Y otro mensaje similar:

Ruega para que la casa de Oriente y la de Occidente se unan, como dos manos que se unen para la plegaria; un par de manos similares y llenas de belleza al señalar juntas hacia el cielo cuando están en oración. Que esas dos manos pertenecientes al mismo cuerpo trabajen juntas y compartan su capacidad y sus recursos la una con la otra... que esas dos manos me eleven juntas... (15.06.1995).

Otro mensaje habla del papel que desempeña Oriente en juntar de nuevo las dos casas, unificando el Cuerpo de Cristo:

Escucha y escribe: la gloria brillará desde la ribera oriental. Por eso digo a la casa de Occidente: vuelve tus ojos hacia Oriente. No llores amargamente sobre la Apostasía y la destrucción de tu Casa; no te dejes llevar del pánico, porque mañana comerás y beberás junto con Mi retoño de la ribera oriental - Mi Espíritu os reunirá. ¿No has oído que Oriente y Occidente serán un solo reino? ¿No has oído que me conformaré con una sola fecha? 11

Voy a extender Mi Mano para grabar en un bastón las palabras: Ribera occidental, Casa de Pedro y de todos aquéllos que le son leales; luego, en otro bastón, grabaré: Ribera oriental, Casa de Pablo junto a todos aquéllos que le son leales. Y cuando los miembros de las dos casas digan: "Señor, dinos qué piensas hacer ahora", les diré: "Tomaré el bastón en el que he grabado el nombre de Pablo junto con todos los que le son leales y lo pondré con el bastón de Pedro y sus leales, formando uno solo. Haré un solo bastón de los dos y los sostendré como uno solo; los ligaré juntos con Mi Nuevo Nombre; éste será el puente entre Occidente y Oriente. Mi Santo Nombre ligará el puente para que intercambiéis vuestras posesiones a través de este puente; no practicarán más solos, sino juntos, y Yo reinaré sobre todos ellos.

Sucederá lo que he planeado, y si los hombres te dicen, hija, que estos signos no vienen de Mí, diles: "No temáis, ¿no habéis oído que Él es a la vez el Santuario y la piedra de tropiezo, la Roca que puede derribar las dos casas pero también levantarlas de nuevo como una sola Casa? (24.10.1994).


De nuevo este mensaje no resta nada al papel y a la autoridad de Pedro, pero resalta la importancia de tener unidas las dos partes, oriental y occidental, del Cuerpo de Cristo, para que el Mundo crea.


El Futuro de la Unidad Cristiana

Aunque el mensaje confirma la primacía de Pedro, el Obispo de Roma, reconocida en ambas tradiciones, ortodoxa y católica, no habla de cuestiones de jurisdicción. Creo que no estoy llamada a hablar sobre esta cuestión y, por tanto, me abstengo de hacerlo de todos modos.

Mi llamada es para confirmar la importancia del Papa y defender su Cátedra ante todos aquellos que tienden a desobedecerle y rebelarse contra él, mientras que aliento la construcción y el fortalecimiento de las estructuras interiores de la unidad. Mi planteamiento primordial para la unidad es el de la unidad por medio de la espiritualidad. El mensaje es una llamada a la unidad a la vez intra nos y extra nos - una llamada a fortalecer la dinámica espiritual de la unidad a la vez dentro de cada iglesia en particular y entre todas ellas.

No sé qué aspecto tendrán las estructuras futuras de la iglesia unificada, ya que el Señor ha preferido no hablar sobre esto ni tampoco me ha favorecido dándome alguna luz acerca de ello, pero creo que llegará a través de la espiritualidad; y creo que se me ha concedido un anticipo de la gracia de esa futura unidad en varias reuniones ecuménicas.

En marzo de 2002, por ejemplo, el Señor permitió que nuestros grupos de oración se reunieran en su lugar de nacimiento, Belén. Fueron 450 personas de todas partes, sí, de más de 55 países y de 12 iglesias diferentes, a un encuentro internacional de oración por la paz y la unidad. Nos reunimos como una sola familia. Nos acompañaron 75 clérigos de las 12 iglesias diferentes, pero además otros clérigos de Tierra Santa que, al enterarse de este encuentro de oración, también se nos unieron. Este evento ecuménico fue coordinado por algunos judíos y palestinos que se habían sentido conmovidos por los escritos de "La Verdadera Vida en Dios". Creyeron en la redención de Cristo y en su plan de salvación para nuestro tiempo y se ofrecieron voluntarios para organizar este encuentro. Cuando se sabe cómo, en nuestros días, palestinos y judíos están luchando unos contra otros, su reconciliación es un signo del poder del Espíritu Santo que reunió a esas dos naciones para trabajar para un encuentro por la paz entre cristianos divididos. Como dicen las Escrituras: "Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz" (St 3, 18). Esto es una lección para todos nosotros.

Vivimos y tuvimos un anticipo de cómo será algún día la unidad entre los cristianos. Clérigos de diferentes iglesias nos dieron conferencias sobre la unidad. Sus palabras resonaban como si procedieran de una sola voz y una sola mente. Durante sus pláticas sentimos el gran deseo de ser todos uno. Vimos y observamos la sed de unidad que tienen laicos y clero. Pero percibimos al mismo tiempo las enormes heridas externas que nuestra división ha producido en el Cuerpo Místico de Cristo.

La mayoría de nosotros estamos cansados de esta división, porque no está de acuerdo con la ley de amor de Nuestro Señor. Cristo está más cansado aún de vernos divididos. Las ovaciones y exclamaciones de alegría de todas esas naciones que se sentían vinculadas entre sí, reclamando una unidad completa entre los cristianos, puso en evidencia que esta división no sólo es un pecado sino también un antitestimonio. No obstante, el mayor pecado contra la unidad es mantener separadas las fechas de Pascua. Qué bueno será cuando podamos gritar todos juntos: "Christos Anesti" a una sola voz, todos el mismo día. Todos decimos: "Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo..." Jesucristo nos unió con su Sangre, de modo que ¿cómo se puede negar esta unidad? "Porque Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz..." (Ef 2, 14-15) ¿Cómo podemos decir "no" a Dios, si Él quiere que nos unamos? ¿Podría acaso ser porque nuestros corazones se han endurecido? ¿Hemos olvidado las palabras del Santo Padre cuando dijo: "Los elementos que nos unen son mucho mayores que los que nos dividen"? De modo que deberíamos tomar esos elementos y emplearlos para allanar el camino hacia una unidad completa.


La Sagrada Eucaristía y la participación eucarística.

En el Catecismo de la Iglesia Católica se dice sobre la Eucaristía, refiriéndose a San Agustín:

Ante la grandeza de este misterio [la Sagrada Eucaristía] San Agustín exclama: '¡Oh sacramento de piedad! ¡Oh signo de unidad! ¡Oh vínculo de caridad!' Cuanto más dolorosamente se hacen sentir las divisiones de la Iglesia que rompen la participación común en la mesa del Señor, tanto más apremiantes son las oraciones al Señor para que lleguen los días de la unidad completa de todos los que creen en Él (CIC 1398).

El Señor nos urge a reconciliarnos y unirnos de nuevo. Como dijo recientemente un conocido cardenal católico a un sacerdote ortodoxo de Nueva York, amigo mío, que asistió a la misa de dicho cardenal en Roma, yo tengo el mismo convencimiento de que debe ser posible obtener de nuevo esa unión, alrededor de la mesa del Señor, entre católicos y ortodoxos, porque compartimos los mismos sacramentos y tenemos virtualmente la misma fe, aunque esté revestida de expresiones diferentes de fe y culto. He podido experimentar desde el amor ardiente de Nuestro Señor la profundidad de su deseo por la unión perfecta de su Cuerpo y creo que sufre un gran dolor a causa de nuestra falta de amor y comunión. Por tanto, no tengo mayor deseo que ver su Cuerpo unido de nuevo y estoy convencida de que nosotros, los cristianos, si realmente amamos a Jesucristo, debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para trabajar por la reconciliación de los miembros separados del cuerpo de Cristo.

Mientras tanto sé que esta unión no resultará fácil sino sólo a través de un milagro de Nuestro Señor. Aunque debemos hacer todo lo que podamos para avanzar en la unidad, Él ha prometido concedernos esa unión que será obra del Espíritu Santo puesto que, como dije en una ocasión anterior, en 1992, llegará tan de repente como la caída del muro de Berlín: "La Misericordia y la Justicia están obrando tales maravillas como no han ocurrido jamás en muchas generaciones, y la Unidad llegará sobre vosotros como la Aurora y tan repentinamente como la caída del comunismo. Vendrá de Dios y vuestras naciones lo llamarán el Gran Milagro, el Día Bendito de vuestra historia" (10.01.1990).

La Iglesia de Cristo es una en el sentido de que Cristo es uno y sólo tiene un Sagrado Cuerpo. Es la gente de la iglesia la que está dividida. Si los cristianos son capaces de ir más allá de los obstáculos negativos que los separan, obstáculos que según las Escrituras están en contra del cumplimiento de la unidad de fe, amor y culto entre nosotros, el Padre escuchará la oración ya expresada por su Divino Hijo cuando dijo: " ...que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y yo en Ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado" (Jn 17, 21).

Mientras espero esta gracia, sigo lo mejor que puedo los principios en el actual estado de cosas y estoy convencida de no infringir en la conciencia de los miembros de cualquier iglesia. En la pregunta se dice lo siguiente: "Sin embargo, leyendo sus obras se tiene a veces la impresión de que usted se sitúa por encima de ambas iglesias sin estar comprometida con ninguna..." No hay base en la obra escrita para tener la impresión de que me sitúo por encima de ambas iglesias. Tal como usted lo describe parece referirse más al nivel práctico.

En cuanto a la manera en que practico mi fe, soy ortodoxa y estoy plenamente comprometida con mi iglesia. Siempre que hay cerca una iglesia ortodoxa no dejo nunca de asistir a su Misa Dominical, a menos que, por supuesto, no haya ninguna, como en Dacca, Bangladesh, donde vivía. Justo antes de venir a Roma, donde ahora resido, viví once años en Suiza. Cada domingo iba a nuestra iglesia ortodoxa y el sacerdote griego de Lausanne, el P. Alexander Iossifides, es testigo de ello, así como los fieles que estaban en la iglesia y me veían con regularidad, a no ser que estuviera viajando, naturalmente.

Durante mis viajes en el extranjero, cuando se ha establecido un programa que debo seguir para dar mi testimonio, a veces -y añadiría, con muy poca frecuencia- puede ocurrir que los sacerdotes católicos o los obispos del lugar que me ha invitado a hablar, hayan programado a continuación una Santa Misa pública, en el mismo lugar donde he hablado; entonces permanezco con la gente para la Misa, como está en el programa, y recibo ahí la Sagrada Comunión.

Aquí en Roma vivo fuera del centro y bastante lejos de mi iglesia greco-ortodoxa, que está en el centro de Roma. Hay una iglesia ortodoxa eslava en Tre Fontane que solía frecuentar, pero no entiendo el idioma. Y por eso me permito de vez en cuando, puesto que estoy fuera la mitad del tiempo, recibir la Sagrada Comunión en el Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor que está a tres kilómetros de mi casa.

Creo que el Concilio Vaticano Segundo me permite hacer esto cuando dice, como reitera el Catecismo de la Iglesia Católica: "Una cierta comunión in sacris, por tanto, en la Eucaristía, "no solamente es posible sino que se aconseja en circunstancias oportunas y aprobándolo la autoridad eclesiástica" (CIC 1399).

En el Decreto Orientalium Ecclesiarium del Vaticano II se declara: "...pueden ser administrados los sacramentos de la Penitencia, la Eucaristía y la Unción de Enfermos a los orientales que de buena fe se hallan separados de la Iglesia, con tal que los pidan espontáneamente y estén debidamente dispuestos".

El Código Católico de Derecho Canónico declara:

Los ministros católicos administran lícitamente los sacramentos de la Penitencia, Eucaristía y Unción de los Enfermos a los miembros de Iglesias orientales que no están en comunión plena con la Iglesia Católica, si los piden espontáneamente y están bien dispuestos; y esta norma vale también respecto a los miembros de otras Iglesias que, a juicio de la Sede Apostólica, se encuentran en igual condición que las citadas Iglesias orientales, por lo que se refiere a los sacramentos (Canon 844.3).

La carta encíclica del Papa Juan Pablo II, "Ut unum sint" prosigue estas afirmaciones con referencia a Orientalium Ecclesiarium:
En función de los estrechísimos vínculos sacramentales existentes entre la Iglesia católica y las Iglesias Ortodoxas, el Decreto Orientalium Ecclesiarium ha puesto de relieve que "la práctica pastoral demuestra, en lo que se refiere a los hermanos orientales, que se pueden y se deben considerar diversas circunstancias personales en las que ni sufre daño la unidad de la Iglesia, ni hay peligros que se puedan evitar, y apremia la necesidad de salvación y el bien espiritual de las almas. Por eso, la Iglesia católica, según las circunstancias de tiempos, lugares y personas, usó y usa con frecuencia un modo de actuar más suave, ofreciendo a todos medios de salvación y testimonio de caridad entre los cristianos, mediante la participación en los sacramentos y en otras funciones y cosas sagradas". 12

En cuanto a la relación con las iglesias de la Reforma las cosas son algo más complejas. Muchas personas de educación protestante que leen la VVeD se hacen católicos por su libre elección, debido principalmente a las cuestiones acerca de la Eucaristía. Jesús no habla en los mensajes sobre la validez de sus sacramentos, pero urge a los protestantes una vez más a amar a la Madre de Jesús y a reconocer la función de Pedro:

Vassula, ha llegado el momento de unir Mi Iglesia. Uníos de nuevo, bienamados, venid a reconstruir estas antiguas ruinas; reconstruid Mis primitivos cimientos, unos cimientos establecidos por Mi propia Mano. Honrad a Mi Madre como Yo, que soy La Palabra y estoy por encima de todo, la honro. ¿No he de desear, pues, que vosotros, que no sois más que polvo y cenizas, La reconozcáis como Reina del Cielo y La honréis? Mi dolor hoy día es ver qué poco reconoce Mi creación Su importancia. La mayoría de Mis devotos que se hallan bajo el nombre de Lutero y se han aislado completamente deben volver a Pedro (22.12.1987).

En otro mensaje Cristo reprende a aquellos cristianos que son incapaces de ver la grandeza del misterio de la Eucaristía y la Divina Presencia de Cristo en ella:

...y así digo a esas iglesias cuyo clero no ha aceptado Mi Misterio: "Volved a vuestro sano juicio y buscadme fervientemente. Controlad también vuestro resentimiento hacia Mi Madre. Que toda raza sepa que Mi Carne y Mi Sangre vienen de Mi Madre. Sí, Mi Cuerpo viene de la Santísima Virgen, de sangre pura. ¡Bendito sea Su Nombre! Para salvar a todos los humildes de la tierra que Me reciben y para darles vida imperecedera, Me convierto en pan para darme a vosotros. Y por medio de esta Comunión, santifico a todos los que Me reciben, deificándoles para que se conviertan en carne de Mi Carne, hueso de Mis Huesos (...) a través de Mi Divinidad Yo deifico a los hombres (...) Ahora estoy siendo juzgado por los hombres. El Vestido 13 que os puede cubrir, ataviándoos majestuosamente, proporcionándoos una metamorfosis, divinizándoos, es rechazado por esas iglesias que no pueden comprender Mi Misterio... Hoy grito de nuevo desde el Cielo; "Hermanos, ¿por qué estáis socavando Mi Divinidad? Si vosotros reclamáis que sois los únicos que sabéis lo que está bien, entonces, ¿por qué está vuestro espíritu saqueando Mi Iglesia? (...) Os estoy invitando a celebrar la Misa y participar en el Misterio Divino de la manera que Yo verdaderamente instituí (...) Afirman Mi fuerza, proclamando Mi temible poder, cantándome sus alabanzas, reconociendo Mi Omnipotencia y Mis poderosas maravillas. Pero yo me convierto en un escollo cuando se trata de medir la magnificencia de Mi Divinidad y de Mi Presencia en la Eucaristía (16.10.2000).


Situación matrimonial

En su pregunta dice más abajo, refiriéndose a que recibo a veces la Sagrada Comunión en la Iglesia católica: "nuestra preocupación acerca de los seguidores católicos que pueden interpretar estas actitudes de una forma relativista y sentirse tentados de hacer caso omiso de la disciplina de su propia Iglesia". Si según el Derecho Canónico que he citado más arriba se prueba que estoy en total concordancia con la ley canónica de la Iglesia Católica, no veo razón para que las personas católicas reaccionen de forma relativista.

No estoy a favor del divorcio y no busco promover entre los cristianos católicos que deba permitirse a los divorciados volver a casarse. Mi divorcio y segundo matrimonio civil fueron anteriores a mi conversión. Después de mi conversión, a la luz de los mensajes de la VVeD, descubrí que mi situación matrimonial no era regular. Sin embargo nadie sabía de esa situación excepto yo misma y también fui yo misma quien la deploró públicamente. Denuncié mi propia situación cuando de hecho nadie sabía nada acerca de ello. Habiéndome dado cuenta de mi equivocación, me puse en contacto con mis autoridades eclesiales en Lausanne y pasé por un proceso de aclararlo todo de acuerdo con los reglamentos matrimoniales ortodoxos. Soy, por tanto, una cristiana ortodoxa en paz con mi Iglesia y sus reglamentos, como cualquier otro cristiano ortodoxo y, como tal, estoy autorizada a recibir la Eucaristía en mi propia Iglesia y en la Iglesia Católica, de acuerdo con los principios mencionados más arriba. De ninguna manera hago caso omiso de los reglamentos de la Iglesia católica. Para su información adjunto mi Certificado de Matrimonio a este documento (Anexo 1).


3ª Pregunta: Confusión de terminología referente a las personas de la Santísima Trinidad.

En sus primeros escritos, como se observa en la "Notificazione", había cierta confusión de terminología respecto a las Personas de la Santísima Trinidad. Estamos seguros de que usted suscribe la enseñanza de su Iglesia. ¿Cree que puede ayudarnos a esclarecer esas expresiones? Cuando se tratan materias de fe, ¿no sería útil seguir la terminología oficial de los catecismos clásicos para evitar la confusión en la mente de los lectores de "La Verdadera Vida en Dios"?

Respecto a esto voy a tratar de explicar lo mejor que pueda el dilema de lenguaje, recordándole que no soy una teóloga que puede expresarse de una manera técnica o recibe palabras de lo alto en terminología oficial. Está claro que el Señor se ha expresado del modo que yo era capaz de entender, adaptándose para ponerse a mi alcance. No me habla ni en una teología escolástica, aunque tampoco lo hizo mientras estaba en la tierra, cuando dijo: "El Padre y Yo somos Uno" (Jn 10, 30), ni tampoco en la de S. Pablo cuando escribió: "El Señor es el Espíritu" (II Co 3, 17). A Bernardette de Lourdes, María le habló en el dialecto local, que no era buen francés. Incluso, en los libros inspirados de la Escritura, he aprendido que hay una diferencia notable entre el griego refinado de S. Lucas y el lenguaje sencillo de S. Marcos. Sta. Catalina de Siena explicó en una ocasión, en su Diálogo: "Tú eres mi Creador, Trinidad Eterna, y yo soy tu criatura. Has hecho de mí una creación nueva en la sangre de Tu Hijo" . 14 Llamar a Cristo Hijo de la Trinidad suena heterodoxo pero tomamos esta parte, en la medida de lo posible, en el buen sentido...

Así que es perfectamente normal que Cristo emplee al principio mi nivel de vocabulario, más bien que el lenguaje de un teólogo. A veces articulé palabras salidas de mi experiencia personal de Dios y expresé lo que había sentido en los términos que me venían espontáneamente, sin mucha reflexión crítica sobre cómo les sonaría a los demás o si podía ser mal interpretado. Expresar con palabras misterios divinos era bastante duro para mí y más aún cómo debería uno expresar esos misterios divinos de manera apropiada, en el lenguaje tradicional. Los teólogos, por el contrario, usan un vocabulario que ha sido cuidadosamente depurado por muchos siglos de discusión.

No sé exactamente a qué partes de los primeros escritos se refiere la pregunta, pero puedo imaginarme que se trata de haber llamado a Cristo, "Padre". Cristo es el Hijo del Padre. En estos aspectos de la revelación, los escritos no se refieren de manera ontológica o doctrinal a la persona de Cristo. Más bien es un lenguaje afectuoso y paternal, el mismo lenguaje que Jesús usaba con sus discípulos: "Hijos míos... " (Jn 13, 33). Ya Isaías describía al Mesías como "Maravilla de Consejero, Dios Fuerte, Siempre Padre, Príncipe de Paz" (Is 9,5).

Desde el principio nunca confundí al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La presencia (actitud) de Cristo conmigo era de afecto paternal. Cuando en un pasaje llamé a Jesús, "Padre", fue debido a la manera paternal con que me hablaba. Era como esas veces en que los padres están explicando y enseñando ciertas cosas a sus hijos, con paciencia y amor, para su crecimiento y desarrollo. He aquí un ejemplo de las palabras de Jesús: "Crece en espíritu, Vassula, crece, porque tu tarea es comunicar todos los mensajes dados por Mí y por Mi Padre. La Sabiduría te instruirá". Yo entonces contesté: "¡Sí, Padre!" Jesús replicó: "¡Qué hermoso oírte llamarme 'Padre'! Anhelaba oír de tus labios esta palabra: 'Padre'" (16.02.1987). En la Letanía del Santísimo Nombre de Jesús se Le llama: "Padre del mundo venidero". La secuencia de la Misa de Pentecostés nombra al Espíritu Santo, "Padre de los pobres". He escogido a S. Simeón, un teólogo y santo muy querido e importante en mi tradición ortodoxa, para darle algunas semejanzas más. Esto es lo que dice: " Para los que han sido destetados, Él (Cristo) desempeña el papel de un Padre amoroso que vigila el crecimiento y desarrollo de Sus hijos" (Oraciones Éticas Teológicas 4, 269-270).

La crítica puede referirse también a un mensaje en particular, al principio, cuando el Señor quería enseñarme sobre la unidad de la Santísima Trinidad. El mensaje que podría cuestionarse era: "Yo soy el Padre y el Hijo. ¿Lo entiendes ahora? Yo soy Uno, Yo soy Todo en Uno" (02.03.1987). Aquí el Señor quería que entendiera la unidad perfecta y ontológica de la Santísima Trinidad; de qué modo las tres Personas divinas son indivisibles y tan completamente uno en naturaleza. Como dijo S. Simeón en su Himno 45, 7-21: "Tres en uno y uno en tres... ¿Cómo podría saber, Señor, que tenía tal Dios, Dueño y Protector, Padre, Hermano y Rey...?" Gradualmente, cualquier terminología no oficial se fue cristalizando con el tiempo, de modo que si alguien pudo tener alguna confusión se esclareció más tarde.

Recordemos cómo Benedicto XIV, hace tiempo, tomó nota de pasajes dudosos en los escritos de los Padres de la Iglesia y los santos y dispuso que:

... lo que éstos han dicho debe tomarse, en la medida de lo posible, en el buen sentido... los puntos oscuros de un texto han de ser explicados de otro modo por textos más claros... búsquese la intención del escritor, no por una frase en particular, sino por todo el contexto de la obra; la benevolencia debe ir unida a la severidad; el juicio sobre opiniones con las que uno no está de acuerdo debe hacerse no sobre la base de las propias opiniones sino de acuerdo con la probabilidad de la doctrina (Constitución de introducción al Índice).

En uno de los primeros mensajes cuento cómo me pidió Jesús que "esbozara cómo es la Santísima Trinidad". Describí haber tenido una visión de luz. Luego salió de ella otra luz y luego otra, sumando tres. Entonces comenté: "Cuando el Hijo está en el Padre son entonces uno. La Santísima Trinidad es UNO y lo mismo. Pueden ser tres, pero los tres pueden ser uno. Resultado, Un Solo Dios". Esta afirmación emplea, como supe luego, una metáfora que se remonta al Credo Niceno que declara que el Hijo procede del Padre como "luz de luz". Esta imagen, desde entonces, se ha hecho clásica en el pensamiento cristiano. Por ejemplo, Simeón el Teólogo escribe sobre " el Único que, en el principio, antes de todas las edades, fue engendrado por el Padre, y con el Espíritu, Dios y Palabra, triple en unidad, mas una sola luz en los tres" (Himno 12, 14-18).

A veces habla Dios Padre y es evidente para cualquier lector que conoce las Escrituras que es realmente el Padre quien habla, pues menciona palabras como "Mi Hijo Jesús" etc. Luego puede suceder que el mismo día, algo más tarde, Cristo me llame para continuar el mensaje y hable. De nuevo, el lector que conozca las Escrituras comprenderá que es Cristo quien habla porque hablará de Sus Llagas o Su Cruz. En cuanto a los mensajes que empiezan, por ejemplo, con el Padre y continúan más tarde con el Hijo, suelen contener una referencia diciendo "más tarde". Si no puse ninguna referencia para ayudar al lector, es porque me parecía tan evidente quién hablaba en ese momento, por las palabras pronunciadas, que las dejé tal cual. Entre los miles de lectores, jamás recibí una carta de nadie que pidiera aclaraciones sobre el tema y nadie vino nunca a decirme que se sentía desconcertado. Sólo dos clérigos en los Estados Unidos interpretaron el mensaje de manera errónea, publicando sus opiniones en boletines, una y otra vez, sin haberse encontrado jamás conmigo.

En un pasaje de los escritos de La Verdadera Vida en Dios, Cristo dice: "Yo soy la Trinidad". Aquí Cristo Se identifica con la naturaleza divina de la Trinidad que es Única. Cristo es uno de la Trinidad. Cristo habla como la divinidad, puesto que es única en naturaleza, comunicada por cada una de las tres personas.

En uno de los pasajes de La Verdadera Vida en Dios hablaba Cristo: Bendita seas, hija Mía. Yo, tu Padre Santo, te amo. Yo soy la Santísima Trinidad. Luego añadía: Has discernido bien. Yo había discernido, mientras Jesús decía Yo soy tu Padre Santo, un Jesús "triple", como esas imágenes de fantasía de una persona, hechas de modo que parezcan tres, una saliendo de la otra, todas similares y las tres iguales. "Yo soy la Santísima Trinidad, todo en uno" (11.04.1988) (Única, indivisa, una esencia, una sustancia). Si nos fijamos sólo en la afirmación inicial atribuida a Jesús, podríamos preguntarnos si no se está identificando Él Mismo con el Padre y después con la Trinidad entera. Pero si seguimos leyendo, resulta claro que no lo está haciendo.

Cristo estaba tratando de enseñarme la unicidad de la Santísima Trinidad, cómo las Tres Personas son indivisas y tan completamente uno. La unicidad de la Trinidad viene dada no principalmente por el hecho de que las tres personas son indivisas (¡como amigos inseparables!) sino por el hecho de que cada una de ellas posee la misma única naturaleza divina y se distinguen solamente por su relación mutua.

En otro pasaje de la Verdadera Vida en Dios, Cristo me enseña cómo se reconoce la Trinidad en cada uno de ellos como una Única y misma sustancia: "¿...acaso no soy Generoso? ¿Acaso no soy el Altísimo? Pues tened confianza porque estáis en los Brazos de vuestro Padre. Yo, la Santísima Trinidad soy Uno y lo Mismo (sustancia)..." (25.07.1989).

Con el fin de expresar esto con la manera de pensar de la tradición de la Iglesia Ortodoxa, puede resultar útil volver de nuevo al libro de Basil Krivoscheine sobre San Simeón. Allí las palabras están expresadas mejor de lo que yo las expresaría. "Dios está por encima de cualquier nombre. Él es Trinidad, sin embargo, el Único, y su Unidad no puede ser expresada" (p. 284). Y del mismo San Simeón:

Por múltiples nombres que Te llamemos, Tú eres un único ser... Este único ser es una naturaleza en tres hipóstasis, una sola Divinidad, un solo Dios en una sola Trinidad, no tres seres. Y sin embargo el Único es tres según las hipóstasis. Son connaturales una a la otra según la naturaleza, enteramente del mismo poder, la misma esencia, unidas sin confusión de una manera que sobrepasa nuestro entendimiento. Por otra parte son distintas, separadas sin separación, tres en uno y uno en tres (Himno 45, 7-21).

Y en otro pasaje de la VVeD, Cristo insiste en la Unicidad Divina de la Trinidad: "Yo-Soy Aquél-Que-Salva, Yo soy vuestro Redentor, Yo Soy la Santa Trinidad todo en Uno, Yo Soy el Espíritu de Gracia..." (28.07.1989).

Aquí Jesús me estaba diciendo que Él está en el Padre con el Espíritu, del mismo modo que el Padre y Él están en el Espíritu. Él, el Hijo, es y permanece coeterno en el Padre, con el Espíritu Santo. Podemos recordar las palabras de Cristo: "Dios es Espíritu y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad" (Jn 4, 24). De vital importancia son también las palabras de S. Pablo: "...Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2Co 3,17). Nunca encontraremos al Padre separado del Hijo o del Espíritu, ni al Hijo separado del Padre y del Espíritu, ni al Espíritu excluido de la unión con aquél del que procede. De aquí la expresión "Yo soy la Santísima Trinidad, todo en Uno" y otras expresiones en los escritos, similares a ésta. Igualmente, en otro pasaje de la VVeD, especifico: "El Hijo está en el Padre. Son sólo uno. La Santísima Trinidad es una y lo mismo: tres Personas pero un solo Dios: uno en tres" (23.11.1987).

Me gustaría explicar de modo especial estas dos expresiones que salen a menudo en los escritos de La Verdadera Vida en Dios. Habla Cristo: "...sed uno como la Santísima Trinidad es Una y lo mismo" O esta otra expresión: "Rogad para que Mi Rebaño sea uno, como Yo y el Padre somos Uno y lo mismo" (29.03.1989).

Aquí hay un factor muy importante. Cuando Cristo usa la palabra "lo mismo" es distinto si se traduce esta palabra al italiano o al francés porque el significado cambia, y me gustaría señalar que ha habido deficiencias de traducción, pero no se me puede responsabilizar de eso. En inglés (que es la lengua original de los escritos) no significa "la misma persona" sino que significa "igual" en el sentido de "unidad de esencia", "sustancia".

Luego hay pasajes en los que la Santísima Trinidad habla por turnos con la misma voz. Pero incluso así, está muy claro. He aquí un pasaje, por ejemplo: "... tus aterrados gritos atravesaron los cielos, llegando a oídos de la Santísima Trinidad... ¡hija Mía! La Voz del Padre, llena de alegría, resonaba por todo el Cielo. Luego habló el Hijo: "Ah... ahora la haré penetrar en Mis Llagas y la dejaré comer Mi Cuerpo y beber Mi Sangre. La desposaré y será Mía para la eternidad. Le demostraré el Amor que siento por ella, y sus labios, en adelante, tendrán sed de Mí, y su corazón será el apoyo de Mi Cabeza". El Espíritu Santo dijo inmediatamente después: "Y Yo, el Espíritu Santo, descenderé sobre ella para revelarle la verdad y Nuestras profundidades. Recordaré al mundo, por medio de ella, que el mayor de todos los dones es el amor". Y entonces habló la Santísima Trinidad a una voz: "¡Celebrémoslo! ¡Que todo el Cielo lo celebre!" (22.12.1990).

El misterio de la Santísima Trinidad, su unicidad combinada con los distintivos rasgos de cada una de las tres personas y la relación entre ellas es uno de los mayores misterios de la fe cristiana. Sin embargo, el hecho de que la Trinidad sea tan infinito misterio no debe encogernos para alabar sus maravillas ni evitarnos hablar de ello, a pesar de que el lenguaje humano nunca será capaz de expresar la belleza y la inmensidad del Único pero Trino. Porque el misterio de la Santísima Trinidad es tan central para nuestra fe que se sitúa por encima y vierte luz sobre los otros misterios de la fe. Esto ha sido señalado una vez más, muy claramente, en el Catecismo de la Iglesia Católica:

El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de la fe". 15 "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos" 16 (CIC 234).


4ª Pregunta: Protología y Escatología

Existen también algunas dificultades respecto a la protología y la escatología. ¿En qué sentido tiene el alma una "visión de Dios" antes de ser infundida en el cuerpo? Y ¿cómo concibe usted el lugar que ocupa el Nuevo Pentecostés dentro de la historia de la salvación con relación a la parusía y la resurrección de los muertos?

Protología: Yo no creo en ninguna forma de reencarnación. Por el contrario, mis escritos hablan en contra de la reencarnación y de la Nueva Era: "Esas doctrinas de Satanás os enseñan a creer en la reencarnación, mientras que no hay reencarnación; conservan la apariencia externa de religión pero han rechazado su poder interno, el Espíritu Santo y la Sagrada Comunión" (19.04.1992). El pasaje al que posiblemente se refiere usted podría ser el siguiente:

... Entonces, en medio de una luz deslumbrante, vuestras almas verán lo que vieron una vez en esa fracción de segundo, ese momento exacto de vuestra creación... Verán a Aquél que os sostuvo primero en Sus Manos, los Ojos que os vieron por primera vez, verán las Manos de Aquél que os formó y os bendijo... verán al Padre Tiernísimo, a vuestro Creador... (15.09.1991).

Éste es un pasaje de lenguaje poético y místico. Lo que se afirma aquí no es de ninguna manera la preexistencia del alma. Explica más bien cómo Dios bendice y ama a cualquier alma desde el instante mismo de su creación. Creo que somos creados a imagen de Dios y tenemos su impronta en la profundidad de nuestras almas, y de ahí que los seres humanos sientan un anhelo natural por su Creador que sólo Él puede satisfacer; como dice San Agustín: "El corazón fue hecho para Dios; y no podrá descansar hasta que descanse en Dios". El concepto importante que he tratado de comunicar por medio de esta frase es que llevamos la imagen de Dios en la profundidad de nuestro ser desde el momento de nuestra concepción.

Escatología: Se ha dicho que abogo por un tipo de milenarismo falso, queriendo establecer un nuevo orden, unos "Cielos Nuevos y Tierra Nueva" materiales antes de la Segunda Venida de Cristo. Esto es erróneo y no se encuentra en ninguna parte de los mensajes. Soy muy consciente de que la Iglesia católica ha condenado tal clase de milenarismo, como está escrito en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo, sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (CIC 676).

En los escritos de La Verdadera Vida en Dios hay muchos pasajes con términos como Cielos Nuevos y Tierra Nueva así como Segundo Pentecostés o, a veces, con el término de Nuevo Pentecostés, pero hay que entenderlos en sentido metafórico. No hay que buscar la realización de estas palabras en una ruptura con nuestra historia antes de la Segunda Venida, estableciendo una segunda economía de la historia. Las palabras expresan la esperanza suprema de que Cristo nos renovará desde el interior por el poder del Espíritu Santo. Es una renovación de la fe y una renovación de la Iglesia que tanto ansiamos. Y el fruto que esperamos de esta renovación es la sanación del cisma en el Cuerpo de Cristo. El Papa Juan XXIII contemplaba ya esta renovación cuando rogaba por un Segundo Pentecostés: "Oh Espíritu Divino, renueva en nuestros días tus milagros como un Segundo Pentecostés". Y también nuestro actual Papa Juan Pablo II ha usado este término en varias ocasiones, como en una carta al Reverendísimo Padre Joseph Chalmers, Prior General de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, el 08.09.2001: "... Invoco una abundancia de gracia divina sobre usted. Como un segundo Pentecostés, que el Espíritu Santo descienda sobre usted y le ilumine para que pueda descubrir la voluntad de su misericordioso padre celestial. De esta manera será capaz de hablar a los hombres y a las mujeres de un modo que les resulte familiar y eficaz" (cf Hch 2, 1-13).

Del mismo modo, mis escritos hablan en lenguaje metafórico de un renacimiento de la fe, a fin de que el Señor pueda erigir su Trono y construir su reino en nuestras almas: "Venid y aprended: los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva serán cuando establezca Mi Trono en vosotros, porque daré gratuitamente agua del pozo de Vida a cualquiera que tenga sed" (03.04.1995, cf. Ap.21,6).

Creo que la renovación que nos ha sido prometida ha comenzado ya y, sólo por gracia, la Misericordia de Dios está sobre nosotros para derramar Su Espíritu sobre toda la humanidad como nunca antes en la historia, y su aumento continuará porque la gracia resplandece hoy día sobre nosotros como los rayos del sol, para sanarnos.

El Señor me favoreció enseñándome el estado de la fe en los cristianos de nuestro tiempo. Era deplorable y eso es lo menos que se puede decir. Muchos mensajes están llenos de dolor al describir la apostasía que ha caído sobre el mundo cristiano. Pero el Señor nos da esperanza, participándonos que habrá (hay) una renovación, una transfiguración y un renacimiento por la acción del Espíritu Santo. Una sed de Dios será dada por gracia, a través del Espíritu Santo. He aquí algunos extractos: "Mi Espíritu Santo os sacará de vuestra gran apostasía, para desposaros; la miseria de vuestra era se despegará de vosotros porque, con Mi propia Mano, desenvolveré vuestro sudario de muerte para revestiros con los vestidos de vuestra boda..." (20.10.1990). "Haré nueva la creación entera. Os renovaré a todos con mi Espíritu Santo" (27.06.1991).

Mis escritos no hablan sobre cuándo sucederá esto o hasta que punto podrá el Señor construir su reino como todos esperamos y pedimos cuando rezamos el Padre Nuestro: "Venga a nosotros Tu Reino". Creo que ya ha empezado en nuestro interior, y su crecimiento incluirá siempre nuestra colaboración y buena voluntad. Creo que ya ha comenzado una renovación, pero llega lentamente como la marea del mar que nadie puede detener.

El Nuevo Pentecostés o Segundo Pentecostés es la esperanza de nuestra renovación. Es una efusión del Espíritu Santo que renovará la creación. En La Verdadera Vida en Dios se compara con Apocalipsis 21. He aquí un pasaje:

Venid y aprended: los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva serán cuando establezca Mi Trono en vosotros, porque daré gratuitamente agua del pozo de Vida a cualquiera que tenga sed. Permitid entonces que Mi Espíritu os atraiga a Mi reino y a la vida eterna. Que el mal no adquiera más poder sobre vosotros para haceros morir... Permitid a Mi Espiritu Santo cultivar vuestro suelo y hacer un Eden terrenal en vosotros. Que Mi Espíritu Santo haga prosperar una tierra nueva en vuestro suelo, para que vuestra tierra inicial, que era propiedad del diablo, se consuma y desaparezca. Entonces Mi gloria brillará de nuevo en vosotros y todas las semillas divinas, sembradas en vosotros por Mi Espíritu Santo, brotarán y crecerán con mi luz divina (...) Así pues, permitid a Mi Espíritu Santo convertir vuestra alma en otro paraíso, una tierra nueva donde Nosotros (la Trinidad) estableceremos nuestro hogar en vosotros...

(Mi pregunta) ¿Qué hay de los nuevos cielos?

¿Los nuevos cielos? También estarán en vuestro interior cuando mi Espíritu Santo os gobierne en santidad. Mi Espíritu Santo brillará en vuestra oscuridad como un sol espléndido en el cielo, porque se os dará la Palabra para expresar pensamientos y palabras, como yo deseo que penséis y habléis. Todo lo expresado estará de acuerdo con Mi Imagen y pensamiento, todo lo que hagáis será a nuestra semejanza porque el Espíritu de vuestro Padre hablará en vosotros. Y vuestro nuevo universo marchará con mi Espíritu Santo a la conquista, para Mi Gloria, del resto de las estrellas (simbolizan las personas) y de aquellos que no habían observado Mi Ley y, como una sombra fugaz, estaban siendo totalmente arrastrados a las tinieblas, no conociendo jamás la esperanza y la santidad que Yo reservaba para vuestro tiempo.

Los nuevos cielos serán cuando mi Espíritu Santo sea derramado sobre vosotros desde lo alto, desde lo más alto del cielo. Sí, enviaré Mi Espíritu a vuestro interior para hacer de vuestra alma un cielo, a fin de que, en este nuevo cielo, Yo sea triplemente glorificado... Y del mismo modo que se enderezarán los caminos de todos aquéllos que recibieron Mi Espíritu, se aclararán también su oscuridad y su tristeza y se convertirán en estrellas brillantes que iluminarán sus tinieblas para siempre jamás. Pronto desaparecerán esta tierra y este cielo, porque la gloria radiante de Mi Trono resplandecerá en todos vosotros (03.04.1995).


Como puede ver, todo esto es lenguaje de imágenes simbólicas, tanto como poético, para describir una renovación o un nuevo Pentecostés. He estado explicando a la gente que no debe esperar nunca de Dios acontecimientos sensacionales porque Dios obra más bien de manera discreta, aunque su lenguaje pueda ser expresivo y potente. Muchos acontecimientos, como un nuevo Pentecostés, no deben esperarse como lenguas de fuego visibles sobre nuestras cabezas o cosas parecidas. Cuando Dios está actuando, lo hace de una manera tan suave y discreta que muchos que estuvieran esperando acontecimientos sensacionales ni siquiera se darían cuenta de ello de inmediato.


5ª Pregunta: ¿La VVeD como movimiento?

¿Cuál es la verdadera identidad del movimiento de "La Verdadera Vida en Dios" y qué requiere de sus seguidores? ¿Cómo está estructurado?

La Verdadera Vida en Dios no es un movimiento sino una llamada apostólica

La Verdadera Vida en Dios no es un movimiento, ni tampoco tiene oficinas. Es sencillamente una llamada a la reconciliación y la unidad para todo el mundo, sea quien sea. La llamada no se dirige sólo a los cristianos, sino que ha atraído también a su seno a no cristianos que se han convertido en cristianos. Después de leer los escritos inspirados de La Verdadera Vida en Dios, varios judíos, musulmanes, budistas e hindúes fueron bautizados, a pesar de que su espiritualidad es una espiritualidad contemplativa Trinitaria y totalmente imbuida de cristianismo. Cristo oró al Padre para esto diciendo: "No ruego sólo por éstos, sino también por aquéllos que, por medio de su palabra, creerán en mí" (Jn 17, 20). De modo que, por la gracia, Dios está abriendo muchas puertas. Por ejemplo, desde el principio mismo se me dijo que esta obra apostólica se iba a producir.

Dios te dará Su paz y Su fuerza cuando llegue el momento de enseñar los mensajes. Dios querrá que des los mensajes a todos... (Habla mi ángel, 06.08.1986). No debes tener miedo. Trabajarás para Jesucristo. Ayudarás a otros a crecer espiritualmente... (Mi ángel, 07.08.1986) Cuando estés llena de mi Espíritu Santo serás capaz de conducir a otros hacia Mí y os multiplicaréis... (Habla Jesús, 05.09.1986). Al llamarte de este modo tengo la intención de conducir también a otros, a todos aquellos que Me abandonaron y no Me oyen; por esas razones esta llamada es por escrito... (El Padre, 18.11.1986).

Los monjes budistas de Hiroshima llegaron a conocer también los mensajes y me invitaron a hablar en su templo. El obispo católico estaba también allí. Era el día de conmemoración de la bomba atómica. Se les expuso un mensaje totalmente cristiano; luego les ofrecí un enorme rosario para colgarlo en la pared, para su meditación, y una estatua de Nuestra Señora de Fátima que colocaron en su patio.

Unos judíos que leyeron los mensajes de La Verdadera Vida en Dios pidieron el bautismo y uno de ellos tradujo el primer volumen de La Verdadera Vida en Dios al hebreo; ahora está ya con los editores para su publicación. Todos ellos viven en Israel.

Recientemente me pidieron en Bangladesh que me dirigiera a la gente en Dacca, en campo abierto. Invitaron a un imán de la mezquita que aceptó abrir el encuentro con una plegaria, y había allí muchos musulmanes. También había representantes hindúes y budistas y sacerdotes católicos. De nuevo el mensaje fue totalmente cristiano (tomado de los escritos inspirados de La Verdadera Vida en Dios). El mensaje central y esencial que di fue revelar a Dios como Amor, hacer las paces con Dios y el prójimo, reconciliarse y aprender a respetarse los unos a los otros. A pesar de ello, cuando terminó el encuentro, dos musulmanes quisieron hacerse cristianos y bautizarse. "Quiero que todas las naciones escuchen Mis Palabras. Te instruiré y te diré el camino a seguir..." (10.01.1987).

Enseñanzas contemplativas

Los escritos inspirados enseñan a los lectores a conocer a Dios y a comprenderle. Mucha gente cree en Dios pero no Le conoce, así que la VVeD nos estimula a tener una relación de intimidad con Dios que nos conduce a una vida de unión con Él. Unidos así en Cristo, por medio del Espíritu Santo, los fieles están convocados a vivir una única y misma vida, la vida de Cristo.

Las Escrituras dicen: "No se alabe al sabio por su sabiduría, ni se alabe al valiente por su valentía, ni se alabe al rico por su riqueza; mas en esto se alabe quien se alabare: en tener seso y conocerme" (Jr 9, 22-23).

Formación de grupos de oración

Los escritos de La Verdadera Vida en Dios nos enseñan a practicar la oración sencilla del corazón y a convertir nuestra vida en una oración incesante, que consiste en vivir perpetuamente en Dios y Dios en nosotros. Pero también hay una poderosa llamada a formar grupos de oración por todo el mundo. Desde que personas de más de 60 países organizaron encuentros en los que di testimonio, en todos esos países se han formado ahora grupos de oración. Hay varios en cada país. Por ejemplo, en Francia hay 48 grupos de oración ecuménicos inspirados por la espiritualidad de La Verdadera Vida en Dios. En Brasil, que es un país más extenso, hay más de 300 grupos de oración ecuménicos. En cada grupo de oración, todos los cristianos, ya sean ortodoxos o luteranos o anglicanos o baptistas, empiezan rezando juntos el Rosario.

"¡Cuánto anhelo ese día! El día en que te enviaré a toda la humanidad, aprenderán a amarme y a comprenderme mejor; la Sabiduría compartirá sus recursos con toda la Humanidad..." (Habla Jesús, 25.01.1987).

Estímulo de fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia

Leyendo los escritos se aprende cómo permanecer fiel a la Iglesia. Digo a la gente: "Aunque te echen fuera de la Iglesia trepa por la ventana, pero no dejes nunca la Iglesia". Nos enseñan a visitar al Santísimo Sacramento y a estar con Jesús en adoración. Nos enseñan a seguir los Sacramentos de la Iglesia y a conservar la Tradición, a aprender la negación de sí mismo, la penitencia, el ayuno y a practicar especialmente el sacramento de la confesión. Nos impulsan a sentir un gran deseo por asistir a la Santa Misa, si es posible a diario. Nos explican la importancia de la Eucaristía.

"Por medio de esta Comunión santifico a todos los que Me reciben, deificándolos para que se hagan carne de Mi carne, hueso de Mis huesos. Compartiéndome a Mí que soy divino, vosotros y Yo nos hacemos un solo cuerpo, unidos espiritualmente; emparentamos entre nosotros, porque puedo convertiros en dioses por participación. Por Mi divinidad deifico a los hombres..." (Habla Jesús, 16.10.2000).


Actividades: Casas de Caridad atendidas por los lectores

Tiempo atrás, en 1997, después de que se me diera la gracia de una visión de nuestra Bienaventurada Madre, mientras me hallaba de pie fuera del lugar de la Natividad en Belén, la oí decir que el alimento espiritual no era suficiente sino que debemos también pensar en los pobres y alimentarlos. Así que, inmediatamente después de que anunciara esto a nuestros grupos de oración, muchos se ofrecieron voluntarios para ayudarme a abrir casas ce caridad para alimentar a los pobres. Estas casas se llaman "Beth Myriams". Hay una en Bangladesh, cuatro en Venezuela, tres en Brasil, dos en Filipinas, un orfanato en Kenya y pronto se abrirá otro en Puerto Rico, una casa en India, una en Rumania y un orfanato en Ucrania. Adjunto alguna información al respecto (Anexo 2). Todo el trabajo que se hace está basado en el voluntariado. Las Beth Myriams están funcionando sólo con donaciones. Son todas iniciativas locales, casas locales sin ninguna estructura que las una entre sí. Se mantienen a sí mismas y las mismas personas de los grupos de oración se ocupan de ellas y asumen la tarea de servir personalmente a los pobres. Están progresando desde dar únicamente comida a los pobres hasta ofrecerles también servicios médicos, ropa y educación para los niños. Últimamente se llevan en un espíritu de oración constante, y son siempre de naturaleza ecuménica.

Establece nuestras Beth Myriams en todos los lugares que puedas. Levanta a los oprimidos y ayuda a los huérfanos. Protégeme, rescátame de la cuneta, dame abrigo y alimento; alíviame de mi carga y mi fatiga, dame apoyo y ánimo... Todo lo que hagas al menor de mis hermanos Me lo haces a Mí... Bendigo a los que sostienen Mi vida; que permanezcan virtuosos y llenos de amor. Yo estoy con vosotros... (Habla Jesús 22.04.2002).


Llamada a la evangelización

Algunos lectores de La Verdadera Vida en Dios fueron impulsados a sentir que podían convertirse en testigos por todo el mundo para contribuir a propagar la Buena Nueva. Habiéndose convertido en dóciles instrumentos del Espíritu Santo que les provee con la gracia de la palabra y el sentido de la fe, son capaces ahora de ir a dar testimonio por todo el mundo, invitando a la gente a una vida de oración y enseñándoles a formar grupos de oración. El propósito es persuadirles para cambiar su vida y vivirla como una oración incesante. Algunas personas del grupo de oración de Dacca salen a los pueblos de musulmanes para leerles los mensajes. Muchos de ellos creen y quieren hacerse cristianos.

"Quiero hacer de cada uno una Antorcha Viviente de la Hoguera de Amor. Ríndeme honor ahora y evangeliza con amor, por amor" (Habla Jesús, 27.01.1989).


Devoción a la Virgen María

La Verdadera Vida en Dios nos lleva a hacernos hijos de la Madre de Dios, puesto que Su Inmaculado Corazón no está nunca separado del Sagrado Corazón de Jesús sino que está en perfecta unión con Él. Nuestra Madre es nuestro apoyo y lo sabemos. A todos los que se unen a los grupos de oración, ya sean protestantes, calvinistas u otros, se les enseña a honrar a Nuestra Señora y a nuestros santos y a dirigirse a ellos en la oración.

"¿No habéis notado cómo se derrite Mi Corazón y favorece siempre a Su Corazón? ¿Cómo se puede negar a ese Corazón que gestó a vuestro Rey cualquier cosa que Me pida? Que todos los fieles bendigan Su Corazón porque, al bendecir Su Corazón Me estaréis bendiciendo a Mí" (Habla Jesús, 25.03.1996).


Asociaciones de La Verdadera Vida en Dios

Si en algunos países hay asociaciones de la VVeD es sólo con fines legales en conexión con el sostenimiento de esta obra de evangelización y la publicación de los libros. Si hemos fundado asociaciones en determinados países fue únicamente para obedecer las leyes locales. Por mencionar un solo ejemplo, para poder abrir un apartado de correos conectado con el nombre de la VVeD. Pero nunca he pensado formar un movimiento. Los libros están traducidos a 38 lenguas y no he recibido derechos de autor de nadie excepto de las ediciones PARVIS porque el editor dice ser su regla. Este dinero va a parar a obras de caridad, a cubrir los costes de libros y a gastos de viaje de testigos a países del tercer mundo que no tienen los medios suficientes.


Otras actividades

Cada dos años, voluntarios de los grupos de oración se ofrecen benévolamente para ayudarme a preparar un simposio internacional sobre ecumenismo. Al mismo tiempo lo tomamos como una peregrinación. Hasta ahora se han realizado cuatro. El mayor que tuvimos fue en el año 2000 en Tierra Santa (mientras estuvo allí el Santo Padre), al que vinieron 450 personas de 58 países. Estuvieron con nosotros 75 clérigos de 12 iglesias diferentes. Este año estamos tratando de hacerlo en Egipto.

Considerándolo todo, quiero a la Casa del Señor y sobre todo amo a Dios. Estoy en deuda con Él por las gracias que me ha concedido. Me dijo una vez: "Te he dado gratuitamente, así que da gratuitamente". De modo que esto es lo que estoy tratando de hacer; transmito Sus Palabras gratuitamente a quienquiera que quiera escuchar.

Le doy las gracias de nuevo por permitirme esclarecer las preguntas referentes a mis escritos y mis actividades. En la página web www.tlig.org encontrará más información. Le pido amablemente que salude de mi parte a S.E. el Cardenal Ratzinger, a S.E. Mons. Tarsicio Bertone y a Mons. Gianfranco Girotti, así como a Sus Excelencias los miembros de la Consulta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, agradeciéndoles una vez más que me hayan concedido esta ocasión de explicar mi obra. Espero haberlo hecho tal como se esperaba. Tendré mucho gusto en contestar oralmente o por escrito cualquier otra pregunta que pueda tener. Y estoy dispuesta a aceptar cualquier sugerencia que desee hacerme para aclarar ciertas expresiones contenidas en los libros de la VVeD. Si fuera necesario puedo añadir dichas aclaraciones en las nuevas ediciones de mis libros.

Con esto, envío mis sentidos respetos y más cordiales deseos y saludos,

Sinceramente suya en Cristo,



Vassula Rydén



1 Oí al mismo tiempo la palabra "comprensión".
2 La Sagrada Biblia
3 P. Marie- Eugène de l'Enfant Jésus, O.C.D., Soy Hija de la Iglesia, Ediciones El Carmen, Vitoria, 1952
4 Aunque en nuestro libro de la doctrina de la Iglesia Ortodoxa, Tomo I, publicado en 1997 por el Sr. Trembelas, se lee en la pág. 79: "Las revelaciones se definen como un acto asumido por Dios por el cual Él informa a Sus criaturas razonables acerca de los misterios de Su existencia, naturaleza y voluntad, de acuerdo con la limitada capacidad intelectual de dichas criaturas..."
5 El Papa
6 Juan 21, 17
7Juan 21, 15-17
8 Carta Encíclica Ut Unum Sint del Santo Padre Juan Pablo II sobre el Empeño Ecuménico, 89.
9 Carta Encíclica Ut Unum Sint del Santo Padre Juan Pablo II sobre el Empeño Ecuménico, 61, ref. a la Carta Apostólica Orientale Lumen (2 de mayo de 1995), 24: L'Osservatore Romano, 2-3 de mayo de 1995, 18: loc.cit.,4.
10 Entendí al mismo tiempo "¡cuánto habremos de sufrir nosotros antes!". El "nosotros" se refería al Papa Juan Pablo II junto con Jesús.
11 Entendí que Cristo se refería a todos Sus mensajes de unidad, llamándonos a unificar las fechas de Pascua. Sólo esto parece "conformarle" y satisfacer Su sed de unidad. Cristo nos ha prometido que si unificamos las fechas de Pascua, Él hará el resto.
12 Carta Encíclica Ut Unum Sint del Santo Padre Juan Pablo II sobre el Empeño Ecuménico, 58.
13 Nombre simbólico para Cristo.
14 Sta. Catalina de Siena, Dialogo della Divina Providenza, nº 167. El Breviario Romano cita este pasaje en la segunda lectura del 29 de abril.
15 Directorio General de Catequesis, 43.
16 Directorio General de Catequesis, 47.


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